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ESPECIAL PERSPECTIVAS / PANORAMA ECONÓMICO

El 2022, un buen año de trabajo en Aranda pero con menos rentabilidad

La industria ribereña ha trabajado bien pero los costes disparados han mermado los márgenes de beneficio / La hostelería vive el año de la recuperación

Vista aérea del polígono arandino de Prado Marina.

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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Nadie lo pone en duda, el 2022 es uno de los años más extraños de la historia. Pese a las dificultades que han sido muchas como la guerra de Ucrania, el aumento de precios y la crisis de abastecimiento, las empresas arandinas y ribereñas no han dejado de funcionar y en general han cumplido expectativas de trabajo.Otra cosa es la rentabilidad, que se ha visto tocada por la profunda subida de las materias primas, el cada vez más elevado coste energético y el incremento de los costes laborales. “La rentabilidad ha caído muy enérgicamente por la degradación de los márgenes”, asegura el vicepresidente de la asociación empresarial ‘Asemar’, Roberto Rojo, con la mirada puesta en la industria pero también a nivel comercial.En su opinión, aunque la situación es complicada, las expectativas futuras han mejorado en los últimos tres meses. “Es verdad que el consumo va a bajar y también las inversiones empresariales pero las previsiones han mejorado un poco y ya no se espera una caída dramática por lo que esperamos que el 2023 sea un año relativamente tranquilo”.Entrados en detalle, la industria tuvo un comienzo de año con mucho trabajo, pero el final del ejercicio se está complicando. En Michelin Aranda, por ejemplo, la primera mitad del 2022 ha trabajado con altas capacidades. Sin embargo, en la última parte del año ha visto cómo la complejidad del contexto económico se traducía en un descenso de la demanda, algo que advierten está ocurriendo en otros sectores. “Gracias a nuestro sistema de trabajo flexible acordado con nuestros agentes sociales, hemos adaptado nuestro funcionamiento a esa nueva demanda sin afectar al empleo”, explican desde Michelin, satisfechos porque “este gran esfuerzo hace que tras la adaptación al contexto de incertidumbre existente hayamos respetado los objetivos del grupo Michelin y podemos afrontar todos los retos del año 2023 con una gran motivación para seguir haciendo de la fábrica de Michelin en Aranda una referencia en el mundo industrial de la fabricación de neumáticos de camión”.En Tubos Aranda, otra de las grandes empresas de la capital ribereña, el año comenzó bastante bien, de hecho la demanda se ha ido manteniendo durante los primeros diez meses pero ahora la tendencia comienza a aflojar y eso preocupa. “Hemos trabajado bien pero el consumo está como está y el final de año se está complicando un poco”, explica la directora, Elena Martín.Tras la ampliación, Tubos Aranda se encuentra inmersa en una campaña expansiva que busca abrir nuevos mercados. En enero además comenzará a funcionar la nueva línea de trabajo por lo que ya ha reforzado la plantilla.HosteleríaEn cuanto a la hostelería, el balance no puede ser más positivo y pese a la subida de los costes, el movimiento en los restaurantes arandinos ha sido contínuo. Tras unos meses de octubre y noviembre especialmente buenos, la mayoría de restaurantes coinciden: la consolidación del enoturismo ha sido fundamental para dejar atrás la crisis de la pandemia y recuperar la normalidad perdida.Algunos incluso aseguran que han trabajado mejor que en 2019. “Afortunadamente los augurios que apuntaban a un bajón de consumo en el último trimestre no se han cumplido y aunque enero y febrero de 2023 serán regulares, las expectativas son buenas”, explica desde la asociación de hosteleros ‘Asohar’, Rafael Miquel.