Claudia Halley y la «vuelta de tuerca» que «nos pedía el cuerpo»

Hay una luz en un rincón que me acaba de cegar, es tan pequeña que pocos la verán.

¿Será el universo mandando una señal? Así lo cree Claudia Halley. Así lo canta en Satélite, su recién estrenado single, y no duda en proclamarlo a los cuatro vientos. Pero nada obedece a la casualidad, a la que también se encomienda en el tema que abre el camino a una nueva etapa tras el lanzamiento de Iridiscencia en mayo de 2022. El trabajo de pico y pala, al calor del estudio, arropada por su banda, acaba dando sus frutos. Y el resultado, inmaculado en sonido frente a horizontes inexplorados, se enriquece sobremanera con la impronta creadora de Javi González.

 

El «protagonismo» de las guitarras visibiliza esa «vuelta de tuerca» que «nos pedía el cuerpo». Satélite es el punto de partida hacia todas partes. Nació, como el resto de composiciones que permanecen en el tintero, con la idea de asentarse en formato disco. Lo que ocurre, guste o no, es que los tiempos han cambiado y a día de hoy «en un EP siempre se pierden dos canciones en el olvido». Por eso, Claudia y el resto de la banda (Daniel López, Rodrigo Vázquez y Roberto Calvo) prefieren dar su «momento de gloria» a cada una de ellas.

¿Por dónde empezar? Buena pregunta, fácil respuesta en este caso. Lo de Satélite, producida por Samuel Peñas y masterizada por Santiago Barrios en Masternort, fue un «flechazo». La canción cobró vida, alzó la voz y «nos dijo que quería ser la primera». Ya en la mezcla, con José Caballero en Neo Music Box a los mandos, quedó meridianamente cristalino. Por todo, en general, y en particular porque quizá «representa el cambio más radical».

 Abierta la veda con el videoclip del primer single a cargo de Sergio Ibannez, el cometa Halley made in Burgos orbitará alrededor del sol cada equis tiempo (no demasiado). La idea, en un principio, era diseñar un calendario para ubicar cada lanzamiento. Sin embargo, ganó la opción de dejarse llevar, de paladear cada tema y tantear al público para elegir el momento exacto. Con Satélite recién salido del horno, a Claudia le da cierta pena que el siguiente hit vea la luz antes del 1 de abril. Lo bueno, sobre todo para sus seguidores, es que sonará -sí o sí- en el concierto previsto este mismo sábado en La Rúa a partir de las 21 horas.

Preguntada sobre el tema en cuestión, la cantante burgalesa no suelta ni prenda. Ni siquiera tras varias intentonas. No dice ni pío aunque sí avanza que se trata de una propuesta «muy visual», con un toque «más moderno» y «muy diferente». Junto a Satélite, es probablemente el planteamiento más «dispar» de una entrega por fascículos que «no son parecidos». Ahí está la gracia, la clave para mantener la expectación y tratar de captar diferentes sensibilidades.

Javi González es «rockero clásico». Ella «más pop». Por suerte, «hemos encontrado un lugar muy cómodo y un consenso bastante chulo musicalmente».

Sobre el modus operandi que ha dado lugar a esta nueva andadura con Javi González asumiendo el cincuenta por ciento de la maquinaria compositiva, Claudia reconoce que «al principio teníamos nuestras diferencias». Él «rockero clásico», en la onda de Leiva o Quique González. Ella «más pop», no hace falta que lo jure. Por suerte, «hemos encontrado un lugar muy cómodo y un consenso bastante chulo musicalmente».

Atrás quedan los quebraderos de cabeza, las horas de local y de estudio o los nervios del primer estreno. También un 2022 con actuaciones memorables como la del Sonorama Ribera, un «regalazo del universo» que «nos pilló totalmente por sorpresa». Ahora tocar mirar al futuro, a corto plazo, en busca de nuevos horizontes.

Con dos bolos ya cerrados en Madrid y Valladolid a partir de primavera, Claudia Halley y compañía prometen dar guerra durante el verano. «Somos culos inquietos y nos encanta movernos», confiesa esta joven vocalista burgalesa, plenamente asentada en la escena local, con más «ganas de salir que nunca». Aún así, sabe de sobra lo difícil que resulta actuar lejos de casa en los tiempos que corren. «Es una locura», sentencia mientras deja claro, aunque no lo exprese verbalmente, que hace ya un tiempo que vino para quedarse.