El Correo de Burgos

ENTREVISTA

Emlan: «No me saldría hacer una canción contra el feminismo o Palestina»

Si alguna vez pasó por Burgos, tuvo que ser con La Pegatina. Curtido entre bambalinas asumiendo labores técnicas, ahora se mueve sobre el escenario como pez en el agua. Alzó la voz en solitario y arrasó en TikTok. Este sábado, a partir de las 21 horas, abrirá las puertas de su ‘Hotel Chiclepunk’ en La Rúa 

Arnau Moreno, Emlan, por primera vez en Burgos, en La Rúa. EMLAN

Arnau Moreno, Emlan, por primera vez en Burgos, en La Rúa. EMLAN

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Burgos

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Del gran chasco por el Covid cuando empezaba a desplegar sus alas al don de la oportunidad que le permitió cosechar una multitudinaria legión de seguidores. Nunca imaginó Arnau Moreno (Lleida, 1996) lo que darían de sí las redes sociales. Pero no se conformaba con ser flor de un día, ni de todo un confinamiento. Salió a por todas, lleva un par de discos en dos años y ha desfilado por los principales festivales de pop nacionales.

Pregunta- Despegó en solitario poco antes de la pandemia. ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando todo se iba al traste?

Respuesta- Fue un momento muy raro. Estaba de backliner y técnico de monitores con La Pegatina y les digo que me voy de la banda porque soy productor y me estaba montando mi estudio. Justo en enero empezaba, pero viene la pandemia y nos encierran en casa. Como había sacado el tema Tira de la manta con Miki Núñez, quise aprovechar en redes sociales lo que ya había iniciado aunque yo lo que quería era hacer conciertos. Decidí hacer una canción al día y subirla a TikTok porque vi que era una plataforma que empezaba a petarlo. Por lo que sea, acabó funcionando y a la gente le gustaba lo que hago. Eran canciones de actualidad u ‘oportunistas’ de cualquier tema. Por ejemplo, cuando pasamos a la Fase 2 de confinamiento.

Hice muchos números en redes sociales y cuando nos desconfinaron saqué Aviones de papel. Antes había lanzado Volveremos, que forma parte de la etapa primeriza de Emlan. Esto me hizo fichar por Calaverita Records, Warner Chapell y Sonde 3.

P.- ¿Fue entonces TikTok la causa del gran empujón?

R.- El empujón a nivel artístico ya lo tenía, fue un empujón a nivel de visibilidad y exposición. Pero no soy el chico que hacía canciones ‘oportunistas’, aunque me empezaron a catalogar de tiktoker o de influencer por mis números en la plataforma. Me suponía un conflicto porque llevo haciendo canciones desde los 14 años. Entonces, con editorial, discográfica y management decidí reconducirlo todo hacia Emlan, con una gira de festivales el año pasado y otra en 2022. Lo bueno es que la peña se dio cuenta de que existía.

He podido cumplir sueños como tocar en el Arenal Sound, Coca Cola Music Experience, Río Babel, Sonorama Mallorca Live, Interestalar...

P.- Lo cierto es que no le ha ido nada mal gracias a esa red social.

R.- Es un escaparate, un expositor muy heavy. Y canción que saco, canción que publicito por ahí. Eso sí, de otra manera.

P.- Una vez superado el ecuador de la actual gira ya se puede hacer balance.

R.- Este año ha sido espectacular. No imaginaba que con un primer disco nos pudieran llamar de tantos festivales y que fuera a gustar tanto. Una auténtica locura porque he podido cumplir sueños como tocar en el Arenal Sound, Coca Cola Music Experience, Río Babel, Sonorama, Mallorca Live, Interestalar... Había girado con La Pegatina, pero no encima del escenario. Conocía el ambiente de los festivales, cómo son por dentro, pero no como artista.

P.- No es muy habitual sacar disco (Hotel Chiclepunk) en plena gira. ¿Ida de olla o nadar a contracorriente?

R.- Todo este año hemos estado tocando canciones que formaban parte del disco nuevo que iba a salir. No podía aguantar más las ganas y decidimos sacarlo a mitad de gira. Así no tenía que parar para hacerlo porque lo hicimos mientras estábamos girando y el año que viene me sirve también para presentarlo. Es ir a contracorriente, pero te da activos para exponerte en un escenario.

Creo que es la primera vez que voy a estar en Burgos en toda mi vida. No sé si fui con La Pegatina, pero tengo muchas ganas porque me han dicho que La Rúa es una sala muy guay.

P.- El sábado en La Rúa. ¿Primera vez en Burgos? Sonorama no cuenta.

R.- Creo que es la primera vez que voy a estar en Burgos en toda mi vida. No sé si fui con La Pegatina, pero tengo muchas ganas porque me han dicho que La Rúa es una sala muy guay.

P.- Hotel Chiclepunk. Buen rollo a pesar de cómo está el patio. ¿Cómo lo hace para mantener a raya al pesimismo?

R.- (Ríe) Tengo canciones de todo. Hay muchas que evocan al buen rollo, algunas -entre comillas- monísimas, chicletosas y de color rosa que son hasta una parodia. Por ejemplo, Princesa Disney. Es una canción como de amor extremo e idealizado que en realidad es una parodia de ese mito. A veces ya es hasta sobrepasado, rizando el rizo.

Por otro lado, tengo canciones de desamor con instrumentales muy felices aunque la letra no evoque para nada buen rollo. A nivel instrumental, intento hacer canciones que te podrías poner para ir en coche, ducharte o lo que sea. Se trata de transmitir buena vibra con la música. De hecho, no escucho canciones que me transmiten algo malo o que me ponen triste. Siempre busco ese punto feliz.

En los vídeos que cuelgo siempre he tenido controversia. Sobre todo en el tema del feminismo, con gente que me deja de seguir porque igual pensaba que era de Vox.

P.- Lo de disfrazarse de botones en los videoclips, ¿encierra algún tipo de mensaje oculto?

R.- El disco se llama Hotel Chiclepunk porque quería englobar las canciones dentro de un sitio. Podría haberse llamado Montaña Chiclepunk, pero el hecho de hacerlo en un hotel me daba el motivo para que cada canción fuera una habitación donde te puedes alojar, quedarte, escuchar el tiempo que quieras, irte...

Ese paralelismo me gustaba bastante y, para la promo, pensamos que la persona más icónica de un hotel siempre es el botones. Tiene un aura de personaje místico, nadie sabe muy bien qué hace pero ahí está. Y un punto macarrilla, la parte más chicle o soft y la parte más punk a la hora de hacer bromas. Es una persona seria, que tiene que transmitir profesionalidad, pero que después te la puede colar por todos los sitios.

P.- Volviendo a TikTok, se ha mojado con el 8-M, Palestina o la Guerra de Ucrania. ¿Se lo piensa dos veces a la hora de abordar estos temas?

R.- Me da bastante igual desde siempre lo que digan. Cada uno tiene su opinión, pero creo que estoy en un lado bastante razonable de la opinión que tengo sobre ciertos temas de actualidad. No me saldría hacer una canción contra el feminismo o Palestina. Me considero una persona bastante plural y a favor de los derechos humanos. Ahí no hay vuelta de tuerca. Si pasa algo, dar visibilidad a un problema con 800.000 seguidores igual es interesante para que no dejemos de mirar porque es real.

P.- Las redes pueden ser un arma de doble filo. ¿Algún episodio desagradable?

R.- En los vídeos que cuelgo siempre he tenido controversia porque está claro que en estos temas hay dos bandos. Sobre todo en el tema del feminismo, con gente que me deja de seguir porque igual pensaba que era de Vox. Haz lo que quieras, pero siempre he estado muy seguro de lo que decía, cómo lo decía, en qué momento lo publicaba y no me arrepiento de nada. Tengo la conciencia tranquila.  

P.- Planes para 2023. ¿Lo tiene todo atado o que fluyan sobre la marcha?

R.- Atado no hay nada. Se van a ir confirmando fechas y la idea es sacar singles. En diciembre sale otro vídeo, en febrero un tema en catalán con una colaboración que tenía muchas ganas de hacer y después serán todo singles. En 2023 no va a haber otro disco ni para atrás (ríe). Conciertos y singles, ese es el resumen. 

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