MÚSICA
Capitán Cobarde: «Me han criticado por llamar a las cosas por su nombre»
Alberto Romero, antaño Albertucho, desembarca este sábado en La Rúa con ‘Camino de Vuelta’, donde su huella rockera converge de manera natural con el flamenco andaluz y el folk americano
Podría decirse que no tiene pelos en la lengua. O que no se la muerde. Podríamos seguir un rato enumerando tópicos similares, más o menos acertados, para definir a Alberto Romero (Capitán Cobarde) dentro y fuera del plano musical. Pero no sería de justicia. Básicamente porque si se posiciona alto y claro es por necesidad. En cualquier parte. También cuando canta, con melómana devoción, temas como Vergüenza.
Tratan con su patria verbenera de cerrar a cal y canto la frontera. Vuelven a mirar a las mujeres como a perras de crianza. Y no se puede batallar con esta gente si una juventud atontada consume y duerme. Con conocimiento de causa, el artista anteriormente 'bautizado' como Albertucho pone los puntos sobre las íes en este himno de Camino de Vuelta, su último disco.
Con ganas de volver a Burgos, de reencontrarse este sábado a partir de las 21 horas con la gente de La Rúa, el compositor sevillano dice lo que piensa y piensa lo que dice. Y lo hace sin miedo cuando se refiere a unas siglas políticas que le inquietan, esas que presumen de «orgullo facha» mientras «sacan pecho del racismo» y que «han entrado en las instituciones».
La broma ya no le hace gracia. «Al principio era cómico, todo el mundo se reía». Sin embargo, le viene Donald Trump a la cabeza y le preocupa -más bien cabrea- que algunos mensajes calen en determinados grupos sociales que «no se preocupan en leer el programa».
Mientras tanto, Capitán Cobarde sale al mundo con su inseparable guitarra para cantarle las 40 a quien haga falta. A diferencia de muchos en su gremio, cree que «es un error no hablar de política porque somos política».
Su madre le ha dicho en más de una ocasión que «tiene la lengua muy larga». Un consejo con la mejor de las intenciones porque pronunciarse, a veces, tiene sus consecuencias. «Me han criticado por llamar a las cosas por su nombre», asegura Alberto, desde su local de ensayo, mientras agradece la valentía de aquellos «artistas con mucho compromiso a los que no se la cuelan».
Política aparte, el enfant terrible del rock andaluz sigue su camino con un magistral LP del que llegó a lanzar seis adelantos antes de su salida en septiembre del año pasado. Entre ellos Vergüenza, estaba cantado, pero también Acuérdate de mí. Y no fue fácil sacarlo.
Los derechos de 'Acuérdate de mí' van para la Fundación Pasqual Maragall, que promueve la investigación contra el alzheimer.
«Al principio no la quería meter» porque planta cara al alzheimer con crudeza y nostalgia. Lo ha vivido de cerca, con dos personas muy queridas, y se «moría de pena». No obstante, al final quiso que el tema viese la luz para donar los derechos de autor a la Fundación Pasqual Maragall, que promueve la investigación científica para prevenir tan devastadora enfermedad.
A lo largo de su viaje, con su gran amigo Diego Pozo ‘Ratón’ a los mandos, Capitán Cobarde se adentra más que nunca en sus raíces. Henchido de flamenco, rememorando a Federico García Lorca o Miguel Hernández, salta sin avisar hasta el otro lado del charco. Una vez en América, Bob Dylan y Leonard Cohen le dan la bienvenida.
Su amistad con La M.O.D.A. se fraguó en La Rúa. Todo empezó con Joselito Maravillas llevándole un CD.
A lo lejos, la voz áspera de Joaquín Sabina pide paso. Y por ahí deambulan también Los Delinqüentes. El resultado: «folk rock con aire andaluz». Ni más ni menos. Sin artificios aunque arriesgando, Albertucho sigue presente porque nunca se fue del todo.
De cara al concierto, Capitán Cobarde pregunta a quien escribe si La M.O.D.A. toca el sábado. La respuesta es afirmativa, y le apena porque le encantaría estar un rato con ellos. La amistad se fraguó precisamente en La Rúa, cuando un cartel de aquella Maravillosa Orquesta que aún cantaba en inglés llamó la atención del artista sevillano. Después aparecería Joselito Maravillas para darle un CD y... Al final acabaron colaborando.
Entre ondas y versos
Con la gira en marcha y la pasión por lo suyo siempre a flor de piel, Alberto no se conforma con los ensayos, el directo y la composición. En el primer confinamiento, su culo de mal asiento le llevó a crear un canal de Youtube que derivó en El Club de los Cobardes.
A continuación, puso en marcha un podcast en el que aborda toda clase de temáticas, desde la búsqueda de la felicidad hasta la buena gastronomía. En nada podrá escucharse a través de las principales plataformas.
Aparte de criarse con la radio -aún recuerda las largas jornadas de trabajo en el taller de marroquinería de su padre-, Capitán Cobarde se ha enriquecido con versos de primeros espadas. Y con la mayor humildad y respeto, asesorado por su buen amigo Kutxi Romero de Marea, pretende rendir su particular «homenaje al Siglo de Oro» con Vigésimo tercer premio de cocina tradicional y otros poemas.
De momento, su oda a las Lentejas devoradas ha triunfado en las redes. Y aunque le gustaría que el libro salga «lo antes posible», tampoco descarta esperar un poco y sacar un «disco-libro con amigos».