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MÚSICA / «SEGUNDA, TERCERA O CUARTA JUVENTUD»

Molly (Hamlet): «Nunca he escuchado la palabra ‘retirada’ entre nosotros»

Hamlet regresa con «ganas» a Burgos para descargar en directo su aclamado ‘Berlín’, esta noche a partir de las 22 horas, en la sala Andén 56

Álvaro Tenorio, Paco Sánchez, J. Molly, Luis Tárraga y Ken HC han conseguido que Hamlet viva «una de sus mejores etapas».-IRENE BERNAD

Publicado por
DIEGO SANTAMARÍA
Burgos

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Cuando la relajación entra por la puerta, las musas salen por la ventana. Se puede vivir de las rentas, pero al final la credibilidad acaba rindiendo cuentas. Crítica y público, la otra cara de una moneda que pesa como una losa, siguen arropando a Hamlet. No al de William Shakespeare, sino al grupo que J.Molly (voz) y Luis Tárraga (guitarra) concibieron hace más de tres décadas sin saber -o tal vez sí- que se convertirían en referente indiscutible del metal de nuevo cuño que tan hondo caló a finales de los 90.Cada disco es un mundo y la reacción del oyente suele ser una incógnita. Berlín (2018), su último disco de estudio, ya olía a clásico desde No sé decir adiós, single de adelanto cuyo título encierra toda una declaración de intenciones. Lo de clásico no va por anticuado ni mucho menos. Con este LP, Hamlet se ha sacado de la chistera un puñado de temas con muchas papeletas para afianzarse en futuros repertorios. Eclipse, Libertad, Héroe o Insiste, persiste, repite encajan en cualquier quiniela. También la citada carta de presentación, himno imprescindible desde su salida y una opción muy solvente para cerrar en alto los directos.Llevaban tiempo los Hamlet sin hacer acto de presencia por estos lares. Por suerte, la espera ha terminado para el grupo y para sus seguidores burgaleses. Esta noche, a partir de las 22 horas, Molly y compañía se reencontrarán en la sala Andén 56 con un público que siempre les ha recibido con los brazos abiertos. Tenían «ganas» de volver y, cómo no, de iniciar la segunda parte de una extensa gira donde Berlín suena «casi en su totalidad» junto a ese «ramillete de hits» indispensables que el respetable nunca perdona.Al otro lado de la línea, Molly reconoce que el set list actual se ha diseñado «como si hubiésemos sido un fan de Hamlet». Su impronta sobre el escenario, marca de la casa, contrasta con la humildad de un currante que ama su profesión y se esmera en «intentar subir un peldaño más cada día». De momento, el último escalón ha situado a la banda en «una de sus mejores etapas». En lo musical, porque intuyó que Berlín tenía «algo especial» y así lo corroboraron desde su entorno antes de que el disco viese la luz. En lo personal, porque la incorporación de Ken HC a la guitarra ha aportado «mucha estabilidad y una tranquilidad espectacular» a la nave, también tripulada con acierto por el incombustible Paco Sánchez (batería) y Álvaro Tenorio (bajo).La entrada de Ken supuso un «soplo de aire fresco» para un grupo que nunca ha dejado de reinventarse a sí mismo. Sentirse «a gusto» es fundamental. No solo a la hora de componer, sino también de cara al directo. Basta con leer las crónicas de esta gira para comprobar que Hamlet se encuentra en estado de gracia. Sin embargo, Molly prefiere no acomodarse porque su objetivo desde que el principio de los tiempos siempre fue que «cada día sea especial».Aún con todo, el vocalista es consciente de que la banda está viviendo su «segunda, tercera o cuarta juventud». La ilusión permanece intacta y el grupo se entrega al «200%» en cada bolo porque su «filosofía» vital se rige por un principio inamovible:«Subirse a un escenario es sagrado». De lo contrario, resultaría imposible seguir «manteniendo esa llama» que hasta la fecha nunca se ha apagado.Vivir de la música en los tiempos que corren parece una quimera. Subsistir hoy en día es, por desgracia, darse con un canto en los dientes. Sobre todo cuando vienen mal dadas desde fuera, ya sea por la crisis eterna que atraviesa el rock en todas sus vertientes o por la implantación progresiva de nuevas tendencias que conectan más con la generación millennial. La profesión ha dejado de ser una «montaña rusa» para convertirse en un «parque de atracciones». Subidas, bajadas, vértigo... Lo mismo le da a Hamlet que el viento sople en contra de la cultura underground. Ahora y ayer, cuando el grupo rechazó la oferta de cantar en inglés, desde de la todopoderosa Roadrunner Records, para mantener intacta su esencia.Lo que se antoja complicado, qué duda cabe, es luchar contra el apalancamiento del público que hace no tanto llenaba salas y festivales. En este sentido, Molly insiste en que «la música en vivo no se puede perder» porque «ver a una banda en directo es lo mejor que puedes tener para disfrutar de la música». Para ello, hay que «concienciar a la gente» mientras se defiende el escenario con uñas y dientes.Pinten bastos u oros en el futuro, Molly y sus compañeros siguen sin saber decir adiós. ¿Retirada?«Nunca he escuchado esa palabra entre nosotros». Queda mucho por cantar y componer. En directo y desde el estudio, «la máquina no la para nadie» porque «Hamlet sale a destroy».