Los Piratas, Julio Iglesias y lo que se tercie

Festival Músicos en la Naturaleza, en plena Sierra de Gredos. Un devastador incendio obliga a todo el mundo a salir por patas. Los hermanos Ferreiro, Iván y Amaro, se han hecho colegas del mismísimo Julio Iglesias ese mismo día y huyen despavoridos junto a él y su chófer. Comienza una hilarante historia, otra de tantas, a la que pronto se irán sumando otros personajes como Quincy Jones. Las risas están servidas y el lector, estupefacto, se pregunta qué puede haber de cierto en la última novela del burgalés Ismael Alí de Unzaga.

El título encaja, es «la cuadratura del círculo». Será como aquella canción de los años 80. Himno por méritos propios de Los Piratas, transversal al pop independiente de la banda gallega. Queda que ni pintado porque da sentido a «todo el entramado». Sin embargo, el autor reconoce que el bautismo se produjo «al final». Barajaba varias opciones, todas alrededor del universo Ferreiro, cuando la luz se hizo y ya no había vuelta de hoja.

 

Recién salido del horno editorial, Alí de Unzaga presenta hoy en sociedad a su última ‘criatura’ -la cuarta en poco más de cuatro años-. Lo hará con motivo de la Feria del Libro en la sala Polisón del Teatro Principal a partir de las 20:15 horas. Después, a eso de las 10 de la noche, andará por el Carmen 13 junto a los Four Fiesta. La novela va de música, indie en el más amplio sentido de la palabra, y le apetece «darlo todo» subiéndose al escenario para interpretar un puñado de temas.

Volviendo a la novela, el también pintor detalla que Será como aquella canción de los años 80 mantiene una «estructura muy cinematográfica», constantemente aderezada con «flashbacks y flashforwards», marca de la casa. Le apasiona el mundo audiovisual y se nota. De hecho, le encantaría guionizar cualquiera de sus obras para que luzcan como es debido en la gran pantalla. Sobre todo Mariposa Grove, la más fílmica de todas. No obstante, hacer lo propio con su última y desternillante aventura sería un «puntazo». Con los pertinentes permisos, y con estas cosas nunca se sabe.

Iván Ferreiro «tiene ganas de leerla». Julio iglesias «no está al tanto, pero lo estará».

Quién si está al tanto de la movida es Iván Ferreiro. Se enteró a través de una amiga en común que tiene mucho trato con Amaro y reconoció que «tiene ganas de leerla». Ahora, Alí de Unzaga espera su reacción y no oculta su deseo de que «nos veamos después y podamos hacer una promoción juntos». Sería lo suyo, qué duda cabe.

¿Y Julio? ¿Qué opina el presunto padre de media España y parte del extranjero? «No está al tanto, pero lo estará», admite el escritor dispuesto a «mandarle la novela» como sea. Casi desde el principio, tuvo claro que el artista latino más exitoso de la historia encajaba como un guante. Por «histriónico» y «rocambolesco», en el mejor de los sentidos, pocos como él podían dar tanto juego.

El caso es que este compendio de tramas, ficcionadas pero ajustadas a la realidad en muchos casos, persigue una misión harto complicada: «que el público se divierta». Alí de Unzaga ha disfrutado de lo lindo escribiendo, hasta el punto de sorprenderse a sí mismo partiéndose la caja mientras ponía a sus personajes en apuros. Buena señal. Y tiene su mérito, porque cuando uno imagina sobre papel siempre «es más fácil hacer reír que llorar».

Para la próxima historia baraja tres ideas. Lo único que avanza es que «será muy burgalesa».

Con multitud de referencias sobradamente conocidas -desde la mítica Xuxa hasta Isabel Pantoja pasando por los ACDC-, el autor se ha dejado llevar por su «experiencia en festivales». Si hubiese querido, podría haber plasmado -sin dar nombres- un sinfín de anécdotas surrealistas sobre la escena indie. «Me han contado cada cosa...», confiesa aludiendo a unas fuentes del todo solventes que saben de sobra lo que se cuece en el panorama. Aún así, no le hacía falta aprovechar esos recursos porque  se apaña de sobra con lo que tiene.

De cara al futuro, presumiblemente a corto plazo en vista de tan prolífica actividad literaria, Alí de Unzaga ya vislumbra su próxima novela. Por el momento, tres ideas sobre la mesa y algo meridianamente cristalino: «será muy burgalesa». Poco más cuenta porque aún debe madurar el proyecto, pero su expresión facial deja entrever que la historia promete.