Último empujón para el documental de Las Vegas 2
Sus promotores apuestan por el micromecenazgo para el proceso de edición, valorado en 7.000 euros / La cinta verá la luz a finales de año con el objetivo de celebrar el 40 aniversario de la apertura de la mítica sala de Melgar de Fernamental / «Lo vamos a conseguir por el camino que sea», asegura su productor ejecutivo, Jorge González
La línea de meta está cada vez más cerca. Lo suyo ha costado, pero aún queda el sprint final. Sea como sea, el documental sobre la mítica discoteca Las Vegas 2 de Melgar de Fernamental verá la luz «a finales de año». Así tiene que ser, cueste lo que cueste. ¿Por qué? Por aquello de celebrar el 40 aniversario de la apertura de una sala que marcó un antes y un después en la escena musical española. ¿Qué falta? Un último empujón para financiar el proceso de edición, casi un 20% del capital pendiente para la consolidación definitiva de un proyecto que pretende ir más allá del mero recuerdo audiovisual.
Cumplir el objetivo de llegar a tiempo se ha convertido en una cuestión de «fuerza y obligación». Toca dar el do de pecho, demostrar que el esfuerzo ha merecido la pena y reivindicar esa «idea de comunidad que ha generado Las Vegas». Para el productor ejecutivo de la cinta, Jorge González, todo se resume en una sola frase: «Es un legado para siempre». La nostalgia no tardará en saltar a la pantalla, reubicando a Melgar en el mapa con el fin de rememorar lo que allí se cocía cada fin de semana. Para que eso ocurra -y lo hará, sí o sí- faltan 7.000 euros. Para conseguirlos, la productora Yo soy Moussambani puso en marcha hace 20 días una campaña de micromecenazgo a través de la plataforma Verkami para rematar la faena lo antes posible.
Como viene siendo habitual, cada aportación tiene su recompensa. Desde la aparición en los créditos por 15 euros hasta la posibilidad de convertirse en patrocinador oficial del documental por 2.500 con la visibilidad que ello conlleva y una serie de regalos extra. Con esta fórmula, se busca captar el apoyo de empresas ofreciendo un «valor añadido» con su «imagen de marca para la posteridad» dentro y fuera del país gracias a su «difusión internacional».
El abanico de opciones es amplio y para todos los bolsillos. Aparte de las clásicas recompensas en forma de merchandising o entradas para los pases que se programarán en Burgos y Madrid, la campaña de crowdfunding también hace un llamamiento a la participación colectiva animando a los mecenas a enviar vídeo-saludos que aparecerán en los créditos. Según avanza González, ya hay unos cuantos «muy graciosos y bastante bonitos». La guinda del pastel, sin lugar a dudas, para cerrar en alto un film repleto de anécdotas y testimonios únicos que se hubiesen perdido en el olvido de no ser por el empeño de su director y cantante de Cronómetrobudú, Javier Castro, y el periodista musical Jorge Bobadilla.
Una vez superado el ecuador de los 40 días de campaña, Las Vegas 2, el documental ha recaudado algo más de 300 euros. Todavía hay tiempo, pero González y Castro son plenamente conscientes de que han de contar con un plan B por si las moscas. «Si no se consigue el objetivo, se devolverá el dinero», señala el productor dispuesto a explorar «otras vías» para cumplir ese sueño que desde Yo soy Moussambani ya se acaricia con la palma de la mano.
La cuenta atrás ha comenzado, ahora sí a velocidad de crucero, para el estreno y difusión de una historia de lo más surrealista en un pequeño pueblo de Burgos por el que desfilaron grupos de la talla de Ramones, Mötorhead, Helloween, Héroes del Silencio, Texas, Joaquín Sabina o Manolo Escobar. Decenas de autobuses llegaban a Melgar con cientos de personas de todas las tribus urbanas habidas y por haber. Lo mismo un día actuaba Bertín Osborne y al siguiente el local se llenaba de ‘melenudos’. Ahí residía la gracia de Las Vegas 2, irrepetible ecosistema sonoro que también acogía desfiles de modelos e incluso encierros de vaquillas.
La cosa promete por las entrevistas que el director ya ha dado a conocer, entre ellas las de Celtas Cortos, Ramoncín, JJ Vaquero o Xavier Font (Locomía). Por si fuera poco, Juanma Bajo Ulloa se subió al barco sin pensárselo dos veces para rodar un cortometraje mientras el propio Castro se animaba a hacer lo mismo apostando por la animación. El resultado, tan largo como apasionante, quizá derive en un formato serie para no perder material valioso por el camino.
A expensas de novedades en este sentido y de las conversaciones que la productora mantiene con diversas plataformas para distribuir el documental, González insiste en que «lo vamos a conseguir por el camino que sea». El siguiente paso, tal y como avanzó Castro en su día a este periódico, consistiría en reivindicar el legado de Las Vegas 2 desde su tierra natal. A poder ser mediante un museo que recoja todo ese patrimonio cultural que dejó huella no solo en la provincia de Burgos, sino también en todo el norte y centro peninsular.
Llegados a este punto, González reconoce que lo mejor de esta experiencia ha sido «la cantidad de cariño que expresan por igual un artista o una persona que estuvo en Las Vegas 2». Todo el mundo recuerda aquella sala que revolucionó el panorama en los años 80 y los espectadores lo comprobarán de inmediato en cuanto tengan oportunidad.
Lo peor, por contra, ha sido la nula financiación institucional para sacar adelante el proyecto. «Da que pensar», reflexiona el productor a sabiendas de que la falta de respaldo económico ante un reto tan ambicioso «te desmoraliza bastante». En cualquier caso, los obstáculos se han ido sorteando y, como decíamos al principio, ya solo queda el sprint final.