HISTORIA DEL ARTE / PUBLICACIÓN
El Barroquista da otra vuelta de tuerca a la historia del arte
Miguel Ángel Cajigal, más conocido como ‘el Barroquista’, presenta su primer libro -'Otra historia del arte'- este martes en el Museo de la Evolución Humana a partir de las 20.15 h.
Los que sacamos cada mañana nuestra chalupa y nos adentramos en las bravías aguas de las redes sociales a veces tenemos que regresar pronto a puerto porque estos mentideros del siglo XXI degeneran en pantanos infectos o directamente en fosas sépticas donde es muy desagradable navegar. Y qué decir en tiempos como los actuales, en un fogoso y casi permanente periodo electoral... Pero también hay rutas alejadas de estos peligros donde asoman faros de luz en los que se puede disfrutar, aprender y hasta reflexionar.
En los últimos años han aparecido en España una serie de figuras relacionadas con diversas disciplinas culturales que han logrado un meteórico éxito en Twitter, Facebook e Instagram gracias a su labor divulgadora, su promoción del conocimiento y una acertada conexión con sus seguidores. En el campo del arte, uno de los más destacados es Miguel Ángel Cajigal Vera (A Coruña, 1981), cuya presencia en internet asoma bajo el alias de El Barroquista.
Este martes, en el salón de actos del Museo de la Evolución Humana, Cajigal presentará su primer libro, Otra historia del arte (Plan B), a partir de las 20.15 horas, con acceso libre hasta completar aforo. Las entradas deben retirarse en las taquillas del museo o llamando al 947 42 10 00. El acto también será retransmitido en directo a través del canal de YouTube del MEH.
Historiador del arte, comisario de exposiciones y divulgador cultural. Así se presenta Miguel Ángel Cajigal mientras explica de dónde viene su popular apodo. «Nació de casualidad. Estaba impartiendo una conferencia sobre el Camino de Santiago y alguien me hizo una pregunta sobre algo medieval. Di mi opinión sobre el asunto pero al final le dije que yo no era medievalista, que yo soy ‘barroquista’. A la gente le hizo mucha gracia... Cuando tiempo después comencé con el blog y las redes, con la intención de explicar este periodo tan interesante, adopté este nombre de guerra», comenta con simpatía.
Desde que Otra historia del arte llegó a las librerías en otoño no ha parado de sumar lectores y encadenar ediciones. «Mi editor, Gonzalo Eltesch, me motivó para hacer un libro diferente... La mayoría de obras de historia del arte explican el arte y yo no quería eso. Yo quería hablar de la historia del arte y explicar para qué sirve. Estoy muy contento con el resultado final y este libro me representa, algo que me obsesionaba», confiesa el autor de esta obra que lleva el provocador subtítulo de No pasa nada si no te gustan Las Meninas.
Mujeres artistas
A través de los veinte capítulos del volumen se tratan muchísimos temas, desde el canon artístico (y su diáfana subjetividad), las biografías de artistas (y por qué no tomárselas muy en serio) o el paisaje (y su permanente inspiración), entre otros. Un concepto de fondo que recorre todas las páginas es la reivindicación de las mujeres artistas, muchas veces olvidadas y a menudo marginadas en la historia del arte. «Hasta hace muy poco tiempo, el público en general era ajeno a este debate. En mi libro he intentado introducir en los ejemplos de obras que trato una proporción de artistas razonable y equilibrada entre mujeres y hombres. Y que esto se vea con naturalidad. No ayuda que hagamos un gueto para las mujeres artistas, ayuda que seamos conscientes de que estaban ahí, al lado de ellos».
Uno de los capítulos más sorprendentes de Otra historia del arte es la reivindicación que hace el Barroquista del bodegón, considerado a menudo un género menor que solía decorar las paredes de las casas de antaño. «Muchos de los artistas más importantes de la historia hacían bodegones o los usaban como campo de investigación formal porque, por así decirlo, los objetos retratados no se iban a quejar si salían mal», añade entre risas. Los capítulos sobre los animales y el desnudo son otros textos donde el autor expone unas teorías que invitan al lector a dar una nueva vuelta de tuerca a su visión del arte.
Cajigal también aborda en su libro la ‘histeria del arte’ o esa locura desatada hacia algunos artistas y su divinización, ejemplificada con un caso que ha llenado miles de páginas y minutos en los medios de comunicación desde hace muchos años: el Salvator Mundi atribuido a Leonardo da Vinci por el que se pagaron 450 millones de dólares en el año 2017. «Este caso representa muy bien la cara más fea del arte y lo he tratado varias veces en mis canales. Es un cuadro muy interesante pero todo apunta a que es una obra de taller de Leonardo».
Apuntes burgaleses
Cajigal ha visitado en varias ocasiones la capital burgalesa, tanto en viajes privados como por motivos académicos. Además de la Catedral, es un enamorado de la Cartuja de Miraflores, donde se halla una de sus piezas preferidas del arte español. «El retablo de Gil de Siloe me parece una auténtica locura, para mí es el retablo de los retablos. Siempre que paso por Burgos intento ir a verlo... También me pica que no sea una obra tan conocida para el grado de excelencia que tiene, es todo un museo de escultura en sí mismo», apunta El Barroquista.
Miguel Ángel Cajigal es miembro del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), asociación ligada a la UNESCO que se ha opuesto frontalmente a la instalación de las puertas de bronce diseñadas por el artista manchego Antonio López para la Catedral de Santa María y cuyo montaje podría poner en peligro la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Seo burgalesa. «Para mí, este proyecto le hace un flaco favor a Antonio López, él no necesita este trabajo para perpetuarse como artista, ya es uno de los más importantes de su tiempo con pleno derecho», indica Cajigal. «Desde la perspectiva artística, por lo que se conoce del proyecto, son unos relieves que tiene un mérito artístico, pero que no encajan mucho con la idea de unas puertas monumentales. Además, ubicadas donde se pretende, le restan todo el protagonismo al resto de la fachada y pasan a ser el punto focal de la atención. La Catedral de Burgos está en la lista de Patrimonio Mundial por una razón: para protegerla de este tipo de intervenciones. Es un afán conservacionista y estaremos a favor o no, pero el objetivo de la UNESCO es mantener estos monumentos y espacios excepcionales de la manera más intacta posible. Y esto no corresponde con este proyecto que cambia muchísimo el aspecto de la Catedral», asevera El Barroquista, dispuesto a hablar este martes en Burgos de este y otros muchos temas alrededor del arte.