El Correo de Burgos

HISTORIA

Discretos puentes de voz en despachos y trincheras

Jesús Baigorri presenta hoy ‘Lenguas entre dos fuegos. Intérpretes en la Guerra Civil española’, una obra que reivindica el trabajo de estos profesionales en la contienda bélica (Palacio de la Isla, 19.30 h.)  

El intérprete y piloto ‘Chang’ Selles Ogino (abajo, segundo por la dcha.). ECB

El intérprete y piloto ‘Chang’ Selles Ogino (abajo, segundo por la dcha.). ECB

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«No ha sido nada fácil encontrar información. Las fuentes son fragmentarias y, en sentido estricto, prácticamente inexistentes. Ha sido como buscar agujas en un pajar». Así de claro resume el esfuerzo que ha supuesto elaborar este estudio al profesor e intérprete Jesús Baigorri Jalón, que ha buceado en decenas de archivos y publicaciones para rastrear la vida de estos profesionales ignorados habitualmente por la historiografía. «El modo de trabajo de un intérprete es la voz, y eso no suele quedar grabado ni registrado en ningún sitio», concluye.

Esta tarde, a partir de la 19.30 h, presentará Lenguas entre dos fuegos. Intérpretes en la Guerra Civil española (1936-1939) (editorial Colmares) en el Palacio de la Isla, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Allí charlará con el historiador Isaac Rilova, todo un experto en el estudio de la Guerra Civil y el franquismo, sobre los avatares que rodearon a la vida de estas personas que tuvieron el importante encargo de facilitar la comunicación entre gentes que hablaban diferentes idiomas en medio de un agitado ambiente de ruido, pólvora y muerte.

Jesús Baigorri (Alberite, La Rioja, 1953) fue intérprete durante diez años en la sede de la ONU en Nueva York y conoce de primera mano, aunque no a pie de trinchera, la tensión y responsabilidad en que habita a diario un profesional de estas lides. «Comencé a trabajar allí dos meses antes de la Caída del Muro de Berlín, un momento muy convulso en todo el mundo. Allí coincidí en el ascensor con ministros de Gorbachov, dirigentes de los gobiernos de Bush padre, de Clinton... Recuerdo con emoción ver por allí a Nelson Mandela», evoca Baigorri que, además de este cometido, ha ocupado gran parte de su carrera profesional como docente en Londres y Salamanca.

«Los intérpretes, además de estar junto a mandos militares en labores de despacho, estuvieron en el frente junto a las tropas, ayudando en la comunicación en pleno campo de batalla».

La Guerra Civil española, como señala en el prólogo del libro Enrique Moradiellos, ha producido hasta hoy más de 50.000 referencias bibliográficas. Pero apenas unas cuantas, y de forma muy breve, han hecho hincapié en la discreta labor de los protagonistas de Lenguas entre dos fuegos: los intérpretes que colaboraron en ambos frentes, el ejército republicano y el bando sublevado comandado por el general Franco.

«Los intérpretes, además de estar junto a mandos militares en labores de despacho, estuvieron en el frente junto a las tropas, ayudando en la comunicación en pleno campo de batalla». Baigorri también destaca el peligro que corrieron durante la guerra, señalando que no todos estaban en la retaguardia lejos del silbido de las balas y el estruendo de los ataques aéreos. «Se jugaban la vida y unos cuantos murieron por fuego enemigo. Algo que sigue ocurriendo en las guerras actuales». 

Además de la transmisión de órdenes y misivas, los intérpretes trabajaron en entornos muy duros, humanamente hablando: juicios, interrogatorios, hospitales, cárceles... «En el libro hablo de experiencias en el campo de concentración del monasterio de San Pedro Cardeña, en el que había presos de las Brigadas Internacionales, que era ‘un babel de lenguas’. La labor de los intérpretes fue fundamental para el día a día, tanto para organizar la vida cotidiana de los batallones de trabajo de presos como para interrogar a los detenidos por parte de miembros del ejército franquista o de la Gestapo».

Aunque parezca algo de película, Jesús Baigorri señala en su estudio la existencia de algún agente doble que, haciéndose pasar por intérprete, pasó información de un bando a otro aprovechándose de la excepcional posición en que estaban. Apunta el caso del agente británico Kim Philby, que fue condecorado por Franco pero que servía intereses soviéticos.

En Lenguas entre dos fuegos hay espacio para algunos intérpretes de cuyas vidas Baigorri ha podido investigar más a fondo, como Ivan Jarish, Teresa Debernardi o José Selles Ogino, un japonés con nacionalidad española que sufrió durante la Guerra Civil una serie de avatares dignos de una novela de aventuras. Apodado ‘Chang’, este piloto e intérprete dominaba el inglés, el español y el japonés. Durante un lance de la guerra fue dado por muerto, pero más tarde fue detenido por los soviéticos, encarcelado, torturado en checas de Valencia y confinado en un campo de concentración acusado de pasar información a Japón. Finalmente, no se probó esta acusación y fue liberado en 1939. Un historión.

Mujeres intérpretes

Uno de los elementos más novedosos y originales de este estudio es la gran cantidad de mujeres intérpretes que hubo en ambos frentes en la contienda española. «En particular, la mitad del contingente de intérpretes soviéticos que ayudaron a al ejército republicano eran chicas, algo realmente novedoso hasta el momento. Luego, en la IIGuerra Mundial también se repitió este hecho, pero fue en España la primera vez en que hubo tantas mujeres realizando esta misión», comenta Baigorri.

Algunos de los intérpretes recibían cierto rango militar y una paga acorde a ese grado castrense. «Hay algunas fotografías de la época donde se ven a intérpretes identificados con un brazalete que les hacía visibles como neutrales en la guerra, algo así como los cuerpos sanitarios. Aunque la mayoría de los intérpretes estaban alineados ideológicamente con el bando en que trabajaban», subraya el profesor riojano.

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