Pequeñas historias de cine para «reformular» la ciudad de Burgos

Este domingo amaneció más gris de lo habitual en Burgos. Del cielo caían unos diminutos artefactos blancos, como si un demiurgo espolvorease azúcar glass sobre las calles de la ciudad. Pero ni eso ni el bíblico maná era lo que el viento llevaba de aquí para allá en las primeras horas del día. Unos pequeños copos de nieve -quizá un anticipo de lo que auguran que caerá esta semana- despertaron tras la ventana a los vecinos de la ciudad para morir en el suelo en forma de agua.

En la calle Progreso, bajo esa tímida cellisca, se percibía cierto trajín madrugador. Los pocos viandantes que transcurrían por allí observaban la brigada de rodaje que capitaneaba el director menés David Pérez Sañudo mientras se preparaba el set de grabación en el interior de la tintorería Alba. Entre focos, cables, micrófonos y la imperiosa cámara se movían en la trastienda -como en una colmena- los miembros del equipo, cada uno con su tarea. En torno a ellos, los actores Luis Callejo (Tarde para la ira, Apagón) y Fernando Albizu (Gordos, El buen patrón) preparaban una nueva toma de Artesanía, el primero de los cuatro cortos que van a rodar estas semanas en Burgos. Mientras, en otra zona de la ciudad, la segunda unidad de grabación rodaba planos con la actriz Paula Usero (La boda de Rosa, Llenos de gracia).

La meteorología adversa que se prevé estos días no va a ser problema para esta producción, según Pérez Sañudo. «Vamos a estar varios días y luego a principios de febrero. Seguro que vamos a tener un tiempo variado... ¡Sería genial tener nieve!», indicó en un descanso de la grabación. Y así fue al menos este domingo, que obsequió a los burgaleses nieve, lluvia, mucho frío y hasta sol. El realizador y guionista incidió en un objetivo que persiguen con estas pequeñas películas. «Queremos reflejar rincones de Burgos que no están muy explotados. No generar una postal de la ciudad, sino desarrollar historias que podrían ocurrir en cualquier ciudad pero que suceden en Burgos. Estos cortos son para que los vean personas de todo el mundo y a través de ellos conozcan unos rincones y unos paisajes más desconocidos, así como la convivencia que existe en ellos», subrayó.

Aunque los cuatro cortometrajes se van a rodar en las sucesivas jornadas, la idea es ir estrenando cada pieza a lo largo de los próximos dos años. «Tenemos previsto estrenar dos este año y los otros dos en 2024, uno cada semestre. Eso no quita para que durante este tiempo vayamos sacando también materiales, píldoras, entrevistas, material de ‘making of’...», señaló el cineasta de Villasana de Mena, ganador junto a Marina Parés del premio Goya al mejor guion adaptado por Ane en 2020.

Un casting increíble

Aunque se está trabajando en ello, todavía no es muy habitual ver un rodaje en la capital burgalesa. Así que cuando uno aterriza por estos lares, se genera una gran expectación y más si delante de la cámara se coloca un reparto como el que se ha aglutinado para protagonizar estos cortometrajes. «Tenemos un casting que no nos lo creemos ni nosotros», apuntó con simpatía Pérez Sañudo sobre el conjunto de actores y actrices reunidos, varios de ellos ‘viejos conocidos’ del director. Patricia López Arnaiz, Álvaro Cervantes, Itziar Ituño o Nacho Sánchez brillan en el reparto demás de los citados Luis Callejo, Fernando Albizu y Paula Usero. «Todavía estamos cerrando el casting del último corto, pero los que ya tenemos son unos actores impresionantes», confiesó. «Algo importante de este proyecto es que hemos podido trabajar con libertad creativa para reformular la ciudad en estas historias. En ningún momento hemos pensado que estamos haciendo una ‘publi’ o algo para invitar directamente al espectador a visitar Burgos, esa no es la intención. Queremos que vea una historia y que le guste esta calle, o este espacio, la gente...», explicó.

Pérez Sañudo también destacó al equipo técnico que lo rodea en esta nueva aventura cinematográfica. «Muchas de las personas que estamos aquí ya hemos trabajado juntos. No tienen la repercusión ni la vistosidad de los actores, pero son gente muy solvente, talentosa e importante para que el resultado sea bueno». El cineasta señala, entre otros nombres, al director de fotografía, Kenneth Oribe, y a la compositora de la música, la burgalesa Beatriz López Nogales.

Los cuatro cortometrajes son totalmente diferentes, tanto en planteamiento como en el género en que se adscriben. «En cualquier ciudad y entre sus vecinos suceden escenas de comedia, de drama, episodios extraños... Y eso también lo hemos querido reflejar», incidió. «Lo que más nos gusta de la propuesta es que no es un proyecto perecedero, queremos que estos cortos se vean y gusten dentro de cinco, diez o más años. O así lo queremos ver», concluyó el realizador.