Literatura
La madurez narrativa de un sorprendente debut literario
La escritora burgalesa Ana Santamaría presenta su primera obra, ‘Libres’ (editorial Comba), este jueves en La Estación a las 19 horas acompañada por Óscar Esquivias
Lleva más de veinticinco años fuera de Burgos y por asuntos laborales ha residido en varios puntos de la geografía española. Desde hace trece años, Ana Santamaría Núñez (Burgos, 1970) vive en Madrid, pero con el rabillo del ojo siempre tiene a la capital castellana en el horizonte de sus pensamientos.
Esta tarde, a partir de las 19 horas y acompañada por Óscar Esquivias, la autora presentará su primera publicación, Libres (editorial Comba), en La Estación de la Ciencia y la Tecnología, sito en la calle Doctor José Luis Santamaría. «La vieja estación de Renfe, para que nos entendamos todos», ríe.
Ha sido en estos últimos años cuando Santamaría ha desarrollado su pasión por la escritura a tumba abierta, «aunque escribo desde siempre», afirma. «Desde que vivo en Madrid he acudido a varios talleres de escritura, de lectura... donde conoces a gente y compartes tu pasión y tus inquietudes por la literatura». En la capital española se topó precisamente con Óscar Esquivias. «Nos conocimos en una presentación de la revista Archiletras Científica, que dirige otro burgalés, Arsenio Escolar. Nos juntamos allí unos cuantos ‘burgaleses por el mundo’ y luego nos fuimos a tomar algo... Y desde ese día somos buenos amigos», apunta Ana Santamaría sobre el autor de La marca de Creta, al que había leído pero no tratado personalmente hasta aquella cita madrileña. «Estoy encantada con tener a Óscar de presentador... Tras leer Libres, me envió un audio por WhatsApp maravilloso que me lo voy a poner en mis días bajos», señala entre risas.
«Yo estudié Derecho en Burgos y he realizado el grado de Estudios Hispánicos en los últimos años en la Universidad Autónoma de Madrid. Eso me ha ofrecido una visión más amplia de la literatura, perfeccionar mi escritura y ser más consciente de lo que me gusta». Cuando Ana Santamaría sintió que sus pies no resbalaban en las páginas de sus ficciones, decidió sacar del cajón los relatos que durante años había ido escribiendo. «En los últimos años me han ido incluyendo en antologías y el premio Cosecha Eñe me comenzó a dar visibilidad, claro», indica refiriéndose a Extorsión, cuento que obtuvo el premio en la edición de 2018. «Pero tampoco le ponía demasiado empeño en el hecho de publicar», destaca.
Fue el editor del sello Comba, Juan Bautista Durán, quien propuso a la escritora burgalesa que su primer libro existiera. «Conocía mi trabajo y me invitó a participar en De la solastalgia (2021), un libro en torno a la covid-19 con ocho relatos de ocho autores diferentes. Le gustó mi cuento y me animó a publicar mi primer libro. Y ahí está, ¡por fin!», indica con simpatía.
Un libro «muy pensado»
Cuando el lector tiene entre sus manos un ejemplar de Libres y comienza a bucear en sus doce relatos, sentimientos de sorpresa y admiración amanecen en sus ojos en cada vuelta de página. El debut literario de Ana Santamaría está muy lejos de una ‘opera prima’ al uso, se percibe una madurez vital y un gran conocimiento de las herramientas de la escritura y del lenguaje. «Es el comentario general que me hacen los lectores. Claro, son relatos muy trabajados, muy posados, muy pensados... Hay gente que piensa que eres escritora desde que publicas. Y, evidentemente, eso no es así».
«Con el primer libro publicado ha cambiado mi mirada... ¡me he dado cuenta de que es posible!»
Libres trata temas muy diferentes y hasta su enfoque lo es, pero se advierte un hilo invisible que los une, bien sea por la voz narrativa de Ana Santamaría o por el estilo de su escritura. «En el libro hay bastantes registros. Y diferencio dos en particular: los relatos que entiendo más serios y otros que yo llamo ‘para divertirme’. El editor me quitó el ‘chip’ de que unos tienen más valor que otros, ya que quien finalmente decide eso es el lector», admite.
El volumen comienza con el cuento que da título a la obra, Libres. Acompañaremos a la protagonista, llamada Emilia, en su deambular por la ciudad con un vestido de novia que no llegó a estrenar por ciertas desventuras sucedidas en su vida. «Ese es un relato que comenzó con un tono más serio pero que tornó hacia más cómico, por así decirlo. Tiene esa ironía que creo que sí caracteriza a mi escritura, con golpes de humor que pueden hacer reír al lector como espectador, cuando para los protagonistas lo que sucede es dramático», añade. Entre esos relatos «con el toque José Luis Cuerda, como dice una amiga» destaca también Misterios gozosos. Entre los más dramáticos caben señalar Fetiche y Juegos de sirena, cuento de un gran lirismo.
Santamaría confiesa que se han quedado muchos relatos fuera de Libres y que, ahora más animada tras ver nacer su ‘primogénito literario’, es posible que tengan cabida en uno próximo. «Con el primer libro publicado ha cambiado mi mirada... ¡me he dado cuenta de que es posible!», concluye.