Literatura
«Aunque la atmósfera sea lúgubre y sombría, ‘Cernégula’ es una novela muy luminosa»
El escritor, profesor y músico burgalés Enrique García Revilla presenta este jueves en el Palacio de la Isla su última novela, ‘Cernégula’ (editorial Atticus), a partir de las 19.30 horas
Saboreando todavía la buena resaca que le brindó su anterior novela, Canción del Machichaco, el músico y escritor Enrique García Revilla (Burgos, 1975) regresa a las librerías con Cernégula (editorial Atticus), una narración que incluye trazas de literatura gótica, cierto ruralismo castellano y algunas escenas dignas del Romanticismo más puro e intenso.
Esta obra fue uno de los títulos locales más demandados en el pasado Día del Libro «para sorpresa mía», indica el autor. «Yo estaba ese día en Madrid y así me lo comunicaron... ¡Si acababa de salir de la imprenta!», subraya. Este jueves, acompañado por el documentalista y bibliotecario Fernando Jerez, García Revilla compartirá su nueva historia con los lectores en el Palacio de la Isla, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, a partir de las 19.30 horas. El acto tiene entrada libre hasta completar el aforo y cuenta con la colaboración de la Asociación Provincial de Libreros.
El nacimiento de esta novela nos retrotrae a la pandemia y la archipresente distancia de seguridad que se estableció en todo tipo de espacios de convivencia. Incluso en las calles. «A mí me gusta correr y, algunas veces, cogí el coche en esas fechas y me fui a algún pueblo para alejarme de la ciudad. Un día llegué a Cernégula y, junto a la laguna de Venta La Perra, encontré una cruz de piedra con una inscripción que, traducida al español actual, dice Aquí murió Pedro de la Iglesia, vecino de Cernégula y natural de Nidáguila, que rueguen a Dios por él para que descanse su alma, día 13 de marzo de 1868», indica. «Yo conozco a un Pedro de la Iglesia procedente de Nidáguila, que es músico y compositor. Le pregunté y me dijo que no creía que fuera un antepasado suyo... A partir de ahí, esta ‘chispita’ fue creciendo poco a poco hasta que se hizo grande y acabó en una novela».
Esta localidad perteneciente al Ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna es conocida popularmente como ‘el pueblo de las brujas’. Narraciones orales que se pierden en la noche de los tiempos relatan que aquellas charcas eran lugar de reunión de hechiceras que bajaban de Cantabria y Navarra huyendo de la Inquisición. Aquellos aquelarres de espanto e invocaciones al Mal trocaron un día en mitos locales que enorgullecen a los lugareños de la zona como parte de su folclore e identidad.
Idea y leyenda
A raíz de aquel paseo solitario por esos parajes legendarios, varias ideas se fueron mezclando como un buen cocido castellano -o una pócima de brujería- en la mente del escritor. «Me he fijado mucho en la obra de Delibes y cómo ambienta historias en estos pueblos de Castilla. Pero, por otro lado, aquí mis referentes son las novelas góticas del siglo XIX, en las que hay mucha naturaleza, escenas nocturnas, romanticismo... El páramo de los alrededores de Cernégula es muy sugerente y los distintos lugares por donde pasa la historia son muy atractivos para un escritor», señala y enumera las localizaciones que sirven como escenarios de la novela, además de las citadas Cernégula y Nidáguila: Espinosa de los Monteros, Castil de Lences y el interior de la Catedral de Burgos, entre otros. Para empaparse de la cadencia y del compás de la literatura fantástica del siglo XIX, García Revilla menciona títulos que ha leído y releído a lo largo de su vida como Frankenstein de Mary Shelley, Drácula de Bram Stoker u obras de Lord Byron, Espronceda y Bécquer.
«Aunque la atmósfera sea lúgubre y sombría, Cernégula es una novela muy luminosa», continúa. «En resumen, es una gran historia de amor... Quiero acercar al lector a la Castilla profunda del siglo XIX, que puede recordar a la del XX, pero es que quizá no eran tan distintas hasta bien entrado el siglo pasado».
La novela narra la historia de dos familias rotas por una tragedia. Teresita nace en un viejo caserón junto a la Venta la Perra, con un pie en el mundo sensible y con otro en lo ultramundano. Julio Sainz Maza, un muchacho con admirables dones del espíritu y discípulo del compositor Franz Liszt, compartirá con ella un secreto aberrante del que deberán liberarse. La Seo burgalesa, sus órganos y los ángeles de sus chapiteles serán testigos de los padecimientos de Julio, un músico muy especial.
Música y atmósferas
La música, como en los anteriores libros del autor, tiene un gran protagonismo en Cernégula. También en la vida del propio Enrique García Revilla. Es catedrático en el IES Comuneros de Castilla de la capital burgalesa y uno de los grandes especialistas en el compositor francés Hector Berlioz, del que tradujo del francés -también es doctor en Filología- sus obras literarias Memorias y Las tertulias de la orquesta, además de escribir el ensayo La estética musical de Hector Berlioz.
Para redondear su dedicación artística, García Revilla es crítico en la revista de música clásica Scherzo y miembro de la Orquesta Sinfónica de Burgos. «Toco el violín y la viola, aunque últimamente sólo la viola. Es un instrumento muy curioso, casi artificial, porque su timbre está entre el del violín y el del violonchelo. Como si fuera un niño al que le está cambiando la voz, que no termina de ser agradable... Pero por el contrario, es un timbre especialísimo, maravilloso», asevera. Seguro que García Revilla, mientras imaginaba las atmósferas oscuras y apasionadas que ambientan algunos episodios de su novela, hizo sonar en su cabeza una viola solista tocando alguna pieza de Bartók, Brahms o el citado Berlioz. Con toda la emoción del momento.
A los protagonistas de Cernégula les acompañan en su aventura cuatro personajes reales, todos relacionados con la música: el compositor austríaco Franz Liszt -«un personaje con un enorme potencial literario»-, el violinista Jesús de Monasterio, el compositor y pianista Juan María Guelbenzu y Enrique Barrera, maestro de capilla de la Catedral de Burgos entre 1867 y 1897. «La personas que han leído mis anteriores novelas saben que en ellas literatura y música van de la mano. Y en Cernégula sigo por el mismo camino».
Para acompañar la experiencia lectora, García Revilla ha propuesto una banda sonora de diez temas para empaparse más si cabe de la atmósfera de Cernégula. El lector podrá encontrar el código de acceso a Spotify en la solapa del libro y descubrirá, como lo harán los asistentes a la presentación de este jueves, que los músicos y los compositores tienen mucho de brujos.