Teatro
El maestro Benaiges regresa a la Escuela de Bañuelos gracias al teatro
La compañía que está girando con ‘El mar’, obra basada en la historia del docente catalán, visitó este domingo la localidad burebana tras la función del sábado en el Teatro Principal de Burgos
En la mañana del pasado domingo todavía resonaba en los oídos de Alberto Conejero el larguísimo y conmovido aplauso del público que prácticamente llenó el Teatro Principal para ver el montaje teatral 'El mar: Visión de unos niños que no lo han visto nunca'. El dramaturgo y poeta jienense, ganador del Premio Max por 'La piedra oscura', lleva mucho tiempo inmerso en el proyecto de llevar a las tablas la historia de Antoni Benaiges, el docente catalán que dejó una intensa huella en su alumnado de Bañuelos antes de ser ejecutado en los albores de la Guerra Civil.
Este largo tiempo de trabajo buceando en la figura del maestro hizo que Conejero se derrumbara de emoción este domingo delante de la Escuela de este pequeño pueblo burebano al «conocer por fin el lugar real donde todo ocurrió... Venir a aquí es el cierre de un círculo que comenzó a dibujarse hace siete años gracias al trabajo de muchos hombres y mujeres que han hecho 'El mar'».
Tras saludar a muchos amigos y socios de la asociación Escuela Benaiges reunidos para la ocasión, Alberto Conejero y su equipo -el actor y director Xavier Bobés, el actor Sergi Torrecilla, el director de audiovisuales Albert Coma, el fotógrafo y escritor Sergi Bernal y el técnico Jaume Cañasveras- visitaron las distintas estancias del inmueble sito en la calle Mayor de Bañuelos para acabar en el aula donde hace casi 90 años Benaiges, con su elegante sombrero y una maleta llena de sueños, arribó para poner en práctica sus dotes de enseñanza.
Tras una pequeña presentación, donde Conejero tuvo que beber lágrimas de emoción para poder continuar hablando a las veinticinco personas que llenaban el improvisado patio de butacas, el autor de 'El mar' dio paso a Sergi Torrecilla, el actor que interpreta a Benaiges en el montaje teatral. «Sergi va a compartir con nosotros un fragmento de la obra en este lugar... antes he puesto la mano en ese encerado y... En fin», señaló el dramaturgo conteniendo las lágrimas mientras dirigía su mirada hacia la pizarra, objeto original de los tiempos del maestro que conservan en el museo de la Escuela. Seguro que las yemas de sus dedos sintieron la electricidad de la presencia, el recuerdo y la memoria del docente natural de Mont-roig del Camp.
Tras los aplausos, Sergi Torrecilla interpretó la escena en la que la imprenta, con la que Benaiges puso en práctica la técnica pedagógica Freinet, llega a la Escuela. La admiración que brotó en los niños y las niñas de Bañuelos por aquella pieza fue mágica. No eran capaces de imaginar que esa pequeña herramienta iba a convertir sus escritos y sus dibujos en unos cuadernillos que, como inocentes diarios de su vida en el pueblo, serían testimonio veraz y directo de una época.
El actor y el maestro
Sergi Torrecilla compareció en la Escuela de Bañuelos como si fuera una reencarnación del mismo Benaiges. El actor, ataviado con la camisa roja que viste en la obra y muy parecida a la que debía de frecuentar el docente catalán los días de fiesta, saludó al respetable y entró en acción. El silencio de los allí presentes fue quebrado por algunas pequeñas sonrisas durante la actuación de Torrecilla mientras sus caras regalaban ternura y sensibilidad. El aplauso final, enorme, lo debieron de escuchar hasta en Briviesca.
«'El mar' ha supuesto un antes y un después en mi carrera teatral», confesó Sergi Torrecilla tras la actuación. «Está hecho desde una coherencia artística muy grande que tienen Alberto Conejero, Xabier Bobés y el resto del equipo en esta obra de querer trabajar como el maestro enseñaba». El intérprete valoró lo especial que es esta función, que pone en el centro de la obra el proceso educacional de los niños y el trabajo con objetos como la imprenta o el gramófono.
«Gran parte de los textos que cito en la obra fueron escritos por el propio maestro en revistas, congresos pedagógicos... y contagian esa luz que él quería aportar a una escuela tan pequeñita como esta. Trabajar esto con Alberto [Conejero], que es un poeta de la palabra, y Xavier [Bobés], un poeta de los objetos, crea una mezcla perfecta que luego se siente viendo la obra», subrayó el protagonista del montaje.
Para Sergi Torrecilla fue sobrecogedor conocer la Escuela de Bañuelos y sentir el espíritu del maestro por todas partes. «Haber representado una escena de la obra en el espacio real donde pudo suceder es increíble... Yo conocía el pueblo por fotos, había hablado mucho de este lugar, imaginándome en él... ¡Pero hoy estoy aquí! Esto no lo voy a olvidar nunca», señaló con un brillo en los ojos.
También muy conmovido estaba Alberto Conejero que, tras la representación de Torrecilla, leyó un texto que Patricio Redondo dedicó a su amigo Antoni Benaiges tras su asesinato. «Ver a Sergi pronunciar las palabras del propio Benaiges ha sido muy emocionante... Con este proyecto, que se mueve entre el teatro documental y de ficción, hemos puesto en escena los textos del maestro y de los niños y niñas de esta Escuela, así como el teatro de objetos en el centro de la experiencia, que es algo poco habitual», advirtió.
Las funciones de 'El mar', que comenzaron en hace poco más de un año en el Teatre Nacional de Catalunya, ya suman más de cincuenta representaciones por toda España con el unánime aplauso de un público que llena en todos los pases el aforo de los teatros. «La crítica está siendo elogiosa con la función, estamos muy felices. Pero sentimos que el gran premio es el encuentro con los espectadores, la emoción que se genera, la reflexión, la belleza, la alegría... Porque la obra tiende a la luz», indicó Alberto Conejero confesando que la función en Burgos del pasado sábado ha sido una de las más especiales de la gira. «La presencia del músico burgalés Antonio José, también represaliado, y que su música sonara en el Teatro Principal fue inolvidable», indicó volviendo a perder su mirada en el aula que homenajea a este maestro que hizo la promesa de mostrar el Mediterráneo a sus alumnos pero que el odio y la muerte impidió cumplir.
El dramaturgo finalizó su estancia en Burgos este lunes, dando lectura al Mensaje Internacional del Día del Teatro. Después, mantuvo una charla con las personas que se acercaron a la Sala Polisón a celebrarlo. «Estos días han sido verdaderamente inolvidables», concluyó Alberto Conejero.