Eslabon: Punk-rock melódico y de «buen rollo» para problemas con solución
La banda burgalesa regresa a escena este viernes en La Rúa con ‘Loading’, la «evolución lógica» de cinco músicos con mucho que decir (y celebrar)
En esta vida hay dos opciones: «O tiras hacia delante o te abocas al hundimiento». No es una frase sacada de un libro de autoayuda. Tampoco un eslogan publicitario, o cuqui, al más puro estilo Mr. Wonderful. Es la filosofía que de un tiempo a esta parte -o quizá desde el principio- mueve los engranajes de Eslabon. Sin moralina, sin mensajes vacíos en busca del aplauso fácil. En muchos de sus temas, la banda burgalesa plantea dilemas existenciales y aporta soluciones. Nada se da por sentado salvo el buen rollo que impregna Loading. Cinco trallazos de punk-rock melódico y entusiasta, con identidad propia, recién sacados del horno aunque cocidos a fuego lento desde la pandemia.
Año y medio después de Programados para la pereza, indiscutible punto de inflexión para la apertura de nuevos horizontes musicales, Eslabon presenta su nuevo EP este viernes en La Rúa a partir de las 21 horas. Su último y solidario bolo en la mítica sala de Reyes Católicos a mediados de diciembre -un juguete para niños sin recursos a cambio de la entrada- obtuvo una excelente respuesta por parte del público y era lo suyo repetir en el siguiente asalto. Además, el ambiente «intimista» del local permite tener a la gente «más cerca». Y eso, para Samu Arnáiz (batería) y el resto del grupo resulta impagable.
Fieles a su afán por expandir el rock entre las nuevas generaciones, el concierto será gratuito para los menores. Tendrán que pagar los 10 euros (12 en taquilla) que cuesta en la entrada, pero posteriormente se reembolsará el importe en el puesto de merchandising, gestionado -cómo no- por Sergio López de Gato Encerrado Récords. Los tickets, ya disponibles a través de la plataforma Entradium, también se pueden comprar físicamente en Babieca, Fact 4, La Playa, Jarra’N’Heavy, E330 y la propia Rúa.
Volviendo a Loading, grabado y producido por Jorge Matute (La Puerta Negra) y posteriormente masterizado por Iker Piedrafita en El Sótano Estudio a finales de 2022, Eslabon expone de principio a fin que «apoyarte en la familia y los amigos es fundamental para salir del bache». Por muy profundo que éste sea, abordar los problemas de frente se antoja fundamental y sobre ello reflexionan en canciones como Modo en Off, con la vorágine absorbente de las redes sociales como telón de fondo, o en El hombre del saco, inspirado en el trágico suicidio de la actriz Verónica Forqué.
Samu Arnáiz (batería)
«Igual antes las letras eran más pesimistas, pero siempre aportábamos la solución», remarca Samu tras avanzar que las próximas canciones de la banda irán en la misma onda que sus dos últimos trabajos. El «buen rollo», marca de la casa, mantiene a flote a esta «familia» que creció -y se enriqueció- con la llegada de David Sendino cuando el rock urbano dio paso a las influencias de grupos americanos como Rise Against, Millencolin, o Red City Radio.
Sobre esta «evolución lógica» o, mejor dicho, «apertura mental», Samu destaca que lo más importante de todo es «ser fiel a uno mismo». Bajo esa premisa, el combo se afana en «transmitir cosas que conciencien a las personas» independientemente de su edad o condición. Sus proclamas, donde lo panfletario no tiene cabida, transmiten la necesidad de establecer cambios individuales y colectivos a través del beneficio mutuo y el bienestar social. No es de extrañar, por eso mismo, que su base de seguidores haya crecido con los años. Y aunque «en cada concierto ves caras nuevas», lo cierto es que «la gente joven está muy reacia». Salvo excepciones, eso sí, porque en Burgos aún queda cantera.
De cara al futuro, los Eslabon se lo toman «con calma». Por ahora, toca disfrutar de los directos como el de este fin de semana en La Rúa o la actuación del 24 de junio, en plenas fiestas de San Pedro, junto a Leize y A Sako en la plaza Nueva de Gamonal. Si algo tienen claro Samu, Ricardo Llorente (voz), David Sendino, Sergio Gallego (guitarras) y Adrián Tute (bajo) es que el viaje se disfruta sin prisa pero sin pausa. «No nos ponemos ninguna fecha», aclara el baterista a sabiendas de que la grabación del siguiente álbum, como todos, «depende de las ganancias» que se obtienen, a pico y pala, reventando escenarios.