ENTREVISTA
Ricky Merino: «La decisión de no colgar la bandera del Orgullo manda un mensaje»
Alternándose el papel de Sam con David Bustamante, el cantante y actor mallorquín arrasa con ‘Ghost, el musical’, que recala desde mañana hasta el 3 de julio en el Fórum Evolución de Burgos / «Los trucos de magia que tienen que ver con el más allá dejan a la gente alucinada»
Pregunta- Empezó Ingeniería Agrónoma, se cambió a Comunicación Audiovisual y acabó rematando en Operación Triunfo. Las vueltas que da la vida...
Respuesta- Todo lo que he hecho me ha servido para conseguir mi objetivo, que siempre ha sido ser artista. Por circunstancias de la vida no pude tomar el camino rápido, que era estudiar Arte Dramático. Más que nada por imposición familiar; mi padre se negó por completo. Por eso he ido labrándome el camino poco a poco. Aún así, de todo he aprendido menos de Ingeniería Agrónoma. Duré un mes y la abandoné rápidamente porque fue un error de 18 años de querer salir de casa. Pero he aprendido mucho de guionista: de ritmo, de creatividad, de contenido... Eso, para enfrentarte luego a un casting como actor o presentador, me ha servido de mucho.
P.- Intuyo que en casa no se tomaron demasiado bien lo de que quería ser artista.
R.- Desde pequeño siempre estaba en casa cantando. Soñaba con ir a Pequeñas Estrellas y mis padres se negaban. Mi padre era de León y esto lo veía como mamonadas. Tenía muy claro que sus hijos tenían que estudiar una Licenciatura, ni siquiera una Diplomatura. Pensaba que tendríamos la vida más fácil y, por lo menos en mi generación, no fue así. Al final la vida no te regala nada, pero he logrado salirme con la mía.
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P.- Lo de Ghost llegó en plena pandemia, quizá en el mejor momento posible dadas sus circunstancias personales. ¿Cómo lo encajó?
R.- A mí la pandemia me hizo mucho daño, como a casi todo el mundo. Pude trabajar hasta mediados de 2020 porque estaba en El Chat de OT, pero a partir de ahí dejé de trabajar de golpe. Todo lo que tenía programado se cayó y dejé de tener ingresos. La oportunidad de Ghost llegó cuando no tenía proyectos a la vista y no sabía qué iba a hacer. Me planteé volver a Mallorca un tiempo para ahorrar, esperar que algo pudiese venir y generar mi propio trabajo. De repente, fue liberador poder hacer esa prueba de nuevo porque hice una para la temporada de Madrid en 2019 y me quedé a las puertas. Que luego viniese otra vez la oportunidad y me cogieran, cuando parecía que estaba todo perdido, me alivió muchísimo.
El Ricky adolescente que vio OT 1 hubiese flipado si le dijesen que años después compartiría papel con Bustamante.
P.- Encima compartiendo protagonismo con David Bustamante. ¿Sintió vértigo?
R.- Vértigo no. Llevar a un artista pop muy conocido como David abre el teatro a unos nuevos espectadores que a lo mejor no se acercarían. Además, me acordé mucho del Ricky adolescente que vio OT 1 y que hubiese flipado si le dijesen que años después compartiría papel con Bustamante. Me parece algo surrealista.
P.- ¿Se conocían de antes?
R.- Cuando entré en mi edición de Operación Triunfo, después hicimos un concierto especial en el Bernabeu y David vino a cantar con nosotros, en concreto con Ana Guerra. Me acuerdo de verle en los ensayos y de que habló un poco con nosotros. Después, en los ensayos de Ghost, ya hemos entablado una relación más personal.
P.- ¿Se ha recuperado ya David del combate con Míster Jägger?
R.- Digo yo que mañana estará recuperadísimo. No he hablado con él, pero creo que esto le va a motivar para seguir poniéndose en forma y entrenando. Es un tío cabezón pero para bien. Va a seguir esforzándose.
P.- Volviendo a Ghost, ¿cuándo vio la película por última vez?
R.- Me la vi una vez antes de los ensayos, en agosto del año pasado, y no la volví a ver. Luego me di cuenta de que el guion sobre el que trabajamos es el mismo. Eso está muy bien porque la gente que va al teatro quiere ver la peli, pero no la volví a ver porque, hablando con Silvia Montesinos (directora), queríamos construir un Sam que no fuera Patrick Swayze. Evidentemente tiene que haber una similitud, pero debía aportar algo de mí. Entonces empecé a fijarme más en los rasgos del personaje, en lo que le pasaba, para no estar tan influenciado por lo que hacía Patrick Swayze en la película.
P.- ¿En qué mejora el musical respecto a la película?
R.- En que tenemos música y canciones, que eso la película no lo tiene (ríe). Ghost siempre ha sido uno de mis musicales favoritos. Escuchaba mucho la versión que hicieron en Reino Unido y me gustaba mucho. La música que no está en la película lo enriquece y los trucos de magia que tienen que ver con el más allá, el contacto con los fantasmas, dejan a la gente alucinada en el teatro. Aparte, no es un pastelón. Es un drama muy entretenido.
P.- Ahora mismo Burgos celebra sus fiestas mayores. ¿Lo ve como un handicap o todo lo contrario?
R.- No lo sé. A lo mejor es un aliciente, porque no a todo el mundo le gusta las aglomeraciones. Cuanta más oferta haya, mejor. No sé como va la venta de entradas, pero no creo que sea algo negativo.
P.- Ha pasado de intentar piratear la televisión británica cuando era un chaval a copresentar un reality (The Language of Love) en Channel 4.
R.- Jamás me lo podría haber imaginado. Fíjate que mi padre, desde muy pequeño, me obligó a estudiar inglés. Y yo pensaba: «¿para qué me va a servir?». Pues al final me ha servido para presentar un programa en Reino Unido y me parece increíble haberlo hecho.
Cuando hice la prueba estaba muy tranquilo porque pensaba que no me iban a dar este trabajo. Me parecía imposible presentar un programa junto a Davina McCall, que es un referente en Reino Unido. Pero resulta que me cogieron y ha sido una de las experiencias más divertidas de mi vida. Lo grabamos en Málaga y yo iba y volvía porque estaba con los ensayos de Ghost. Ha sido un regalo y ojalá se repita.
Estoy con un nuevo proyecto discográfico. Voy al estudio, grabamos... No me he marcado un propósito concreto.
P.- Y todo esto con su disco homónimo, que salió el año pasado. ¿Le ha dado la vida para moverlo?
R.- Salió en noviembre y sabía que me iba a liberar. Tenía muchas ganas de sacar mi primer disco porque desde que entré en Operación Triunfo he sacado muchos singles. Cuando lo saqué fue liberador, pero no pude trabajarlo porque estaba con el musical y tuve que dar prioridades. Quería tener el disco, estoy muy contento y orgulloso, pero no lo he podido promocionar ni hacer conciertos porque me comprometí con Ghost. Lo lancé, está ahí y cierra una etapa desde que entré en OT hasta 2021. Ahora estoy trabajando en un nuevo proyecto discográfico.
P.- ¿Sin prisa pero sin pausa?
R.- Exacto. Solamente voy al estudio, creo, escribo, grabamos... No me he marcado un propósito concreto. Solo hacer canciones que me gusten y presentarlas en el futuro. Voy poco a poco.
Si alguien manda un mensaje de odio, yo intento mandar el mensaje contrario. Si nos quedamos callados, nos metemos otra vez dentro del armario.
P.- Su ‘zasca’ a Isabel Díaz Ayuso a costa de la bandera LGTBI sigue coleando.
R.- Alucino con que se hiciera viral. Quería hacer alusión a la decisión que ha tomado la Comunidad de Madrid de no colgar la bandera del Orgullo Gay, pero no quería atacar al Real Madrid. Es absurdo que la gente se haya ofendido por eso. No tiene nada que ver una movilización de un día en el que estamos luchando por nuestros derechos, porque nos mataban y nos siguen matando, con la celebración de una liga de un equipo de fútbol. Me parece una absurdez y una catetada comparar una cosa con la otra. Además, creo que con esta decisión querían mandar un mensaje y con mi tuit iba por ahí. Lógicamente, no van a eliminar el Día del Orgullo ni todas las banderas y símbolos que hay en la Comunidad, pero la decisión de no colgar la bandera manda un mensaje.
P.- Da la sensación de que vamos hacia atrás.
R.- El hecho de dar voz a partidos tan radicales como Vox democratiza una opinión que hasta ahora existía porque siempre ha existido la homofobia. Pero habíamos conseguido que esa gente se callase, que esos comentarios los reservasen para su entorno privado en el que eran muy fachas y muy bestias. Ahora, fuerzas como Vox, con esos discursos tan sumamente dañinos que se hacen públicos, han animado a que todas esas voces homófobas, racistas y machistas salgan a la luz. Antes, la gente no alardeaba de ser homófoba o machista y ahora celebra ir en retroceso y vanagloriar la época de Franco.
Al principio da un poco de miedo cuando empiezas a recibir comentarios negativos, pero no me lo tomo como algo personal porque no van en contra de ti sino de una idea. Tenemos una responsabilidad. Si alguien manda un mensaje de odio, yo intento mandar el mensaje contrario. Si nos quedamos callados y no decimos lo que opinamos, nos metemos otra vez dentro del armario. Tenemos que hacer más ruido todavía.