ORQUESTA SINFÓNICA DE BURGOS
Mozart y Beethoven cierran una temporada atípica
Unidos de nuevo y por segunda vez en el año. La temporada de 2021 para la Orquesta Sinfónica de Burgos (OSBU) ha sufrido, como todos los espectáculos culturales, los otros estragos generados por la Covid-19. Este año la música no podía parar y, aunque con una temporada más reducida que nunca en los 15 años de actividad de la orquesta burgalesa, han podido desarrollar dos conciertos con el canario Iván Martín como director.El broche a ese esfuerzo adicional en el que la pandemia ha convertido lo habitual, se enmarca el concierto de cierre de temporada de ayer. Con la participación de Sheila Gómez como violín solista, todo el equipo pudo interpretar la Obertura de Luci Sila y la Sinfonía nº 41 en do mayor, K.551, ‘Júpiter’ de Wolfgang Amadeus Mozart y la Romanza nº2 en fa mayor, op. 50, para violín solo y orquesta de Ludwing van Beethoven.Un cierre que se vivió en el Fórum, cumpliendo con todas las restricciones y que sirvió para cerrar un año tan atípico como el 21 que arrancó el 25 de abril con otro concierto bajo la batuta de Iván Martín y como solista el violonchelista Asier Polo. Con estas dos actividades se ha podido retomar el contacto con su público, el burgalés, que se vio cerrado de manera abrupta el año pasado tras la función de febrero del 20, antes de declararse el estado de alarma.La Orquesta Sinfónica de Burgos ofreció su primer concierto en noviembre de 2005. Fue el empeño de un nutrido grupo de jóvenes músicos burgaleses «deseosos de compartir con la ciudad su entusiasmo por la música sinfónica». Entonces encabezados por Javier Castro como director, la orquesta, en cada una de las temporadas con las que se ha presentado ante su público, ha realizado un recorrido por todos los géneros sinfónicos.Con este proyecto, los músicos burgaleses con trayectoria en otros puntos de la geografía retomaron el testigo de aquella Orquesta Sinfónica de Burgos, de breve existencia, que se formó a finales de la década de los 40 de la mano del insigne director burgalés Rafael Frühbeck de Burgos o Carmelo Alonso Barnaola.Una de las características de la programación de la agrupación es acercar a músicos y directores de primera línea a la escena burgalesa. Así han colaborado con directores invitados como Lutz Köhler, Philippe Bach, Eduardo Portal, Massimo Spadano, José Miguel Pérez-Sierra, Víctor Pablo Pérez, Rubén Gimeno o Miguel Rornea. Entre los instrumentistas que han protagonizado imponentes tardes en el Teatro Principal y, últimamente, en el Fórum se cuenta con una amplia lista integrada, entre otros, por Dinorah Varsi, Claudio Martínez Mehner, José Luis Estellés, Elena Cheah, Susana Yoko Henkel o Marieke Schneemann. También han acercado voces como las de Alicia Amo, Howard Crook, María Espada o Ainhoa Arteta.Pero también ha acercado al oído del público burgalés piezas que no se habían interpretado en Burgos, así como la promoción del legado de los compositores de la tierra como Antonio José, de destacar el estreno en versión concierto de la ópera ‘El mozo de mulas’ en noviembre de 2017, las partituras de Rafael Calleja, Alberto Hortigüela, Laura Puras, Ángel Juan Quesada, Alejandro Yagüe, pedro María de la Iglesia, Javier Centeno y Javier Pérez Arévalo.También han constituido hitos fundamentales de la actividad de la OSBU durante estos años la interpretación de la integral de las sinfonías de Beethoven y Brahms, así como el montaje de complejas obras sinfónico-corales como ‘Un réquiem alemán’ de Brahms, ‘La Pasión según San Mateo’ de Bach y la ‘Novena sinfonía’ de Beethoven.Con Mozart y Beethoven cierran un año atípico en el que no se ha dejado de programar, a pesar de todos los obstáculos que pone por delante la pandemia. Ahora la mirada está puesta en la próxima temporada con el objetivo de recuperar parte de la normalidad y el número de conciertos habituales en cada temporada. Será el año 16 de una orquesta que sigue afianzándose en la programación cultural de la ciudad.