Las otras caras del genio burgalés Marceliano Santa María
Bocetos, estudios y pinturas poco conocidas del gran pintor burgalés que abarcan sus diferentes facetas artísticas se exponen en Cultural Cordón hasta el 28 de agosto
La sala de exposiciones de Cultural Cordón alberga desde hoy y hasta el 28 de agosto la muestra Marceliano Santa María. Inéditos y curiosos, compuesta por bocetos, estudios y pinturas poco conocidas del gran pintor burgalés que abarcan sus diferentes facetas artísticas.
La luz, el color, la forma, la elegancia, la capacidad expresiva, la fijación por el paisaje, la búsqueda de la calidad pictórica en cada pincelada... Estos han sido los argumentos con los que se ha querido construir esta exposición dedicada a Marceliano Santa María (Burgos, 1866-Madrid, 1952). Lejos queda ya el tiempo de la grandilocuencia, de la literatura afectada en torno a un autor que conoció́ el éxito en vida, que concitó homenajes, acumuló premios y el favor de poderosos y dirigentes.
De manera consciente esta exposición quiere huir de la retorica habitual en torno a la figura y obra de Marceliano Santa María, dejar atrás los lugares comunes para enfrentarnos a un elenco de obras muchas de ellas inéditas. Tan inéditas que su celosa custodia nos permite contemplarlas en toda su pureza, con los colores intactos, como si acabaran de ser apeadas del caballete del pintor; junto a ellas algunas otras que sí son conocidas, pero que fueron expuestas hace al menos varias décadas y, por ultimo, se han seleccionado también trabajos que fueron considerados por el autor bocetos, estudios, piezas inacabadas en suma. Suponen estas un verdadero hallazgo de verdad pictórica. Ligeras unas veces en el trazo, otras cargadas de materia, dominadas por el dibujo y el ensayo en ocasiones o, por el contrario, audaces en el gesto y la apariencia.
Desde la modestia más absoluta esta exposición aspira a devolver a Marceliano Santa María una imagen de creador consciente de su valía pictórica. Su maestría con las masas y los campos de color, con la composición, con la elección de los planos y los puntos de vista, con las actitudes y con los reflejos de una vida que comenzaba a marchitarse, han servido como argumentos de esta exposición. Con más setenta obras pertenecientes a diferentes colecciones particulares, la exposición huye de programas cronológicos, incluso temáticos o alegóricos, para centrarse en aspectos estéticos, en su percepción y en su experiencia.
LA EXPOSICIÓN
Lo esencial
La muestra se abre con un grupo de pinturas caracterizadas por la aproximación directa al tema elegido. Primeros planos, varios de ellos resueltos con tomas frontales, que ocupan la totalidad de la mirada del espectador. En ocasiones Marceliano Santa María antepone un motivo, tras el cual se extiende una escena paralela, o bien opta por sintetizar la idea en una única vista. Esa cercanía –tanto física como conceptual– al objeto renuncia casi siempre a elementos narrativos ajenos al hecho pictórico. Cuadros como “¡Frío!” de 1938, “Pinar”, de 1930, “Sauces viejos”, de 1939 o “Terra Mater”, de 1943 ejemplifican esta sección.
Tierra, agua, cielos
Junto con el retrato y la pintura narrativa Marceliano Santa María fue justamente celebrado por su obra relacionada con el paisaje. Sin embargo no se ha hablado tanto de los valores intrínsecos de esta ni de los retos formales con que abordaba su acercamiento a la naturaleza. Si en esta sección nos encontramos con obras como “Peñón de Valdelateja”, de 1924, “Tierra labrada” de 1931, o “Cumbres coronadas” y “Cauce”, ambos de 1940, otras pinturas nos conducirán hasta un Santa María que exploró la representación de la luz de la tierra castellana en obras como “El sendero”, de 1931 y en las sorprendentes “Fabrica” de 1939 o “Nieve en Jadraque” de 1945.
Habitar y construir el paisaje
Gran parte de la producción pictórica de Marceliano Santa María incorporó escenas de vida cotidiana de un tiempo que parecía ya ido y que invocan el tardío conflicto que en muchos lugares de España se vivió́ todavía a mediados del siglo XX, tiempos de industrialización éxodo del campo a la ciudad. Santa María optó por el canto de cisne de la vida natural y sencilla, como en “Caldereta en la yunta”, de 1940, u “Horizonte burgalés”, de 1951. Junto a ellos, destaca la presencia de caseríos, edificios patrimoniales y construcciones singulares, como “Caserío de la Molina de Ubierna”, de 1927, “Arco de San Esteban”, de 1946 o “Placidez del claustro”, de 1943.
Más allá de la forma
Entre las novedades que presenta esta exposición sobresale un conjunto de pinturas, abocetadas protagonizadas por figuras masculinas y femeninas y que muestran la enorme capacidad de nuestro artista para la sugerencia. En esta sección, además, se incluyen otras obras de gran interés, como dos bocetos de las pinturas que en su día adornaron los techos del Ayuntamiento de Burgos, tres trabajos de tema religioso, en particular un “Cristo crucificado” de 1890 dominado por una luz crepuscular de considerable carga simbólica, y varios cuadros de asunto alegórico y mitológico junto a algún guiño orientalista.
>Horario: de martes a sábados de 11.30 a 14 y de 17.30 a 20.30 h Domingos y festivos de 11.30 a 14 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita
>Espacio accesible
> Visitas guiadas: martes, miércoles y jueves a las 19 h y
primer domingo de cada mes a las 12.30 h
Visitas concertadas: 947256550. Entrada gratuita.