MÚSICA
Kitai, del récord Guinness a «hacer lo que nos da la gana»
Mente abierta, paso firme y récord mundial aún vigente. Kitai no entiende de etiquetas, solo de música. Con las cartas sobre la mesa, muchas todavía boca abajo, la banda revelación del último Sonorama vuelve mañana a La Rúa
-¿Cómo te respira a ti el disco, qué sensaciones te da?
No suele ser habitual que el entrevistado interpele de sopetón al periodista. Aún así, es comprensible que la respuesta de Alexander, vocalista de Kitai, arranque con signos de interrogación. Los adelantos del próximo disco abren la puerta a una nueva etapa marcada por la «heterogeneidad» y le interesa sobremanera conocer la opinión del oyente.
- Vais a subir un escalón más, eso seguro. También veo que podéis llegar a un público más amplio.
El veredicto coincide con su percepción. «Hemos decidido hacer lo que nos da la gana», matiza el frontman de la banda que en noviembre de 2018 batió el récord Guinness tras tocar 24 horas seguidas. Libres de etiquetas, con la «mente abierta a nivel artístico», lo mismo afinan en Do para seducir al público metalero junto a Swan Fyahbwoy o Rayden que saborean las mieles del pop con Quiérote o Shalalala, cuyo videoclip, por cierto, se grabó en la plaza del Trigo de Aranda de Duero durante la última edición del Sonorama.
Burgos es un «diamante», su «segunda casa». La Rúa, un «lugar especial» de «20 sobre 10».
A la espera de nuevas referencias y, cómo no, el LP en su totalidad, Kitai ha inaugurado 2020 pisando el acelerador. Primero en Madrid, después en Murcia y mañana en Burgos, «diamante» en bruto y «segunda casa» de un grupo que tenía ganas de volver a La Rúa por varios motivos. En primer lugar, porque es un «lugar especial»en el que se programa «música real y auténtica». Y aunque ya de por sí ese es un «argumento más que suficiente», Alexander no olvida el trato recibido la vez anterior. «Nos demostró lo que ya habíamos oído», de ahí que puntúe a la sala con un «20 sobre 10».
El flechazo de aquel primer encuentro con La Rúa se afianzará aún más si cabe mañana a partir de las 20:30 horas. La intención de Alexander, Fab (bajo), Edu (guitarra) y Deiv (batería) es repasar lo mejor de su discografía y testar los singles lanzados hasta la fecha. Quién sabe si, por aquello de coincidir con San Valentín, Cupido hace de las suyas y les incita a tocar «algo que todavía no haya salido». Si no es el querubín, tendrá que ser el público quien lo pida. Por intentarlo que no quede.
Lo que Kitai quiere dejar claro sobre el escenario es que su inclusión en grandes festivales como el Sonorama o el Resurrection no es fruto de la casualidad. Puede que estuviesen en el lugar correcto a la hora adecuada, pero la repercusión cada vez mayor del cuarteto obedece, sobre todo, a la autodisciplina y entrega de sus componentes. La banda trabaja «a jornada completa». Entre semana, compaginando los ensayos de mañana y las labores de «oficina» por la tarde. De sábado a domingo, en plena gira, recorren la península sin pensar en el aforo de la sala o evento al que acuden. Lo importante es disfrutar del viaje y del directo. Al final, el destino es lo de menos.
Alexander y el resto de sus compañeros afrontan el año con «ilusión y muchas ganas».
Poco a poco, el proyecto «va creciendo». Aún queda mucho camino por recorrer, pero Alexander se da por satisfecho tras comprobar que «tenemos un público fiel de verdad, sin fecha de caducidad». El amor hacia Kitai «no es pasajero», o al menos así lo percibe cada vez que lee los mensajes que escriben los seguidores a través de las redes sociales. No es de extrañar, tal y como está el patio, que tanto él como sus compañeros afronten el año con «ilusión y muchas ganas» de seguir mirando al sol de cara.
- ¿El concierto más bestia hasta la fecha?
Difícil pregunta. Alexander resopla y repasa mentalmente la trayectoria del combo deteniéndose en los últimos años de carrera. «Me cuesta quedarme con uno», acierta a responder, como si quisiese ganar tiempo porque aún no lo tiene del todo claro. Finalmente, se decanta por aquel directo en La Riviera con 1.400 personas «vibrando con nosotros». Pase lo que pase el día de mañana, un bolo «bendito» e «inexplicable» como ese jamás se olvida. Sobre todo cuando se trata de un grupo con los pies en la tierra cuyos miembros, pese a ser «muy conscientes de lo que estamos haciendo», saben lo «difícil» que resulta vivir con holgura de la música.
¿La parroquia? Ojiplática
El factor sorpresa es una de las mejores bazas a jugar. En este sentido, Kitai asombró hace un par de semanas a propios y extraños con Coffee Shop. Fue la «emergente» productora Oceánica Visual, siempre con «grandes ideas» en el bolsillo, la que les propuso rodar un videoclip con cámaras ocultas. Dicho y hecho, Alexander y compañía se conchabaron con los propietarios de unos cuantos «bares tradicionales» de Madrid para dejar ojiplática a la parroquia.
Con instrumentos reales o ficticios, juntos y por separado, Kitai se ha sacado un as de la manga que bien merece varias reproducciones en Youtube para asimilarlo. Para Alexander, fue «muy emocionante» observar «las reacciones de la gente de buena mañana». ¿Vergüenza? Ninguna.