José Ovejero: «Uno no puede escribir desde fuera de sí mismo»

José Ovejero ya es un clásico de las presentaciones literarias de la última década en Burgos. «Creo que he estado en el Museo de la Evolución con mis libros, siempre muy a gusto, unas tres o cuatro veces. Y en otra ocasión, con el documental que hice con Edurne Portela, 'Vida y ficción'», explica el escritor madrileño. Este viernes regresa a la ribera del Arlanzón para charlar con Jesús Pérez Saiz, director de la Escuela de Escritores de Burgos, sobre su último libro, 'Mientras estamos muertos' (Páginas de Espuma).

El acto, dentro del ciclo ‘Los que cuentan’, tendrá lugar en el salón de actos del Museo de la Evolución Humana a partir de las 20.15 horas. La entrada es libre hasta completar el aforo y los interesados deben reservar su entrada con antelación llamando al 947 42 10 00, escribiendo a reservas@museoevolucionhumana.com o en el mostrador de recepción del museo. El evento también será retransmitido en directo a través del canal de YouTube del MEH.

Es difícil adscribir la nueva publicación de Ovejero en un género determinado. Pones sobre tus manos 'Mientras estamos muertos' y, tras sufrir cierta turbación por la foto de la portada, comienzas su lectura creyendo que estás ante un libro de relatos. Pero vas haciendo camino con el paso de las páginas y parece aflorar una novela. «Esta es una conversación que estoy teniendo con lectores y periodistas», afirma el autor. «Cuando me puse con él, tuve la conciencia de sentarme a escribir un libro de cuentos, con un tema que los va uniendo como hago habitualmente... Pero en este hay personajes que se repiten y que van evolucionando, algo propio de una novela, y el narrador va cambiando su forma de ver la realidad... Tampoco pasa nada por decir que es una novela o un libro de cuentos, lo importante es lo que hay en los textos», expresa con simpatía.

Otro debate que se ha generado alrededor de la última obra de Ovejero es el horizonte autobiográfico que se vislumbra en muchos de sus episodios. «Uno no puede escribir desde fuera de sí mismo. En todo lo que escribes hay algo que tiene que ver con tu vida, con tu forma de mirar el mundo y donde puedes incluir hasta escenas propias camufladas con la máscara de la ficción. Pero es cierto que en Mientras estamos muertos esa proporción de un peso muy fuerte de la imaginación y un peso muy reducido de lo autobiográfico se invierte... Eso sí, yo siempre me he negado a decir qué partes de mi vida son una recomposición en un personaje y cuáles no», ríe. «La literatura tiene una verdad más allá de los acontecimientos que se cuentan».

El entorno socioecónomico en que se desenvuelven mucho de los personajes de los cuentos / capítulos del último libro de Ovejero determinan gran parte de su recorrido existencial. «Uno de los últimos mitos que queda por ahí es el de la individualidad, eso de que nos hacemos a nosotros mismos, que somos libres... Puedes tomar algunas decisiones en ciertos momentos que modifiquen tu vida, pero todo está muy marcado del lugar del que vienes. Aunque te marches de él. Eso que dicen de “Puedes salir del barrio, pero el barrio no sale de ti”... Todo eso te ha creado en cierta medida». De una forma irónica, se tratan estos conceptos en el cuento Breve historia de mi ascensor social.

La presencia y la sombra del padre recorre de forma guadianesca el último libro de José Ovejero. En cuentos como 'Matar al perro', que abre el volumen, aparece una figura paternal autoritaria y áspera. En 'Él, ella' -un relato escrito en texto corrido salvo el párrafo final- se narra la vida de un matrimonio. «Sí, es un relato especial dentro del libro y del que me siento especialmente orgulloso. No fue fácil escribirlo, lo importante era que el fondo y la forma encajaran bien al relacionar esas dos vidas como si no hubiera separación entre ellas, pasando de una a otra sin interrupción... Conseguir que eso funcionase y que tuviera sentido no era sencillo. Pero lo intenté y creo haberlo logrado, es uno de los cuentos que más me hablan los lectores», apunta.

Historias que quedan

Un relato que ha triunfado entre los lectores de 'Mientras estamos muertos' es 'Recuerdo del suicida', en el que el protagonista rememora la admiración que tenía de niño hacia su tío Ángel, un tipo de vida nocturna y disoluta. «Es un hombre que se está perdiendo, se está destruyendo, algo que podemos ver desde cualquier lugar menos desde la visión de un niño. Es curioso, porque es un relato que me está destacando mucha gente y en el que yo no he pensado particularmente». Eso es la magia de la literatura.

«La literatura tiene una verdad más allá de los acontecimientos que se cuentan»JOSÉ OVEJERO

Otro cuento muy interesante del volumen es 'Afga Syncro Box', un modelo de cámara analógica muy particular. Un hijo habla de cómo se acabó quedando con ese objeto de su padre, un proyecto que organiza en torno a su familia y hasta del poder vampirizador de almas que tiene el objetivo y su traslación a las fotografías. «La memoria es una reconstrucción. Los que guardamos nuestra infancia en un puñado de fotos tenemos que rellenar los huecos que hay entre ellas con recuerdos veraces y con otros que puede que los hayamos inventado. Los niños de hoy, que son ‘digitales’, tienen una cantidad enorme de fotos y vídeos de gran parte de su vida. Cuando sean mayores, el proceso de reconstrucción de su infancia será muy distinto al de mi generación y eso es muy interesante», asevera.

La distancia

Muy poco antes de la pandemia, Ovejero y su pareja -la también escritora Edurne Portela ('Mejor la ausencia', 'Formas de estar lejos')- marcharon a vivir a un pequeño pueblo de la sierra de Ávila, dejando atrás muchos años de vida urbanita en grandes ciudades de España y el extranjero. Esta mudanza al medio rural ha supuesto una transformación en sus vidas y, quizá también, en su literatura. «Cambiar tu entorno también cambia tu manera de mirar si eres una persona un poco atenta con lo que sucede a tu alrededor... Al final, la literatura es una forma de mirar el mundo y ambos lo hemos notado. La novela de Edurne 'Los ojos cerrados' y la mía 'Humo' no existirían si no nos hubiéramos marchado de la ciudad para vivir en un nuevo ámbito como es este pueblo y esta atmósfera tan diferente en la distancia», confiesa. «En la nueva novela que estoy escribiendo hay una serie de temas que surgen por este cambio vital. No es que ahora vaya a escribir sobre el campo -ríe-, pero está claro que se me van a entrecruzar con los ambientes más cotidianos de las ciudades», señala el escritor. Además, su actividad laboral y cultural no les ha convertido en robinsones rurales de un día para otro. «No, no... Tenemos muchas ocasiones para ir a la ciudad para hacer presentaciones, clubes de lectura, eventos... Y ver a amigos, claro».

Premios y géneros

José Ovejero guarda en su vitrina literaria algunos de los premios más importantes de las letras españolas: el Alfaguara de Novela por 'La invención del amor', el Anagrama de Ensayo por 'La ética de la crueldad', el Setenil al mejor libro de relatos por 'Mundo extraño', el Primavera de Novela por 'Las vidas ajenas'... Además de sus novelas, ensayos, obras dramáticas y libros de cuentos, Ovejero -junto a Edurne Portela- se embarcó hace unos años en 'Vida y ficción' (estrenado 2017), un proyecto cinematográfico que planteaba a una serie de autores en lengua española ‘¿Por qué siguen escribiendo?’.

«Fue un gran esfuerzo económico y de tiempo para nosotros, estuvimos dos años con este documental que prácticamente sacamos solos. Pero nos ha dado muchas satisfacciones, con proyecciones en muchos lugares en España y en el extranjero». En dicho trabajo, que tiene un tono un tanto desenfadado, aparecen delante de la cámara grandes plumas de nuestras letras como Marta Sanz, Sergio del Molino, Rosa Montero, Manuel Vilas, Sara Mesa, Andrés Neuman, Ana Merino, Antonio Orejudo o Aixa de la Cruz, entre otros.

La obra de Ovejero despliega una narrativa eléctrica donde el chispazo se produce en el momento más inesperado, con una prosa depurada y desbrozada de estorbos sintácticos y léxicos, que humea una poética latente que envuelve a quien se asoma a sus páginas. «Al final, la fuerza de la literatura está en las imágenes que vas creando, en imaginar la atmósfera precisa que ayude a entender lo que está sucediendo», concluye José Ovejero, que esta tarde charlará de estas y otras muchas cosas con los lectores burgaleses en el MEH.