Los treinta años de vida de los cines Van Golem en Burgos
La primera multisala de la ciudad llegarán a los 6 millones de espectadores antes de que acabe el año y habrá proyectado 4.500 títulos / Aún siguen remando para recuperarse del duro golpe de la pandemia / La película más vista de su historia es El Rey León
El cine ha cautivado al ser humano desde su creación y sigue enamorando a todo aquel que pasa por una sala de cine. La magia de descubrir una buena historia en la gran pantalla es una experiencia única capaz de provocar un torrente de emociones y sensaciones en el espectador. Y es que disfrutar de una buena película en una sala de cine va más allá de pasar unos minutos ante una gran pantalla.
Es vivir un buen rato con amigos o con la pareja, es escenario de las primeras citas entre dos desconocidos, es punto de encuentro para un grupo de mujeres que después continúan la noche con una cena y miles de historias y es una tarde de sonrisas en caras diminutas viendo a sus dibujos favoritos.
Todos esos instantes forman parte de la vida de miles de burgaleses y los Cines Van Golem han sido escenario y testigo de todos ellos. Las multisalas del Arlanzón han cumplido treinta años. Tres décadas que han tenido «subidas y bajadas», tal y como explica Alicia Alonso, gerente de los cines.
A pesar de todo, con idas y venidas, crisis de por medio y una pandemia inesperada, los cines Van Golem alcanzarán este año los 6 millones de espectadores y habrán proyectado 4.500 títulos, en 190.000 sesiones.
«Estamos muy contentos porque treinta años no se cumplen todos los días y sobre todo porque poco a poco empezamos a salir del bache que supuso la pandemia de la covid», apunta la gerente. Y es que si antes de la pandemia, el cine ya estaba en crisis, con muchos proyectos originales con dificultades para tener éxito en la taquilla y las plataformas de streaming cogiendo cada vez más fuerza; el coronavirus fue el que terminó de lastrar a una industria que ha tenido que reinventarse una vez más.
«En esta salas hemos vivido de todo», apunta Alonso. Aterrizaban en la capital burgalesa cuando «el Tívoli y el Cordón estaban a punto de desaparecer», recuerda. «Muchos burgaleses pensamos que la ciudad se quedaría sin salas de cine y en aquel momento se abrieron los Van Golem, la primera multisala de la ciudad», señala.
Recuerda que en aquellos años «fue algo muy novedoso» y que «cada día había unas colas tremendas. La gente venía las cinco para comprar entradas para la última sesión». Fueron años «de muchas alegrías». Después el espacio tendría que superar «algunos avatares» como «muchas empresas burgalesas».
La crisis del año 2008 fue uno de ellos. Afectó a la venta de entradas pero «ni mucho menos como la hecho la crisis de la covid», señala Alonso. Justo después de aquellos años de carestía económica en muchos hogares burgaleses, el cine nacional experimentaría «un boom» gracias a la película Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez-Lázaro y protagonizada por Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi y Karra Elejalde.
«Fue un auténtico revulsivo», asegura Alonso. «Estábamos empezando a salir de la crisis económica y la gente regresaba a las salas de cines pero en la fiesta del cine de aquel año se llenaron todas las sesiones». Cree que «era la película que necesitábamos en aquel momento, que lejos de ser un peliculón llegó en el momento perfecto».
Los momentos más complicados llegarían con la pandemia. El silencio se adueño de las salas de cine igual que lo hizo de cientos de negocios. Con la retirada de las restricciones y muy «poco a poco», el espectador fiel volvió a reencontrarse con la gran pantalla. «Aún estamos lejos de alcanzar las cifras de los años previos a la pandemia cuando registrábamos unas mil entradas los días del espectador o en fin de semana», apunta la gerente de las salas. Ahora «estamos vendiendo unas 700 u 800 entradas», apunta.
Y es que «durante estos meses la mayoría de la gente ha priorizado los planes en exterior a los de interior y aún hay personas que siguen siendo reticentes a pasar dos horas en una sala de cine». En cualquier caso, el perfil del espectador que acude a los Van Golem no ha cambiado. «Los espectadores fieles son personas de entre 30 y 100 años que viene cada semana o cada quince días al cine», comenta entre risas Alonso. A ellos se suman «los más jóvenes, que vienen en momentos puntuales a ver determinadas películas».
La plantilla, compuesta actualmente por 13 personas, también ha cambiado a lo largo de los años. «El cine fue durante mucho tiempo un trabajo para personas que estaban estudiando, pero también un empleo estable», apunta Alonso.
Lo más visto
Entre las miles de películas que los burgaleses han podido disfrutar en los Van Golem, la más vista de la historia de la multisala es «una de dibujos animados», El Rey León. En el top ten de las cintas más vistas también están títulos como Full Monty, Airbag, Seven, Titanic, Juana la Loca o la propia Ocho apellidos vascos.
La pasada semana, las salas celebraban su aniversario con una pequeña fiesta a la que acudieron «colaboradores y espectadores más fieles». Además durante siete días las entradas estuvieron a un precio reducido de 4,90 euros y se sortearán pases gratis para seis meses.