MÚSICA
Caluroso reencuentro de Frío con su público
Con todo el aforo vendido y una joya audiovisual antes de arrancar el concierto, Frío se reencontró ayer con su público en el Cultural Cordón después de tres cancelaciones por culpa de la pandemia
«El público te quiere ver y, por lo tanto, tienes más ganas aún de darlo todo». Horas antes del concierto, Daría Ras se sentía «realmente contenta» porque «influye mucho saber que tienes el aforo vendido completamente». ¿Nerviosa? «Mucho». Algo comprensible teniendo en cuenta que el regreso de Frío, con Todo se vuelve azul bajo el brazo, se ha pospuesto hasta en tres ocasiones por culpa de la pandemia. Si el coronavirus no existiese, esta crónica se hubiese escrito a finales de marzo del año pasado en un contexto totalmente diferente.
«Estresado» salía Peri del trabajo a ultimísima hora de la mañana. Con el tiempo justo para comer e intentar descansar un rato, se le juntó «un poco todo». Por un lado, la «ilusión» de saber que las entradas se agotaron el jueves y que entre los asistentes se encontraba «gente que viene de otras provincias», lo cual demuestra «las ganas que había de ir a conciertos». Por otro, las ganas de plasmar en directo un EP cocinado a fuego lento desde su reencuentro con Daría, Alberto y Dio en 2016. El público echaba de menos a los Frío y la banda no decepcionó en absoluto.
El bajista tenía sus «dudas» sobre la viabilidad del concierto. Seguro era porque se aplicarían a rajatabla todos los protocolos sanitarios habidos y por haber, pero la curva de contagios es imprevisible y en cualquier momento se puede restringir la música en directo. Afortunadamente no fue así y la Fundación Caja de Burgos tampoco ceja en su «empeño de seguir programando». Con un tercio del aforo, tal y como marca la normativa, el máximo exponente del rock burgalés de los 90 volvió a escena con todas las de la ley en el Cultural Cordón para verse las caras de nuevo con sus seguidores.
Fue un concierto «especial» pero «un poco raro» al mismo tiempo. «En vez de una cerveza en la mano hay gel hidroalcohólico».
A las 16 horas, la banda ya estaba en su ‘cuartel general’ para cargar el equipo y efectuar las pertinentes pruebas de sonido antes de pisar el escenario con la garra que les caracteriza. Una vez en faena, junto a sus ya inseparables Rodrigo Vázquez (teclado) y Judith Valenzuela (coros), alternaron los cinco temas de su último trabajo con un buen puñado de clásicos «renovados». También cayó alguna que otra versión de Inxs, Janis Joplin y, como «final de fiesta», el siempre eficaz Frío de Alarma!!!, referente ochentero del rock patrio liderado por Manolo Tena.
Se proyectó un vídeo-resumen antes del bolo sobre la historia de un grupo que ya trabaja en nuevo material para seguir al pie del cañón
Daría pasó de la «ansiedad» a la «seguridad» que ofrece el calor de un auditorio entusiasmado a las primeras de cambio. También sus compañeros, entregados en cuerpo y alma a una misión que se ha dilatado mucho más de lo debido. Fue un concierto «especial» pero «un poco raro» al mismo tiempo. «Aquí todos sentaditos, con mascarillas...», reflexionaba Peri tratando de hacerse a la idea de que «en vez de una cerveza en la mano hay gel hidroalcohólico».
Y claro, lo suyo hubiese sido acabar «abrazándonos y saltando» en comunión con el público, pero «es lo que nos toca». Lo que sí tocó, la fibra sensible en este caso, fue la proyección de un vídeo-resumen antes del bolo sobre la historia de un grupo que ya trabaja en nuevo material para seguir al pie del cañón.