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MÚSICA

The Magic Gospel: Voces en acción para que Burgos grite ‘Aleluya’

Estíbaliz Urquiza, Carlos Saldaña y Aitor Rodríguez impulsan la primera agrupación local profesional de este género eclesiástico oriundo de Estados Unidos / Su «estreno absoluto», el 26 de noviembre en el Cultural Cordón

Estíbaliz Urquiza, directora de la agrupación burgalesa The Magic Gospel. TOMÁS ALONSO

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Burgos

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Primero los aplausos, después la alianza y, de repente, una inesperada pandemia que retrasó el proyecto. La historia de The Magic Gospel arranca en octubre del 2019 con la actuación de la agrupación vitoriana Joyful Gospel Choir en el Cultural Cordón. Su directora, Estíbaliz Urquiza, se queda prendada del público burgalés y su «magnífica respuesta». A través de un amiga conoce al ‘Páter’ Carlos Saldaña, director del festival iuBento, y ambos coinciden en lo bien que estaría un coro así en la ciudad. No tarda en subirse al barco Aitor Rodríguez, bajista y pianista profesional, dispuesto a asumir la dirección musical. Con la triple entente ya formada, la idea no empieza a cuajar hasta mediados de 2021 por causas sanitarias de fuerza mayor.

 Fueron despacio las cosas de palacio, sí, pero el «estreno absoluto» está al caer. El sábado 26 de noviembre, a partir de las 19:30 horas, The Magic Gospel se presenta en sociedad en el Cordón. Con infinidad ensayos a sus espaldas, cada viernes en el colegio Liceo Castilla de los Maristas, y «muchos nervios». Pero que no cunda el pánico, porque el coro viene arropado por una banda de largo recorrido y amplísimos currículums. Eclecticismo y pasión con Rubén Ortíz al saxo, María Viñas a la batería, Iker Amuriza al piano y Carlos Collarte a la trompeta.

 

Una veintena de personas forman el coro, de múltiples edades aunque las menos por debajo de los 30. Todas mujeres salvo tres hombres, de ahí que Urquiza haga un llamamiento a las voces masculinas que tanto escasean en este tipo de agrupaciones. Lo mejor, en cualquier caso, es que «el ambiente es muy bueno» y «aprenden unos de otros».  Los hay con experiencia y también «autodidactas» que en las pruebas de selección demostraron «talento» y «cualidades por desarrollar».

¿Qué se va a encontrar el público? La directora da alguna que otra pincelada sin entrar en detalle para no estropear la sorpresa. Lo único que avanza sobre el repertorio es que se nutrirá exclusivamente de «música contemporánea, canciones que pueden estar sonando en cualquier iglesia o concierto de góspel del siglo XXI». En definitiva, «mucho funk y mucho soul, movidito y con arreglos de viento». Cualquier cosa menos aburrido este concierto que, por lo original de la propuesta, ya ha vendido más de la mitad de las entradas disponibles.

Para quien se lo esté pensando, Urquiza anima a disfrutar de un género muchas veces marcado por los «prejuicios» debido a su carácter eclesiástico. En clave musical, celebra cómo «ha ido evolucionando» desde la influencia primigenia del blues y de la música afroamericana en general hasta el rock de los años 80 y 90. A partir del 2000, el funk revalidaría el trono arrebatado por las guitarras eléctricas y «ahí se mantiene». Sea como fuere, tampoco le extrañaría que existan coros de góspel con raperos, pues ya lo hay incluso con flamenco.

Consciente de que «Burgos es una ciudad en la que hay mucho interés en general por la cultura», Urquiza, Saldaña y Rodríguez pretenden situar a The Magic Gospel como referente en Castilla y León. Poco a poco, sin dar pasos en falso, porque lo fundamental es «trabajar bien los detalles».

Sin más fechas a la vista pero con intención de moverse, también permanece «en el horizonte» la idea de grabar un disco. Tiempo al tiempo, más pronto que tarde probablemente. Así de claro parece tenerlo la orgullosa directora de un proyecto que pudo haber sido mucho antes de no ser por el Covid que tantos planes y sueños trastocó de la noche a la mañana.