Institución Fernán González
René Payo: «Necesitamos nueva sede, digna y estable, para seguir creciendo»
El director de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes repasa la actualidad de la institución en su primer año como cabeza visible y señala los planes de futuro
Catedrático de Historia del Arte de la UBU -más otros cometidos universitarios-, cronista oficial de la provincia, presidente del consejo asesor de la Fundación VIII Centenario de la Catedral y director de la Institución Fernán González (IFG). Y muchas más responsabilidades. René Jesús Payo Hernanz no tiene ni un momento de relajo en su agenda diaria. «Hay que tener muy claro lo que tienes que hacer cada día para sacar el mayor provecho a la jornada. Y siempre reservar un tiempo para la familia y para ti mismo... No es algo difícil, sobre todo cuando trabajas en asuntos que te apasionan. ¡Hay días que estás deseando que amanezca para hacer cosas!», confiesa entre risas.
Payo ha sido recientemente el copresidente del comité científico del Congreso Internacional 'El mundo de las catedrales' que se ha celebrado a mediados de junio en Burgos, evento que supone uno de los últimos actos que se han programado para conmemorar de los 800 años de la Seo de Santa María. «Ha habido 130 comunicantes, con unas ponencias muy interesantes. Algunas magistrales, como la inaugural de Henrik Karge o las impartidas por Paul Binski o Mario Botta... Estamos muy satisfechos. Ahora estamos preparando la publicación de las actas que, en un principio será ‘online’ pero espero que lo podamos hacer en papel», desvela.
El pasado febrero René Payo fue nombrado, tras la votación de los académicos, nuevo director de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes, cogiendo el relevo de José Manuel López Gómez que llevaba trece años en el cargo. «Es un honor y lo afronto con mucha ilusión... Yo quiero mucho a esta casa, mi primer artículo se publicó en el boletín de esta institución hace muchísimos años», apunta. René Payo fue nombrado académico en el año 2001 y tomó posesión en 2002, cuando la dirección de la IFG estaba en manos del profesor Alberto C. Ibáñez, buen amigo y maestro de Payo Hernanz. «También lo encaro con mucha responsabilidad y algo de temor, espero estar a la altura de las circunstancias. Estamos en un momento clave para la academia: trasladarnos a una nueva sede y abandonar después de décadas esta segunda planta del Consulado del Mar».
Los académicos de la Fernán González soñaron como regalo de 75 años de la institución que la mudanza se hiciera efectiva tras muchos devaneos y vaivenes. Pero el aniversario ha volado y seguimos en el punto de partida. Varios lugares se han barajado desde hace tiempo para convertirse en su nuevo emplazamiento -la conocida como ‘Casa de las Monjas’ de San Agustín, una planta del Palacio de la Isla-, pero todavía no se ha concretado nada. Y se barajan otras opciones. «Yo estoy luchando con los representantes de la Diputación, aquellos que tienen la responsabilidad estatutaria de proteger y apoyar la institución, para lograr una nueva sede digna, estable y que nos permita seguir creciendo. Necesitamos un lugar que sea la imagen de la cultura y la historia de Burgos también fuera de Burgos», indica Payo.
Fondos documentales
Cualquier persona que haya visitado la sede la Institución Fernán González en el Consulado del Mar se ve asaltada por dos sentimientos contrapuestos nada más cruzar su puerta: asombro y agobio. Asombro por la monumental y cautivadora cantidad de libros, documentos, cuadros, fotografías y obras artísticas que ocupan todas las estancias, materiales que parecen pelearse para cobrar protagonismo ante la mirada del forastero. Y agobio por esa densidad, opresiva y algo anárquica, que produce esta sensación de horror vacui involuntario.
«Además de todos los libros, boletines propios y de otras instituciones y piezas artísticas de diversa índole, tenemos un archivo que afortunadamente va creciendo. El famoso de los hermanos Machado, el fondo Zugazaga, el Castro Múgica, el de fray Valentín de la Cruz, el de Luciano Huidobro, el de Bonifacio Zamora... y la gran biblioteca de José María Zugazaga que ahora mismo está en el Palacio de la Isla», explica. «Estamos trabajando para que estos fondos estén perfectamente catalogados, algunos ya lo están, y para eso hace falta personal y no sólo fiarlo a prácticas de alumnos de la Universidad o a contratos temporales», señala el director de la Real Academia Burgense. «Nosotros tenemos la responsabilidad de que estos fondos, y otros que están a punto de llegar, sean cuidados, mimados y puestos a disposición de los investigadores lo antes posible... A veces la gente de Burgos no se da cuenta de la repercusión que tiene fuera de la ciudad la Institución Fernán González».
Abrirse a la provincia
Desde hace algunos años, la Real Academia Burgense celebra su sesión de clausura del año académico en alguna localidad de la provincia. El pasado año fue Castrillo de Murcia, donde conmemoraron el cuarto centenario de la Cofradía de la Veracruz. El pasado 25 de junio, los académicos viajaron hasta Villegas y Villamorón, dos pueblos que han salvado su patrimonio de la ruina gracias a las asociaciones Puentipiedra y Amigos de Villamorón. «Estas asociaciones son un gran ejemplo de esta lucha por la recuperación de la historia y del arte en el entorno rural y nos gustó con este acto homenajearlos junto a Hispania Nostra, que hace una labor importantísima en este ámbito. Fue un evento bonito y esperanzador, porque el camino que han abierto estas personas de pequeños pueblos es meritorio y todo un ejemplo... La Academia tiene una vocación provincial y queremos hacer cada vez más actividades a lo largo y ancho de la geografía burgalesa».
Va de aniversarios
La Institución Fernán González afrontará el nuevo el año académico con unos meses llenos de onomásticas. «En este próximo curso 2022-2023 vamos a celebrar, entre otras actividades, los centenarios del periodista y fundador de Diario de Burgos Juan Albarellos Berroeta, del historiador Anselmo Salvá y del arquitecto Vicente Lampérez, del cual estamos preparando un libro que seguro que interesará mucho. Además, conmemoraremos los 500 años de la circunnavegación y la destacada presencia de ilustres personajes burgaleses en esta aventura, y el centenario del primer boletín de la institución, algo que nos enorgullece especialmente», precisa René Payo.
La Real Academia Burgense sigue creciendo en número de miembros con el reciente ingreso de José María Bermúdez de Castro -codirector del equipo investigador de los yacimientos de Atapuerca- como académico honorario, e Ignacio González de Santiago -coordinador de la Gerencia Municipal de Cultura- como académico numerario. «Ser académico es un honor, pero también es un servicio. Una de las razones de la institución es trabajar en pro de la cultura de manera altruista. Estamos intentando que las nuevas incorporaciones, además de reunir unas condiciones académicas y de prestigio profesional, tengan posibilidad y capacidad de trabajo», concluye el catedrático de la UBU.