El Correo de Burgos

ENTREVISTA

Chiki Lora: «Viva o no viva de la música, seguiré tocando»

Siempre en «línea recta», libre como el viento, rezuma eclecticismo y pasión a partes iguales. En la carretera desde mayo, mañana vuelve a La Rúa para reencontrarse con viejos amigos a los que echaba de menos

Chiki Lora actúa mañana en La Rúa a partir de las 21 horas.

Chiki Lora actúa mañana en La Rúa a partir de las 21 horas.

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Su vida se asemeja a Ocho apellidos vascos pero sin imposturas. Malagueño de nacimiento y madrileño de corazón, se encuentra a sí mismo en cualquier lugar. Y en Euskadi bien a gusto que está junto a sus Pilares, los mismos que dan nombre a sus últimos cinco singles y a una arrolladora gira que ya le ha generando unos cuantos sold outs. Con los pies en la tierra, suma y sigue, Chiki Lora aún tiene mucho que decir. 

Pregunta- ¿Sobre cuántos Pilares se sustenta la vida de Chiki Lora?

Respuesta- Creo que son los que he soltado hasta ahora, aunque supongo que hay muchos. Lo que más me llena es mi familia. Mis niños son lo más importante en mi vida. 

P.- ¿Formarán parte estos cinco últimos singles de un LP o son temas sueltos? 

R.- La idea es hacer un disco el año que viene. Estoy ahora con la composición, tengo ideas pero no me quiero pillar los dedos. No voy a sacar algo por sacarlo, solo si lo tengo muy claro. En principio tengo estos cinco pilares, que es lo que quería presentar y lo que estoy tocando en directo, pero el año que viene quiero sacar algo sin agobios. 

P.- ¿Con los Pilares como leitmotiv? 

R.- Los Pilares los voy a dejar aquí. Si hago otros cinco temas no van a tener nada que ver, pero podrán pertenecer al disco entero. 

P.- Lo más reciente, Golpe a golpe: «Que la tierra gire, que mi tren lo llevo yo». ¿Hacia dónde se dirige su locomotora? 

R.- Mi locomotora va en línea recta, es un poco de lo que habla la canción. Yo decidí... o ella (la música) me eligió a mí. Llevo tocando desde que tengo 10 años, compongo desde los 11 o 12 y forma parte de mi modo de expresión, de mi día a día. Viva o no viva de la música, seguiré escribiendo y tocando la guitarra porque lo he hecho siempre. No sé hacia dónde va mi tren, pero hago las cosas como considero que están bien hechas. 

Vengo de estar 15 años con Canteca de Macao. Hemos tocado en más de 25 países, llenado casi todas las salas de España, y me bajé de ese carro para hacer las cosas de otra manera, por tener una inquietud personal. Creo que hay que llevar las cosas con honestidad y en línea recta. 

«Soy un enamorado de las costumbres y de las gentes. No me parece que un lugar sea mejor que otro»

P.- De Málaga a Madrid para acabar rematando en Euskadi. El tema ya está un poco trillado, pero solo por esto su vida daría para un buen guion...

R.- (Ríe) La verdad es que sí. Realmente venía para un año porque a mi pareja le habían ofrecido trabajo en Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) y al final llevamos tres años y medio. Por ahora estamos a gusto, los niños están aquí muy bien y hay mucha calidad de vida. Soy un enamorado de las costumbres y de las gentes, no me parece que un lugar sea mejor que otro. Cada sitio tiene su yin y su yang, sus luces y sus sombras. 

Andalucía para mí lo es todo, de ahí viene mi familia. Nací en Málaga, pero mi padre es sevillano y mi abuelo jerezano. Todos los años voy todo lo que puedo porque me da la vida. Y Madrid es donde he podido crecer artísticamente porque hay un caldo de cultivo en el que si alguien juega bien sus cartas puede llegar a crecer mucho. Es una ciudad de oportunidades. Allí he mamado la calle, los escenarios y la música. 

Ahora en el País Vasco estoy criando a mis hijos. Disfruto del paisaje, de todo lo que me rodea, de la gratitud y generosidad de la gente. 

P.- ¿Qué hay de cierto en el tópico sobre la sequedad de los norteños? 

R.- La gente de primeras es súper abierta. Por lo menos es la sensación que yo tengo: vas al bar y cualquiera te invita a un zurito. Lo que veo más difícil es a la larga. Ahí sí que encuentro diferencias con Madrid y Andalucía. Entrar en una cuadrilla, que te inviten a sus casas o hacer una comida es más complicado. El concepto de la cuadrilla es muy fuerte aquí. 

P.- Siempre se ha dicho que en eso los castellanos nos parecemos bastante a los vascos. Pero también que somos gente noble. 

R.- Totalmente. Cuando haces un amigo vasco o del norte es para toda la vida. Hay acciones de generosidad que no he visto en otros sitios. Por ejemplo, se me quedó tirado el coche y enseguida tenía a cinco o seis amigos que vinieron. En Madrid... espera a la grúa (ríe). 

P.- ¿Cómo responde el público? Da la impresión de que en el sur se respira más alegría.

R.- Es una lotería. He hecho conciertos en el sur, donde la gente está tan acostumbrada al rollo flamenco-fusión que se cansa rápido y no te hace caso. Luego en el norte tocas tres notas y la gente ya está arriba. Todo depende del clima que se genere en cada concierto. Al final son muchas variables las que entran en la ecuación del directo: que el sonido arrope, que la sala sea cálida, que no haya un grupo hablando todo el rato... 

Con la pandemia he notado que se puede generar un clima óptimo para los conciertos. Ahora, sin sillas y de pie, recibes el calor de la gente. Pero al darlo todo el volumen de la gente es más alto. 

«Hay un boom de gente tocando. La oferta es muy grande. No sé si somos más músicos que público»

P.- Arrancó la gira en mayo. Las ocho primeras fechas con sold out. No está nada mal para empezar. 

R.- Ha sido maravilloso. La gente tenía muchísimas ganas. Y ahora, desde septiembre, veo que hay un boom de gente tocando. Hay una oferta muy grande, no sé si somos más músicos que público. Pero también hace falta confianza, ir a los conciertos y volver a consumir música. Todavía hay un proceso de adaptación. 

P.- Mañana vuelve a La Rúa, donde ya es un viejo conocido...

R.- Toqué una vez en solitario. Ahora volvemos después de dos años y ganas hay muchas. Aparte, Jacho es una gran persona que se trabaja mucho la música. A ver qué tal sale, que venga la gente y disfrute de las nuevas canciones. Por cierto, con Canteca ya vine unas cuantas veces también. 

«Mi proyecto paralelo es la música porque el principal es la crianza. Hago colaboraciones, pero no me puedo dedicar a otra cosa»

P.- Sin prisa pero sin pausa con el nuevo disco. ¿Algún proyecto paralelo en mente?

R.- No me da la vida. El proyecto paralelo es la música porque el principal es la crianza. Mis hijos me ocupan mucho tiempo porque son chiquitos y no puedo tener más proyectos en mente. Hago colaboraciones, pero no me puedo dedicar a otra cosa.

Aparte tengo una empresa de giras musicales (Furgosoni) con cuatro furgonetas en la que llevamos a gente ‘gorda’ como Residente. Ya no sé cuál es el plan A, el B y el C (ríe). 

P.- Además de una guitarra, ¿qué tres cosas se llevaría a una isla desierta?

R.- Me llevaría una guitarra sin duda. Y lo mismo un botecito de aceite de oliva para cocinar. No sé qué más...

P.- Guitarra y tres objetos a mayores.

R.- Una colchoneta, un arpón por si acaso hay que coger algo y un mechero por si hace ‘frescuni’.

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