Cerrar

LITERATURA / JOSÉ GUTIÉRREZ ROMÁN

«Los éxitos y los fracasos son una fuente de literatura»

El vate burgalés, galardonado con el premio Adonais 2010, presenta hoy jueves su tercer poemario, ‘Material de contrabando’ (Editorial Difácil). Será en la Sala Polisón del Teatro Principal, acompañado por la profesora y escritora Arancha Maestro, a las 20 h.

El poeta burgalés José Gutiérrez Román y la portada de su nuevo poemario. SANTI OTERO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

Apenas catorce meses después de presentar Todo un temblor, el escritor José Gutiérrez Román (Burgos, 1977) retorna a las librerías con una nueva obra, Material de contrabando, un compendio de poemas escritos entre 2007 y 2014 que ha ‘mareado’ estos últimos meses hasta darlos a imprenta definitivamente.

Emoción, memoria y reflexión arden en los versos de este volumen que supura por todos sus poros una decidida pasión por la vida.

Pregunta.- Material de contrabando es su tercer poemario. Pero en verdad es el segundo que ha escrito. Explíquese.

Respuesta.- Sí, es el tercero que publico pero el segundo que escribí. Cuando acabé el anterior, Todo un temblor, tuvo un recorrido muy rápido y enseguida el editor quiso publicarlo (se presentó en noviembre de 2018). Y Material de contrabando, que también tenía bastante pulido y en el que llevaba trabajando más tiempo, quedó relegado para mejor ocasión... Para ahora (risas).

P.- El poemario tiene tres partes. ¿Qué identifica a cada una de ellas?

R.- Para la primera, En este impreciso instante, elegí los poemas que tenían una ancla más fuerte con el presente o con hechos del pasado que nos influyen en nuestro día a día. La segunda, Muertes incompletas, es el certificado de defunción de algunos momentos o etapas de la vida. Las llamo incompletas porque los recuerdos siempre lo son, los tenemos en un cajón desastre donde mezclamos realidad y sueño que a veces confundimos. Y la tercera parte, Pila de palabras, es más reflexivo. La palabra como herramienta para expresarnos y para revelar la creación poética.

P.- ¿Por qué las palabras y las ideas que componen sus versos, esos ‘fardos de luz’, los considera «material de contrabando»?

R.- Tras la fachada de la vida cotidiana, hay unas imágenes, unas sensaciones y unos recuerdos del pasado que a veces vuelven de una manera semioculta e inesperada... Esos ‘fardos de luz’, como un juego de nuestra memoria, nos hace sentirnos vivos y sorprendidos. Y hay que estar atentos a ellos.

P.- Usted, que navega con pericia por los mares del verso libre, se ha embarcado en este poemario en un bajel tan rígido como el soneto de Otra vuelta de tuerca.

R.- Ha sido un reto. No soy experto en métrica y envidio a los poetas que la dominan, como Julio Martínez Mesanza, Tino Barriuso o Antolín Iglesias Páramo. Lo había intentado algunas veces y nunca quedé satisfecho con el resultado... Escribir en estos tiempos un soneto puede parecer anacrónico, pero también puede que sea subversivo (risas).

P.- Su poesía, en muchos versos, exuda el humor genético de la vieja Castilla: seco, fino e inteligente. Un ejemplo claro es Maternidad.

R.- Me gusta el humor, sobre todo cuando uno se ríe de sí mismo. Utilizar ciertas circunstancias que a todos nos rodean para hacer un ajuste de cuentas conmigo mismo. Pero siempre con cariño, tampoco hay necesidad de autoflagelarse. El poema Maternidad habla de amores infructuosos que pueden acabar dando un provecho indirecto e imprevisto. De todo hay que aprender, de los éxitos y los fracasos. Son una fuente de literatura.

P.- «Aún nos creíamos capaces de destruir / nuestros recuerdos / antes de que las huestes del futuro llegasen / para arrasar con todo». ¿Ha llegado ya a una edad de empezar a mirar de vez en cuando por el retrovisor?

R.- Cada uno tiene su momento en la vida, aunque la juventud se ha alargado muchos años... Hace veinte yo me consideraría un señor (risas). Tengo una edad que ya me hace desplegar el retrovisor para reflexionar sobre cosas que he vivido, atesoro un bagaje que con suerte será la mitad de mi vida. Cuando escribo tengo la sensación de que lo hago por ciclos. Y cuando estos acaban, las vivencias, lecturas e impulsos estéticos recogidos me empujan a crear algo y recogerlo ahí. Estos versos de La caída del imperio pueden suponer el cierre de un época y el comienzo de otra.

P.- El poema Pasos está dedicado a los poetas en general y a una generación de escritores burgaleses en particular. ¿Cuánta huella han dejado en usted Eliseo González, Pedro Olaya y el recordado Jorge Villalmanzo?

R.- Para mí fueron muy importantes. Cuando comencé a publicar no conocía a nadie y ellos me abrieron muchas puertas. A mí y a otros escritores de mi generación, como Álvaro Álvarez, David Lorenzo, Carlos Contreras Elvira... Siempre fueron muy cariñosos con nosotros. Yo era seguidor de sus poemas y de sus columnas en prensa, así que conocerles en persona fue todo un acontecimiento para mí. Tanto ellos -Eliseo, Pedro, Jorge, José María Izarra, Ricardo Ruiz...- como la generación anterior -Tino Barriuso, Bernardo Cuesta Beltrán-, nos ayudaron y apoyaron mucho en nuestros primeros pasos. Y sin olvidarme de Óscar Esquivias, gran amigo mío y una persona de una generosidad infinita.

P.- Dicen las cifras que ahora se vende más poesía, en especial de jóvenes autores muy populares en redes sociales. Otras cosa es la calidad de estas publicaciones.

R.- Es cierto que hay un corriente poética joven más ligada a internet que está triunfando, sin duda. Es gente mediática, que se publicita bien y tienen muchos seguidores. A mí no me parece mal, todo lo contrario. Todos hemos empezado leyendo obras de menor calidad a las que luego hemos alcanzado como adultos. Si este tipo de poesía es un canal de acceso a la lectura de los jóvenes, bienvenida sea. No es fácil inculcar el hábito lector a un niño o adolescente ahora mismo, y si a través de estas obras coge el vicio a los libros, genial. Además, sean mejores o peores, todos tenemos un verso bueno.

P.- En 2006 obtuvo el premio Letras Jóvenes de Castilla y León por su relato El equilibrio de los flamencos y en 2008 publicó la colección de cuentos La vida en inglés. ¿Volveremos a leer algún día al Gutiérrez Román ‘prosista’?

R.- Entre cuentos acabados, algunos empezados y otros que tendría que revisar tengo material... Algún día me pondré con ello y reuniré un volumen de relatos. Pero no me pongo fechas.

P.- Ya han pasado varios meses desde la presentación de Besar las huellas, el proyecto poético-musical que adaptó varios de los poemas de su obra Los pies del horizonte. ¿Qué le pareció el resultado final?

R.- Yo estoy encantado. La gente que me conoce lo sabe, de lo que más orgulloso estoy de mi obra es de algo que no he hecho yo. Me parece increíble que sean mías las letras de esas canciones... Quedó un disco estupendo, hubo un trabajo muy talentoso de los músicos y cantantes. Es uno de los regalos más bonitos que he recibido en mi vida, y se lo agradezco mucho a los artistas y a Javier Gil por la iniciativa y coordinación del proyecto.

P.- Esta tarde, en la presentación de Material de contrabando, muchas personas se le acercarán para que les firme su ejemplar. ¿Cuál es el comentario que más le gusta recibir de los lectores?

R.- Que alguien se tome la molestia de leer tu libro y transmitirte su parecer ya me parece algo muy valioso, sean opiniones positivas o negativas. Pero que un lector se identifique con un poema o reconozca alguna vivencia suya en tus versos es una gran satisfacción para un escritor.