El Correo de Burgos

EXPOSICIÓN

Burgos. La «legua cero» de la primera vuelta al mundo

El Arco de Santa María acoge la exposición ‘El sueño especiero’, un relato sobre la empresa que iniciaron unos mercaderes burgaleses con la primera circunnavegación

Juan Ruiz, Rosario Pérez, Daniel de la Rosa y Adelaida Sagarra, durante la presentación de la exposición. ECB.

Juan Ruiz, Rosario Pérez, Daniel de la Rosa y Adelaida Sagarra, durante la presentación de la exposición. ECB.

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Burgos

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El Arco de Santa María acoge, desde el jueves 2 de marzo y hasta el 11 de junio, la exposición ‘El sueño especiero’, que muestra «la legua cero» de la expedición Magallanes Elcano, la que fue la primera vuelta al mundo y de la que se celebró el pasado año el quinto centenario, según explica Juan Ruiz, miembro de Hispania Nostra, comisario de esta muestra junto a Adelaida Sagarra, profesora titular de Historia de América de la Universidad de Burgos.Ese inicio, como ya se ha ido desgranando en las diferentes iniciativas que se han ido celebrando durante el pasado año, se fraguó en Burgos, en torno a «unos mercaderes», entre los que estaba Cristóbal de Haro, que «ya llevaban muchos años intentando llegar a las famosas islas Molucas», las islas de la especiería. Este es el contexto en el que se sitúa la que, según la concejala de Cultura, Rosario Pérez, será la exposición «de las más ambiciosas» que organizará el Ayuntamiento de Burgos a lo largo de este año, con un presupuesto de 139.784,33 euros. La exposición «nos devuelve al corazón de la ciudad, las andanzas de aquel grupo de mercaderes y financieros que convirtieron esta urbe en el centro neurálgico de un sueño de dimensiones épicas», apuntó Pérez. La exposición muestra la fenomenal empresa iniciada por este grupo de burgaleses que permitirá conocer «una imagen de Burgos muy diferente, sorprendente» con una forma de contar «distinta», con un Arco de Santa María «disfrazado» para que sea el marco «perfecto», dejar a un lado la imagen del arco tradicional  y «embarcarnos en una aventura marítima, oceánica, con olor a especias y con rumor del mar».El recorrido empieza en la primera planta, donde se cuenta por qué las especias eran tan preciadas, por qué los mercaderes y financieros burgaleses quieren llegar al origen para realizar un tráfico directo de este tesoro. Porque estos burgaleses «no se conforman con comprar y vender en los puertos donde llegan las especias». Un negocio que va íntimamente ligado a la «ambición imperial de Carlos V», que está  en competencia directa con Portugal para repartirse el mundo. Los burgaleses tratarán de dar satisfacción a ese negocio especiero y a los proyectos políticos de Carlos V.Es tal su ambición y su visión de futuro que entonces «ya tenían un proyecto de ciudad». En esa primera planta se cuenta también el primer intento de llegar a las especias y lo que pasó 30 años después, el «éxito de la armada que organizaron como armadores el obispo de Burgos, Juan de Fonseca, y Cristóbal de Haro». Es el viaje de Magallanes, Cartagena, Elcano, que consigue llegar a las Molucas y regresar el 8 de septiembre de 1522 .La exposición pone de relieve precisamente que el ‘sueño especiero’ empieza donde acaba la hazaña de la vuelta la mundo. Eso es lo que se cuenta en la segunda planta, cuando Elcano ha traído clavo y «Carlos V tiene que cumplir su promesa de crear la Casa de la Contratación de La Coruña, en paralelo a la de Sevilla, para que los burgaleses y los gallegos, en un régimen de monopolio, solo ellos pueden explotar la especiería». Además, y esto es menos conocido, apunta Sagarra, se habla de otros cuatro viajes, que no llegaron a las Molucas pero «sí exploraron otra serie de posibilidades de encontrar nuevos pasos. Junto al amplio «discurso audiovisual» que se puede ver en la exposición hay diversas piezas de cerámica indígenas prestadas por la Casa Museo Colón de Valladolid. Se trata de la primera vez que esas piezas salen del museo. También hay obras de arte de la ciudad y de la provincia que «nos hacen ver aquellos mundos lejanos». A estos elementos se suman un centenar de documentos, libros y mucha cartografía. A lo largo de la exposición hay unos códigos QR «dramatizados» que se amplían el relato. Es una exposición «para mirar al futuro desde mucho más atrás». El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, destacó que es importante seguir recordando esta efeméride en la que la ciudad tuvo una presencia esencial, de la que había «mucho desconocimiento». Aprovechó esta exposición para relacionarla con la candidatura de Burgos a la capitalidad cultural europea en el año 2031.De la Rosa indicó que la cultura es un «término transversal», y «en el sentido amplio de la palabra, Burgos habla también de eso» en su candidatura. Burgos, añadió, puede ofrecer «en base a un presente, un pasado y un futuro» que pivota sobre un «desarrollo internacional de sus empresas, de sus relaciones con América, con Flandes, de sus relaciones con el resto del mundo». Y que se sigue protagonizando «a través de sus multinacionales, como ya protagonizaron los mercaderes burgaleses en el Consulado del Mar». Esos retos, apuntó, en una ciudad como Burgos debemos enmarcarlos en un proyecto conjunto para todo el sistema europeo». Por ello, concluyó, el «sueño especiero continúa». 

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