El Correo de Burgos

CULTURA / EXPOSICIONES

Tres visiones del lado más salvaje de la vida

El Centro de Arte Caja Burgos, que cumple 20 años, reúne hasta el 28 de mayo los universos de Liliane Tomasko, Nicolás Ortigosa y Diego Delas 

Diego Delas, Nicolás Ortigosa, Javier del Campo y Liliane Tomasko durante la presentación de las exposiciones en el CAB. SANTI OTERO

Diego Delas, Nicolás Ortigosa, Javier del Campo y Liliane Tomasko durante la presentación de las exposiciones en el CAB. SANTI OTERO

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Los universos artísticos y vivenciales de Liliane Tomasko, Nicolás Ortigosa y Diego Delas convergen en el Centro de Arte de Caja Burgos  (CAB), que cumple 20 años de vida, en un nuevo ciclo expositivo que abre sus puertas hasta el 28 de mayo. 

La memoria, las pesadillas, el paso de tiempo, las nuevas realidades, el subconsciente, la demencia y el lado más salvaje de la vida se representan en el trabajo que se puede ver en las tres plantas del CAB, cada una de ellas dedicada a uno de los artistas, reconocidos todos ellos en el mundo del arte.

Liliane Tomasko (Zúrich, 1967) vive y crea entre Nueva York, en Estados Unidos, y Königdorf, Alemania. Y como explica Javier del Campo, director de Arte de Fundación Caja de Burgos, presenta en Burgos unas obras en las que «investiga sobre el mundo de los sueños» y sobre «los paisajes mentales» en las que reúne «su lado más salvaje». 

Por su parte, esta creadora, que estuvo presente durante el montaje y la presentación del resultado, explicaba como las pesadillas que la acompañan desde niña son una fuente de inspiración a lo largo de su carrera. Para ella pintar es sumergirse en «una jungla peligrosa» y ella misma se pregunta: «¿Cómo entrar sin volverse loco?». 

Para ella pintar es sumergirse en «una jungla peligrosa» y ella misma se pregunta: «¿Cómo entrar sin volverse loco?». 

Liliane Tomasko, junto a una de sus obras de mayor tamaño. SANTI OTERO

Liliane Tomasko, junto a una de sus obras de mayor tamaño. SANTI OTERO

Para conocer este universo, Liliane Tomasko, con una amplia trayectoria  desde que se licenció en el año 1992, invita a los burgaleses a visitar su obra en la planta primera del CAB que lleva por título Name mi not, (No me nombres, pero también no me digas nada). Son un conjunto de pinturas de gran tamaño, como luminarias expandidas en un paisaje infinito. Junto a ellas otras de menor tamaño y en vertical que ahondan en «lo que somos, lo que tenemos, lo que sentimos y lo que queremos». 

Como explica la autora, cuando creó esta colección sintió que «alguien le devolvía la mirada, una mirada no solo curiosa, sino también desafiante».

Sobre Nicolás Ortigosa (Logroño, 1983) Javier del Campo, destacaba la «gran instalación» que presenta en la planta menos uno del CAB. Un arte inmersivo que va a sorprender a quienes visiten este espacio expositivo. De hecho, Ortigosa plantea interactuar con su obra, cambiándola y haciéndola nueva, cogiendo una pala y una pelota de tenis de mesa para jugar con su trabajo, realizado en grafito.

 

 

 

Para llegar  a la presentación de Obras/Works 2019-2023 este artista, licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y cuyas obras han viajado por toda España, reflexiona sobre cómo su obra puede situarse en un mundo que vive una nueva realidad, en especial, tras la pandemia. Así, ha realizado un viaje que le ha llevado a tapar su pintura y a volver a componerla. «Estoy muy emocionado por ver lo que sucede con la obra porque me emociona la idea de colaboración con el espectador», aseguraba Ortigosa, impaciente de conocer a sus espectadores. 

«Estoy muy emocionado por ver lo que sucede con la obra porque me emociona la idea de colaboración con el espectador», aseguraba Ortigosa, impaciente de conocer a sus espectadores

Nicolás Ortigosa invita al espectador a una partida de tenis de mesa. SANTI OTERO

Nicolás Ortigosa invita al espectador a una partida de tenis de mesa. SANTI OTERO

Ortigosa está próximo al mundo del skate y del surf «con los elementos gráficos entre los que se mueve y fluye». «Los recorridos, los trazos que generan en el aire o sobre el agua componen una maraña expresiva cuya percepción exterior resulta inaprehensible», asegura del Campo.

Diego Delas (Aranda de Duero, 1983) comparece por primera vez en el CAB con un concepto como es el de la cultura moderna en regresión, como explicaba el director de Arte de Fundación Caja de Burgos. Este es un artista relevante que ha estado presente en la Bienal de Venecia y en cuya obra influyen sus estudios de Arquitectura y Bellas Artes en Madrid, antes de mudarse a Londres y Óxford, donde ha sido profesor.

Diego Delas posa en su casa de textil, en el CAB. SANTI OTERO

Diego Delas posa en su casa de textil, en el CAB. SANTI OTERO

En la planta menos dos de este espacio expositivo Delas ha representado el interior de una casa de pueblo a través de grandes textiles y alguna instalación. Este artista se ha inspirado en el pasado rural que en España «hemos abandonado» en los últimos años casi sin mirar atrás.

Un universo, el suyo, en el que se ha fijado en  el pasado apotropaico de quienes residían en los pueblos. Con esto se refiere a los ritos y a las costumbres para «alejar el mal». Su «casa vernácula» ahonda también en el mundo de la demencia en su trabajo al que ha denominado Supersaludo (Cabeza borradora). 

«Las solas paredes vendrían a ser la cabeza demenciada de la casa desde la que el autor desea reconectar con un tiempo repetido, como el del largo invierno en el que resultaban imperativas las labores de cuidado que la mantenían viva (y con ella a todos sus moradores)», refleja la dirección artística.

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