MÚSICA
El Zurbarán se encomienda a los grandes clásicos del rock
Ante la imposibilidad de celebrar este año su quinta edición, el Zurbarán Rock quiere crecer con los Strings, la «versión flexible» de la Barcelona Rock Orchestra, el 22 de mayo en el Fórum
No podían quedarse de brazos cruzados, no. Bastante les costó a los integrantes de la asociación Metal Castellae aplazar la quinta edición de su ‘ojito derecho’, el más que consagrado Zurbarán Rock. ¿Esperar hasta 2022? De ninguna manera. El show debe continuar, ya lo decían los Queen, aunque sea bajo un formato adaptado a las circunstancias. No queda más remedio que posponer una vez más el festival, pero a grandes males el mejor de los remedios: una «propuesta única dentro del panorama». Clásicos indiscutibles de históricos colosos como Iron Maiden, AC/DC, Led Zeppelin o Metallica, entre otros, a cargo de una orquesta de armas tomar: la Barcelona Rock Strings.
Con el aforo limitado a tan solo 437 localidades, la época dorada del rock en el más amplio sentido del término sonará en sinfónico el próximo 22 de mayo en el Fórum Evolución. Las entradas, a la venta desde ayer, corren el riesgo de volar de un momento a otro. No es para menos, pues esta «versión flexible» de la aplaudidísima Barcelona Rock Orchestra adaptada a los tiempos Covid que corren apenas se ha prodigado aún por el país. Y tal es la expectación que genera entre el público que se da por hecho que «vendrá gente de fuera», comentaba ayer Michael Nebreda, de Metal Castellae, plenamente convencido de que esta singular propuesta «gustará a los heavys y no heavys».
«Las instituciones creyeron en el proyecto. Han visto que es solvente, creíble y bueno para la ciudad».
El Zurbarán Rock Orquestal, así bautizado por los organizadores, ha llegado para quedarse. No se trata de un mero parche para capear el temporal a la espera del ansiado festival que, año tras año, escala posiciones con grandes nombres de talla internacional. El objetivo, según Nebreda, es que el evento «crezca con nosotros». Como un hermano, quizá pequeño pero peleón, que quiere hacerse un hueco por méritos propios. Porque si algo busca Metal Castellae, y así lo remarcaba Laura Sagredo, es ofrecer una «alternativa viable, segura y que genere riqueza» a la ciudad. Ahora y el día mañana, por supuesto.
Para que la iniciativa haya podido salir adelante, los organizadores han contado con el respaldo del Ayuntamiento (a través del IMC) y de la Diputación. «Las instituciones creyeron en el proyecto. Han visto que es solvente, creíble y bueno para la ciudad». Partiendo de esa base, las expectativas de Sagredo son «muy buenas». No solo por la previsión de llenar el aforo sin mayor problema. También pesa, y mucho, el deseo de que «las nuevas generaciones vayan adquiriendo ese amor que tenemos por la música». En este sentido, conviene puntualizar que el concierto es apto para todos los públicos. Lo mismo dan los gustos de cada uno o la edad. La «calidad del proyecto» habla por sí sola.
El bajista de los Kiss, Gene Simons, se quedó «alucinado» cuando escuchó a la BRO interpretar la mítica I was made for lovin’ you.
Si algo tiene claro Sagredo es que se trata de un evento «muy rompedor» que merece la pena ver en directo. Es más, la idea de traer a los Strings surgió a raíz de un concierto de la Barcelona Rock Orchestra acompañando a los potentérrimos Rage, baluartes del power metal alemán. Aquello fue un flechazo en toda regla. Se quedó tan «alucinada» que le faltó tiempo para comentárselo a sus compañeros. Tenían que venir a Burgos sí o sí. Dicho y hecho, aunque sea en formato reducido, el sueño se ha hecho realidad.
Para «alucinado», el bajista de los Kiss, Gene Simons, cuando escuchó a la BRO interpretar la mítica I was made for lovin’ you durante la presentación, en rueda de prensa, del Barcelona Rock Fest de 2018. Aquel encargo fue el germen de una orquesta que, en vista de su grata acogida, no dudó en emprender el vuelo. Y enseguida le salieron pretendientes. No solo los Rage, sino también uno de los pesos pesados del metal patrio: Sôber.
Michael Nebreda y Laura Sagredo (Metal Castellae). ECB
La alianza, en este caso, fue más allá de unos cuantos conciertos. Carlos Escobedo y compañía confiaron ciegamente en su trabajo para ejecutar -y marcarse una extensa gira- La Sinfonía del Paradÿsso, impecable y espectacular revisión del disco que catapultó al grupo madrileño a los primeros puestos de las listas de ventas allá por 2002.
Serán pocos en comparación con su nave nodriza, pero se les ve muy bien avenidos sobre el escenario. Barcelona Rock Strings cuenta con el aval de seis jóvenes y experimentados músicos con envidiables currículums a sus espaldas. A los violines, nos encontramos a Pere Nolasc y Mireia Puigmal; a la viola, Aurora Matías; al cello, Núria Conangla; al contrabajo, Camil Piqué; y, por último, Jordi Font haciéndose cargo de los arreglos. Sus carreras se han cruzado y se compenetran que da gusto. Lo que el rock ha unido no lo separará el dichoso coronavirus.