El Correo de Burgos

MÚSICA

Mäbu: «Siempre hemos sido muy progresivos y seguimos en el camino»

María Blanco Uranga (hija de Sergio y Estíbaliz) y Txarlie Solano regresan el viernes a Burgos con «muchas ganas» de testar el escenario de La Rúa / La «espectacular» acogida de su último disco ha supuesto un «gran avance» para el grupo

María Blanco Uranga y Txarlie Solano (Mäbu) actúan el viernes en Burgos. JULIO GÁRNEZ

María Blanco Uranga y Txarlie Solano (Mäbu) actúan el viernes en Burgos. JULIO GÁRNEZ

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Lo que diferencia a los medios de comunicación generalistas de los especializados es que los segundos rara vez preguntan por sus padres. No lo dice a modo de reproche porque María Blanco Uranga se enorgullece de ser hija de Sergio y Estíbaliz. Además, todas las entrevistas se acaban centrando en su música, curtida a base de kilómetros en «entornos muy diferentes» donde sus raíces, a lo sumo, constituyen una mera «anécdota».

Más de una década al frente de Mäbu junto a Txarlie Solano dan para mucho, tanto en estudio como en directo. De Bilbao a Madrid, la pareja decidió abrirse paso por los intrincados senderos del pop manteniendo intacta su propia identidad. Consciente de que «haber nacido en una familia de músicos hace que ames la música de otra manera», María jamás recurrió a sus apellidos para subir peldaños. Le basta con su voz -personal, poderosa e intransferible- y el firme compromiso con un proyecto que aún tiene un largo recorrido por delante.  

Acude Mäbu a Burgos por tercera vez. La ya desaparecida Casa de las Musas era su hogar, pero no le cabe duda de que La Rúa también se convertirá en parada obligatoria a partir de este viernes a las 9 de la noche. Con «muchas ganas de ir», espera reencontrarse con el público de la vieja Castilla y testar, como en cualquier sala acogedora que se precie, «si se están haciendo bien las cosas». Ese es su «termómetro», el que mide el calor que el público aporta desde los primeros compases hasta el momento de despedirse.

A escasos días de cumplirse un año de Un año después, valga la redundancia, la cantante bilbaína considera que este álbum, dividido en dos EP’s por aquello de la pandemia, ha supuesto «un gran avance» para el grupo. De entrada, porque «veníamos de cuatro años sin editar nada nuevo» e iba siendo hora de renovar el repertorio. Sin embargo, lo mejor de todo ha sido la «espectacular» acogida de un trabajo cocinado a fuego lento que se pasea por las cuatro estaciones sin obviar las luces y sombras de los tiempos convulsos que nos ha tocado vivir.

 

Su balance, que la banda ha prometido resumir por escrito el 21 de noviembre en redes sociales, se resume básicamente en que Mäbu continúa «creciendo». Aunque sus números en Youtube y en otras plataformas no sean para nada desdeñables sino todo lo contrario, considera que «nunca hemos sacado ningún bombazo». Eso tendría que discutirlo con sus fans, pero acierta de pleno cuando señala que «siempre hemos sido muy progresivos y seguimos en el camino». Las cosas como son.

«Compañerismo» en vivo

El concierto más especial que María recuerda llegaría gracias Buenaventura. Teatro Lara de Madrid, 18 de mayo de 2017. Primera vez en un recinto de estas características y «muchísimos nervios» antes de salir. Desfilan por el escenario Vega, Iseo, Marilia Andrés (Ella Baila Sola) y... -redoble de tambores- Estíbaliz Uranga. En cuanto se quiere dar cuenta, pasa de estar «atacada» a percatarse de que probablemente sea el directo más «bonito» que ha dado hasta la fecha.

Aquella memorable actuación también le dejó un buen sabor de boca cuando comprobó el «compañerismo» de muchos músicos, amigos en su mayoría, que asistieron al evento pagando su entrada porque las ventas iban tan bien que apenas quedaron invitaciones.

Si de algo se puede enorgullecer Mäbu es de su amplio círculo de gente cercana. Lo demostrarían de lleno un año después con Décimo, recopilatorio en vivo y en directo desde el Estudio Uno junto a artistas y grupos de la talla de Rozalén, Izal, Rayden, Mikel Erentxun o Marlango.

Puestos a pedir de cara al futuro, a María le encantaría colaborar con Depedro, Amaral, Xoel López, Julieta Venegas o Jorge Drexler. «Estamos en ello», asegura entre risas con la esperanza de que suene la flauta. Que no sería nada raro, por otra parte.

A la espera de que suene el teléfono, la banda afronta 2023 con calma. «Pensando en salir a tocar», como siempre, y casi seguro que con algún tema nuevo -o varios- para saciar la sed del oyente fiel. En cuanto al XV aniversario, justo el año que viene, tampoco le da mucha importancia. Prefiere celebrar el XX, mucho más redondo, al pie del cañón y «con más colaboraciones».

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