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MUSEO DEL RETABLO

Las Edades nunca se van de Burgos

El Museo del Retablo inaugura una muestra de obras «permanentes» en la ciudad que destacan por su innegable «misión evangélica»

Las obras se exponen desde ayer en el Museo del Retablo.-ISRAEL L. MURILLO

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Después de triplicar la superficie de su espacio expositivo, el Museo del Retablo, acoge desde ayer una pequeña muestra de Las Edades del Hombre «permanentes» en Burgos. En estos términos se expresaba el delegado diocesano de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, mientras el director del Museo, Antonio García, recordaba que el «prototipo» de la muestra por excelencia de arte sacro en Castilla y León se inició en 1980 en este templo burgalés.«La calidad y el número de piezas supera a cualquier exposición de Las Edades del Hombre», afirmó Álvarez Quevedo, también comisario de ‘Angeli’ y de otras ediciones de Las Edades del Hombre. En este sentido, precisó el Museo es «único en España» porque alberga una treintena de retablos, entre 30 y 35 piezas de orfebrería y una amplia colección de imágenes de la Virgen que constituyen la «mayor representación de la imagen de la Virgen de la época medieval y del Renacimiento».Como no podía ser de otra manera, la inauguración corrió a cargo del arzobispo de Burgos, Fidel Herráez. La ampliación del espacio expositiva ha supuesto una inversión de 310.455 euros y se extiende al claustro, que hasta ahora permanecía cerrado a las visitas, y tres salas en la planta superior. Cabe destacar que el proyecto afecta a más de 820 metros cuadrados que se añaden a la colección ya existente en la Iglesia. Con esta actuación, cuyas obras se llevaron a cabo por un tiempo de un año, la ciudad de Burgos gana un espacio cultural de primer orden que pretende ser un foco de difusión cultural promovida por la diócesis.Tras una primera fase de trabajos que se inició el pasado verano con la mejora de la accesibilidad -creación de rampas, instalación de un ascensor y construcción de nuevos aseos públicos, también adaptados para discapacitados- y dotación de sistemas de seguridad antirrobo y contra incendios, las obras se completaron con la habilitación de nuevos espacios expositivos dentro de un proyecto museístico que realizó el propio equipo que dirige Antonio García Ibeas.Además, se realizaron otras mejoras como la instalación de un cortavientos en la puerta de entrada al museo, de una cabina de recepción a visitantes o la restauración de las antiguas puertas de entrada y de las ventanas del edificio. En declaraciones recogidas por Ical, el director del Museo destacó las función «cultural» de la muestra, cuyo recorrido y guión está enfocados a «dar una misión evangélica».Dentro del claustro, la primera intervención fue la limpieza de una bóveda y sus paramentos, que se completó con la instalación de iluminación, cámaras de seguridad y alarmas anti incendio. En este espacio se colocaron seis retablos que estaban alojados en otras zonas del edificio y que se limpiaron y restaurado.Destaca el dedicado a San Mamés, que es un retablo de pintura en tabla procedente de Padrones de Bureba. El segundo, plateresco, está dedicado a la Virgen y viene de Abajas de Bureba. El tercero está dedicado al Salvador y procede de Villalivado. De Buezo es un retablo de pintura del siglo XV sobre estructura neoclásica. De estilo barroco es el de San José, procedente de Cortiguera. Además, también se incorporó un retablo de pintura sobre tabla de Toba de Valdivielso.Ya en la planta primera, encima del claustro, se habilitó una sala que por el momento va a ocupar la muestra itinerante ‘Santiago, el peregrino de Burgos’, que anteriormente se ha expuesto en las iglesias de Santa María la Real y Antigua y en la de San Gil, dentro de las actividades organizadas con motivo de la celebración del VIII Centenario de la Catedral y que viajará desde aquí a otros puntos de la diócesis. Después, está previsto que la sala esté dedicada a santos burgaleses.La segunda estancia habilitada está dedicada íntegramente a la Virgen. A través de las diferentes imágenes, se van repasando los distintos misterios marianos desde la Concepción a la Coronación. Se trata de piezas sencillas, algunas muy valiosas, de diferentes estilos y procedentes de distintos pueblos de la geografía provincial. La colección la conforman, además de tallas, obras pictóricas, esculturas y relieves; dos retablos: uno procedente de Fuente Odra, dedicado a María, y otro de Reinoso, en el que se representa a Santa Ana, la Virgen y el Niño.La tercera sala corresponde a la planta superior del claustro, en el segundo piso, sobre la sala de Santiago. Toda ella recoge el legado del artista burgalés Andrés Martínez Abelenda, que donó al Museo parte de su obra. Se trata de una instalación provisional que pretende albergar una sala didáctica dedicada a la realización e interpretación de los retablos. Como Andrés Martínez Abelenda es uno de los últimos retablistas del siglo XX, se expondrán los dibujos, materiales, herramientas, bocetos y procesos necesarios para su construcción. Por el momento, se han instalado diferentes piezas realizadas por el artista con algunos bocetos y herramientas.20.000 visitas al añoEl Museo del Retablo es fruto del trabajo desarrollado por la diócesis de Burgos desde hace más de 30 años para la restauración y conservación del patrimonio de las iglesias parroquiales abandonadas o en proceso de ruina. Aunque también alberga un importante sección de orfebrería, está centrado en el retablo, lo que le convierte en un museo único en su género. Anualmente recibe más de 20.000 visitas. Sin ir más lejos, en 2018 fueron alrededor de 22.000 los turistas y en lo que va de año ya han desfilado por el museo casi 5.000 personas.