El Correo de Burgos

EXPOSICIÓN

«Disputas, conflictos y pasiones» de trazo fino

La Academia de Bellas Artes de San Fernando cede al Cultural Cordón, hasta el 17 de mayo, una selecta colección de dibujos que recogen el «aura» y la «pulsión» de los maestros del Barroco italiano

La exposición es amena, «comprensible» y «estimulante», por lo que resulta ideal para todos los públicos. RAÚL G. OCHOA

La exposición es amena, «comprensible» y «estimulante», por lo que resulta ideal para todos los públicos. RAÚL G. OCHOA

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Burgos

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No es una muestra cualquiera. De hecho, su mero traslado a Burgos debe considerarse un privilegio. Nunca hasta ahora la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando había cedido una colección como la que se expone, hasta el 13 de mayo, en el Cultural Cordón. Una cuidadosa selección de dibujos -medio centenar para ser exactos- de los máximos exponentes del Barroco italiano esperan desde ayer a un público deseoso de acercarse «a la pulsión, al aura  que solo los verdaderos originales destilan». El «mayor préstamo» de San Fernando hasta la fecha a una sola institución se gestó gracias a la mediación de Ascensión Ciruelos, conservadora del museo de la Academia. Solo ella podía garantizar la «solvencia científica y expositiva» de un proyecto tan ambicioso que incluso produce «vértigo». Al menos eso es lo que sintió el director de Arte de la Fundación Caja de Burgos, Javier del Campo, tras confirmarse la guarda, custodia y visibilidad de un «rico y complejo» elenco de artistas esenciales para el Barroco como Carlo Maratti, Pietro da Cortona o Giovanni Bernini. «Imaginar y construir una exposición con tanta maravilla es por sí solo un reto en el que nos debatimos entre la ansiedad por incorporar lo que nos parecía imprescindible y el necesario esfuerzo de síntesis para limitarnos a 50 obras de un total de 23.000». No es sencillo, tal y como apuntaba Del Campo, seleccionar una pequeña muestra de tan vasta colección. Lo importante, a grandes rasgos, es que la exposición plantea un «discurso sencillo, comprensible y estimulante» que permite al espectador recrearse en la «belleza intrínseca de la obra fuera de su principal hilo conductor pero sin desdeñar aspectos significativos que nos sirvieran de guía». Se agradece, además, encontrarse cara a cara con un «trabajo directo, sin intermediarios ni reelaboraciones», únicamente posible gracias al «extremo cuidado» tanto en el traslado de los dibujos como la iluminación debido a sus «especiales condiciones de conservación». Podría decirse que Barroco italiano en el Gabinete de Dibujos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando incorpora «dos de los conjuntos más relevantes» de la tradición pictórica de los siglos XVII y XVIII. Por un lado, una selección de obras del entorno de Carlo Maratti adquiridas en 1775. Por otro, parte del material localizado en el zamorano Monasterio de Valparaíso, cuyo ingreso se formalizó en 1836. No en vano, la muestra se divide en cinco bloques perfectamente diferenciados para que el visitante pueda discernir entre las múltiples tendencias que convergieron en esa época dorada del dibujo europeo. «Disputas, conflictos y, por supuesto, pasiones». Como bien explicaba del Campo, el Barroco se caracteriza por ser un «movimiento transversal pleno de aristas y matices» que se desmarca, o por lo menos aleja, de «un mero estilo artístico».Los grandes nombres, todos sin excepción, fueron «decisivos» para el engrandecimiento de esta etapa marcada por sus «numerosas variantes». «Los melancólicos e intelectuales seguidores de la tradición clásica frente a los impulsivos y dinámicos naturalistas. Los opositores nuevos clasicistas que combaten con los exuberantes creadores de perspectivas». Su legado, imprescindible en cualquier academia de renombre, les convirtió con el paso del tiempo en «modelos», «referencias» y, sobre todo, «sujetos de admiración y contemplación». Por la «entidad y trascendencia» de este préstamo, uno de los «más exigentes y cuantiosos» por estos lares, el responsable de Cultura de la Fundación Caja de Burgos, Óscar Martínez, agradeció la posibilidad de exponer en la ciudad una colección de «extraordinaria relevancia» prácticamente insuperable en el Cultural Cordón. No es para menos, ya que la Academia de San Fernando atesora la segunda pinacoteca más importante del país tras el Museo del Prado. 

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