LETRAS / JOSÉ SIERRA
Una doble apuesta comprometida
El escritor asturiano con raíces burgalesas José Sierra publica un par de obras literarias y destina la mitad de su precio a colaborar con dos ONG
José Sierra ha pasado gran parte de su vida escribiendo. Su labor como abogado y consultor durante décadas le ha obligado a leer, interpretar y desarrollar miles de textos legales hasta que el día de su jubilación llegó. Y un vacío en torno a la escritura se dispuso ante él.
Un buen amigo apareció para rescatarle y matar el gusanillo. «Una amistad, de esas que tenemos desde 'guajes', me invitó a escribir en un blog de fotografía que mantiene desde hace tiempo. Allí, además de imágenes, hay reseñas sobre cómo hacer mejores retratos, historias de artistas, se publican relatos... Y ahí es donde fui invitado y publiqué dos textos. Me dijeron que se me daba bien y me animé a escribir algo más largo», comenta el autor.
Sierra, que nunca había pensado en hacer algo así, cambió el intrincado lenguaje jurídico que tantos años le había acompañado por la narrativa literaria, más poética y libre. «Y comencé con una novela, que acabé titulando La verdad como el ácido. Viajé hasta mi tierra, y a través de un detective muy particular, escribí una historia con tintes naturalistas, con su vertiente de denuncia social, cierto feísmo en los personajes y mucho combate político». Esta obra se despliega en la localidad asturiana de Pola de Laviana, donde la industria minera horada todos los rincones de la vida de sus habitantes. Serafín Prendes, exminero, monta una agencia de investigación tras dejar su profesión. «'Sera' es un detective asturiano, soltero por abandono, ateo y republicano que, con el apoyo de una secretaria -Covadonga, madre de dos guajes y divorciada- y un becario algo marisabidillo, resuelve crímenes en Pola de Laviana, aunque la verdad de los mismos termine siendo un ácido corrosivo que les salpique», reza la contraportada de la novela. El autor reconoce que el detective es un homenaje a su abuelo, que fue secretario judicial de esta localidad del Alto Nalón.
José Sierra también refleja en los capítulos de esta obra el gran problema que supuso el desmantelamiento casi total de la industria minera para su tierra natal. «Asturias se quedó en 'shock'. Se creó muchísimo paro e incertidumbre, además de despoblación, ya que la gente se quedó sin trabajo y tuvo que emigrar a otros lugares». La verdad como el ácido, además de su componente de intriga, descarga sobre el lector la indiosincrasia de una tierra dura, luchadora y políticamente muy enérgica que reconocerá perfectamente en sus personajes.
Sierra es gran lector de novela negra y valora las virtudes de este género donde cabe de todo. «Te permite deambular por muchos ambientes y mostrar a todo tipo de personajes, desde las mejores personas hasta las más miserables».
Por su parte, el libro de cuentos Primum vivere también ofrece una variada galería de individuos en sus siete historias, desde monjas, banqueros y sanitarios hasta amores y amistades reencontradas. «A raíz del confinamiento, cogí los relatos que tenía escritos y los di una vuelta. Indico que son narraciones para adultos porque me parecen fuertes y con una carga dramática importante. Sin duda, me ha influido la dura situación que hemos vivido y he añadido muchas sombras en este libro», confiesa el escritor asturiano.
Sierra tiene muy recientes estos dos volúmenes presentes en las librerías, pero ya trabaja en una nueva obra. En ella vuelve a la tierra de sus antepasados. La Riojilla burgalesa y parte de La Bureba se convertirán en el telón de fondo de El hilo de la vida -o A la sombra del manzano, títulos provisionales-, obra nacida a partir de la curiosidad del autor por conocer Villalbos, Belorado y todo su entorno. «Mi familia procede de esa zona y quiero contar su historia y sus raíces de un modo, por así llamarlo, documental. Paralelamente a esta memoria se va desarrollando un relato puramente novelesco. Va a ser una obra compleja», concluye el autor.
Letras solidarias
Hasta el 6 de enero, el 50% de los beneficios obtenidos por la venta de La verdad como ácido y Primum vivere irán destinados a dos ONG, Mundo Justo y Voluntarios con África. «Mi mujer colabora con estas organizaciones y me ha parecido un buen gesto para esta campaña de Navidad». Mundo Justo trabaja en España mediante pisos de acogida para colectivos vulnerables, mientras que Voluntarios con África desarrolla su labor en Etiopía. En esta iniciativa también participa el autor gallego Manuel Pérez 'Maneli' -que coopera con estas ONG- con su obra Irene, tenemos que elegir.
Voluntarios por África con población de Embo, Etiopía. ECB