El Correo de Burgos

Historia

Ecos y vidas del Palacio de la Isla

Este lunes se conmemoran 80 años del último parte de guerra firmado por el general Franco. Se rubricó en el Palacio de los Muguiro, uno de los edificios civiles con más protagonismo en la historia de Burgos

El Palacio de la Isla, actual sede de la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. DARÍO GONZALO

El Palacio de la Isla, actual sede de la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. DARÍO GONZALO

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Si hay una zona en la ciudad de Burgos donde se puede respirar la prosperidad económica y social del siglo XIX es la margen derecha del río Arlanzón desde el puente de San Pablo hasta el de Malatos. El derribo de parte de la muralla medieval y viejos edificios, así como la progresiva desmantelación de huertas, fue cambiando poco a poco el aspecto de este largo tramo urbano que ahora componen los paseos del Espolón, la Audiencia y la Isla.

Durante las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del XX esta zona de la capital resurgió con la edificación de diversas construcciones de imponente factura que hoy continúan en pie: la Quinta de San Agustín, el Hotel Infanta Isabel, el colegio de las Damas Negras, el Palacio de Justicia o la iglesia de las Salesas, por citar algunos. Y entre estos destaca uno de los edificios más sobresalientes de la ciudad: la mansión de los Muguiro, popularmente conocida como el Palacio de la Isla.

Esta finca de recreo de estilo historicista fue diseñada por el prestigioso arquitecto Daniel Zavala Álvarez (autor de la embajada de Francia y otras notorias edificaciones) por encargo del abogado y financiero madrileño Juan Muguiro y Casi. Este potentado, casado con su prima Francisca de Muguiro y Cerragería, deseaba tener una casa de verano en la capital castellana, donde la época estival ofrecía un clima más fresco y respirable que el bochorno de Madrid. La construcción duró dos años y finalizó en 1883, convirtiendo este espacio uno de los lugares más bellos y admirados del nuevo Burgos. Si los ojos de la Historia han visto tantos hechos y eventos en esta residencia, qué decir de los sonidos que como rumores del pasado reverberan en las distintas estancias del caserón. Ecos y vidas que han dejado huella en sus 136 años de existencia.

Desde su inauguración, toda la burguesía de la ciudad anhelaba pasear por sus jardines y estrechar la mano de sus anfitriones. Del mismo modo obreros, mendigos y ‘gentes sin apellido’ se paraban en silencio ante el portón de entrada al palacio para divisar desde la distancia las fiestas y cócteles que allí se celebraban, escuchando con celo tras la tapia de la finca un fulgor de risas, música y ruido de copas, sabedores de que sólo en sus sueños conseguirían mezclarse con aquella élite social y disfrutar de la cálida sombra de aquella imponente mansión.

La vida familiar del matrimonio Muguiro y sus nueve hijos se vio alterada en octubre de 1891. Sus ratos de juegos y lectura se tuvieron que trasladar a la casa de los Liniers, en el paseo de los Cubos, al tener que prestar el Palacio de la Isla a la corona española. La reina regente María Cristina y sus hijos el rey Alfonso XIII, María de las Mercedes y María Teresa visitaron Burgos para asistir a una misa de ‘Requiem’ en la Catedral en homenaje a los 15 muertos y 25 heridos que se cobró el fatídico accidente ferroviario sucedido entre Quintanilleja y la capital en la noche del 23 de septiembre. La prensa dio amplio testimonio de la excepcionalidad de la residencia elegida por los miembros de la Casa Real y se publicaron varios reportajes en periódicos de tirada nacional.

Llega Franco

Tras el fallecimiento de Juan Muguiro en 1917 el palacio quedó a cargo de su esposa, que poco a poco fue abandonando sus estancias estivales en Burgos. El nuevo hito en la historia de esta belleza arquitectónica fue convertirse en ‘cuartel del Generalísimo’ más de dos años durante la Guerra Civil Española. En la planta baja se dispusieron despachos de trabajo para mandos del bando sublevado, el primer piso fue ocupado por la familia Franco y el segundo por la de Ramón Serrano Suñer, poderoso ministro del gobierno franquista y cuñado de Carmen Polo.

En una de las salas de la planta baja del caserón Francisco Franco firmó, aquejado de gripe, el último parte de guerra: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo...». Fue el 1 de abril de 1939. Poco después de la rúbrica del dictador, el mensaje llegó a un estudio de radio, donde Fernando Fernández de Córdoba, con voz enfática y épica modulación, dio lectura al parte difundiéndolo por todo el Estado. Acababa la guerra, comenzaba la dictadura. Y Franco marchó a Madrid.

Durante el mes de octubre de 1940 Heinrich Himmler, mano derecha de Adolf Hitler, visitó varias ciudades españolas para preparar la visita del Führer. También tuvo tiempo para buscar el Santo Grial en el monasterio de Montserrat de Barcelona y en Toledo, según cuenta la leyenda. Durante su estancia en la ciudad de Burgos -que se engalanó para recibir al comandante en jefe de las SS- pernoctó en el palacio de los Muguiro y exploró con especial interés el campo de concentración de San Pedro de Cardeña, del cual salió impresionado por su especial dureza. El eco de las botas de la guardia nazi que acompañaba a Himmler resonó por todo el país, que en ese momento vivía en una ‘paz helada’ tras la cruenta guerra y la feroz represión del ejército fascista del ‘Generalísimo’. La visita del líder alemán supuso un acto de propaganda de gran repercusión para el gobierno de Franco.

Tras la Guerra Civil, el Ayuntamiento de Burgos y la Diputación compraron a la viuda de Muguiro la mansión, que cedió al jefe del Estado como residencia ocasional.

Ya en la etapa democrática el Palacio de la Isla fue sede del Consejo General de Castilla y León (1978-1983) y eventual comisaría de la Policía Nacional tras ser destruida la anterior por un coche bomba colocado por la banda terrorista ETA en agosto de 1990.

Desde 2008 y tras su restauración el palacio se erige como sede de la Fundación Instituto de la Lengua de Castilla y León, organismo cultural que ha dado una nueva vida a este portentoso edificio.

Visita guiada al Palacio y conferencia de Isaac Rilova

Una de las personas que mejor conoce todas las vicisitudes acaecidas alrededor del hotel de los Muguiro es Isaac Rilova Pérez, doctor en Geografía e Historia por la UNED y secretario de la Institución Fernán González. En 2010 el Instituto Castellano y Leónes de la Lengua publicó su obra 'Historia del Palacio de la Isla de Burgos (1883-2010)', un completo estudio sobre la vida de este edificio que será reeditado en breve tras agotarse hace tiempo su primera edición. Y precisamente el ILCyL organiza dos actos para conmemorar los 80 años del último parte de guerra, ambos coordinados por Isaac Rilova. Hoy viernes, a partir de las 18:45 horas, habrá una visita guiada al palacio (cuyas plazas se agotaron ayer en pocas horas). Y el próximo lunes 1 de abril, aniversario del fin de la contienda, Rilova ofrecerá una conferencia titulada La Guerra Civil ha terminado: entresijos e historia del último parte. Será a las 19.30 horas en el salón de actos del palacio con entrada libre hasta completar el aforo.

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