ARTES ESCÉNICAS
Salud mental y teatro en primera persona para «normalizar» el TDAH
La actriz burgalesa Tati Sastre plasma su experiencia vital con este trastorno en ‘La Nube de Cleo’, obra para «todos los públicos» que se estrena este sábado en el Cultural Cordón
De niña le decían cada dos por tres que era «muy movida y dispersa». O que estaba «en las nubes». En aquella época, y también después aunque en menor medida, «hacía actividades nuevas que luego dejaba a medias». Sin embargo, Tati Sastre siempre tuvo muy claro cuál era su pasión. Las artes escénicas llamaron a su puerta y abrió sin contemplaciones, hasta el punto de fundar, junto a sus hermanas Ángela y Vanesa, la compañía Teatro D’Sastre. Lo de desastre, por cierto, iba (cariñosamente) por ella.Una década más tarde, a finales de 2020, a Sastre le diagnostican un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Lo primero que sintió fue «alivio». Por fin entendía muchas cosas, como el hecho de «llegar por la noche y no saber lo que había hecho durante el día» tras sufrir episodios de estrés galopante durante la pandemia. Fue entonces cuando aquella niña que estaba ‘en las nubes’ empezó a documentarse, se afilió a la asociación Abudah y tuvo una idea maravillosa: crear un personaje, a su imagen y semejanza en multitud de aspectos, para «normalizar» una realidad que afecta a casi un 7% de la población española.Así nació La Nube de Cleo, que se estrena este sábado 17 de diciembre en el Cultural Cordón a las 18:30 horas. Escrita a cuatro manos entre Sastre y la dramaturga Irene Soler, la obra traslada «los dichos tal cual sobre el escenario». Están las nubes, como el propio título indica, aunque tampoco faltan los pájaros en la cabeza de una niña que transita hacia la edad adulta superando adversidades mientras intenta vivir en paz con la Tierra.Se trata, tal y como apunta la creadora, de un espectáculo «muy dinámico y colorista», con una «estética Tim Burton», dirigido a «todos los públicos». Lo que se pretende es que los más pequeños sepan en qué consiste el TDAH de una manera amena, pero también que «los padres aprendan de esta historia».En escena, Sastre y Rosa Marsilli se reparten los papeles de Cleo y de los pájaros en distintas fases vitales de la protagonista. Trabajan con marionetas, danzan y disfrutan aportando una «dimensión distinta» a cada personaje, confiesa Marsilli. Junto a ellas, Gala Martínez asume entusiasmada la batuta de un proyecto sincero y vibrante en el que «el trastorno no se queda en un segundo plano».«No se edulcora el mensaje, pero está en un tono divertido y amable», destaca la directora con plena disposición, al igual que el resto del equipo, de romper cualquier «tabú con la salud mental». Si hablamos de TDAH, considera que «antes había mucha estigmatización». Por desconocimiento más que nada, de ahí aquellas frases hechas -y manidas- a las que antaño nadie podía aportar soluciones efectivas.Mientras Cleo lucha contra la incomprensión de su entorno tratando de alejarse del planeta en el que le ha tocado vivir, sus amigos voladores se afanarán en demostrar que tener los pies en la tierra puede ser maravilloso. Cada pájaro alude a una característica del trastorno y, según Marsilli, «tiene algo de nuestra esencia como actrices». Lo que parece evidente, y en eso coinciden las tres, es que el desarrollo de esta obra ha supuesto un «proceso de aprendizaje» que va más allá del plano teatral.Una de las cosas más bonitas de esta andadura ha sido la metamorfosis de la protagonista. De un primer borrador de guion «demasiado infantilizado» a la configuración de la escenografía y de las marionetas de Roberto Alonso hay un trecho. Lo mejor, a juicio de Martínez, es que «Cleo llegó siendo casi un esqueleto y poco a poco ha ido cobrando vida». Una vida que brilla con luz propia gracias a la iluminación de Rosa Ana G.Lara y el vestuario de Aroa Hernández.La intención de Cleo es que su Nube vuele de aquí en adelante. La puesta de largo, financiado a través del programa de ayudas CREA de la Fundación Caja de Burgos, se concibe como la primera gran zancada. Nos hallamos, por lo tanto, ante una carrera de fondo cuya banda sonora transita entre el rock y el rap de la mano de Paco Juez (Lobocordero / Hijos del Frío) y Caverg. Tenía que haber música porque Cleo se quiere abrir hueco en el mundillo. Y a la hora de elegir, Sastre se dejó llevar por sus inquietudes sonoras.De cara a 2023, La Nube de Cleo quiere compartir esa sensación de alivio que sintió la fundadora de Teatro D’Sastre cuando le diagnosticaron TDAH. Y empatizar, y quitar hierro a problemas que aparecen cuando no los hay, y saborear cada instante, con o sin pájaros en la cabeza, aceptando a cada cual como es. De momento, el Cultural Cordón aguarda la irrupción de una joven risueña, no exenta de conflictos en su infancia, que habla de tú a tú con la salud mental para reivindicar su creativa y enriquecedora idiosincrasia.