Pablo Andrés Escapa: «El cuento tiene mucho de fascinación verbal»

«Es un aristócrata de la palabra escrita», dijo recientemente el crítico José Ignacio García de Pablo Andrés Escapa (Villaseca de Laciana, León, 1964). Y es una afirmación nada disparatada. Además, la calidez y la brillantez lingüística que caracterizan a la narrativa de este escritor también está presente en sus charlas, conversatorios y en esta misma entrevista. Este viernes, el público que se acerque al Museo de la Evolución Humana, lo podrá comprobar durante la presentación de su último libro, Herencias de invierno. Cuentos de Navidad (Páginas de Espuma), compartiendo escenario con Jesús Pérez Saiz, director de la Escuela de Escritores de Burgos.

El acto, dentro del ciclo Los que cuentan, tendrá lugar en el salón de actos del Museo de la Evolución Humana a partir de las 20.15 horas. La entrada es libre hasta completar el aforo y los interesados deben reservar su entrada llamando al 947 42 10 00, escribiendo a reservas@museoevolucionhumana.com o en el mostrador de recepción del museo. El evento también será retransmitido en directo a través del canal de YouTube del MEH.

«Para mí el fuego es la convocatoria de la palabra. Yo tengo mucha deuda con la tradición oral, mi padre conoció los filandones y era un narrador estupendo»

El origen de Herencias de invierno es muy antiguo. Escapa ha ido escribiendo a lo largo de muchos años un cuento de Navidad cada diciembre y ha acabado reuniendo 25. «El primero fue un encargo. La directora de la biblioteca del Palacio Real [donde trabaja el escritor], María Luisa López-Vidriero, me pidió un cuento para incluirlo en el boletín de Navidad. Gustó y me lo pidieron para el siguiente año, y para el siguiente, y para el siguiente... Y comenzó a generarse cierta expectación entre mis amigos meses antes de llegar el final del año», apunta entre risas.

Un libro bellísimo

Para el volumen que hoy presenta en Burgos hizo una selección de diez historias. Al soberbio contenido que suponen los propios cuentos de Escapa, se une el maravilloso libro que los contiene. La edición -tapa dura, papel especial, una elegante tipografía- se embellece con las ilustraciones de Lucie Duboeuf. «Los dibujos de Lucie están muy bien... El editor [Juan Casamayor] pensó desde un principio que este libro tenía que ser ilustrado. Y yo también. Buscó a esta ilustradora, que es francesa y vive en Barcelona. Apenas hablé con ella ni le di ninguna instrucción, quería que fuera primero lectora antes que ilustradora. Luego nos intercambiamos varios correos para comentar algunos detalles, nada más. El resultado es muy elegante», confirma.

«Le debo mucho a Antonio Pereira, fue uno de los escritores con los que primero tomé contacto y me dio muy buenos consejos»

La literatura navideña es un género en sí, con unos códigos muy marcados por la tradición y ciertos ingredientes indispensables. Y una figura que, como un faro en la inmensidad de una noche eterna, ilumina a todos los autores: Charles Dickens. «Claro, Dickens es inevitable. Pero es una escuela buena... En España se ha publicado mucho, pero no es tan conocido porque ningún autor se ha dedicado de forma importante a escribir cuentos navideños. La más pródiga es Emilia Pardo Bazán y, sin que suene presuntuoso, el siguiente puedo ser yo. Muchos autores han escrito uno o dos, pero están desperdigados. En el siglo XIX se publicaron muchos en los periódicos, seguramente también por influencia de Dickens», subraya.

La trascendencia de Canción de Navidad en este género es indiscutible. Tanto el cuento como la particular adaptación cinematográfica que hizo Frank Capra para la gran pantalla, ¡Qué bello es vivir!. «Tiene una gran enseñanza, algo que yo también busco cuando escribo un cuento de este tipo: la posibilidad de redención de un alma miserable y cómo, en un repaso a su conciencia, le da la vuelta a su existencia, dándole un sentido nuevo. Esto puede ocurrir en cualquier momento del año, pero en esta época parece que hay una predisposición a los buenos sentimientos», explica en autor de Fábrica de prodigios, ganador -ex aequo con el dramaturgo José Luis Alonso de Santos- del Premio de la Crítica de Castilla y León en 2020.

Nieve y fuego

Otros de los aspectos que destaca Escapa es que un cuento navideño «no puede caer en la sensiblería y tiene que administrar la emoción», a la vez que resalta que las narraciones españolas «suelen negras y hasta trágicas, características muy intrínsecas a nuestra literatura». En Herencia de invierno también amanecen temas como la pérdida de la inocencia, «especialmente con el Día de Reyes» o gran parte de la iconografía que viste estas fechas, «porque en los cuentos, la Navidad no es un decorado sin más. Interviene, precipita la acción... Esto se ve muy bien en el cuento Nudos».

Uno de los elementos más identificativos de la Navidad es la nieve, por mucho que pasen años y años sin que caiga un copo en estas fechas. Cuentos, películas y muchos villancicos se ven cubiertos por el manto blanco en muchos de sus pasajes. «También hay nieve en este libro, con su tono poético y también eufórico para los niños... En mi pueblo caían grandes nevadas y ahí no fabulo, estoy siendo fiel a una memoria personal que luego fermento con la imaginación que necesita toda escritura».

Hay un ingrediente, contrapuesto a la nieve y también con tintes mágicos, que tiene un protagonismo crucial en la literatura del autor de Voces de humo: el fuego. «Para mí el fuego es la convocatoria de la palabra. Yo tengo mucha deuda con la tradición oral, mi padre conoció los filandones [reuniones en torno al fuego tras la cena donde se contaban cuentos, leyendas, historias locales... algo muy típico de León y Asturias] y era un narrador estupendo. Nos hacía disfrutar mucho de la Navidad, se disfrazaba y hacía de todo para que disfrutáramos de las fiestas. Y sin embargo era un hombre muy serio y de pocas palabras...», detalla.

«En España se ha publicado mucho sobre la Navidad, pero no es tan conocido porque ningún autor se ha dedicado de forma importante a escribir cuentos sobre este tiempo»

Pablo Andrés Escapa es uno de los miembros destacados de la inagotable cantera leonesa de escritores que en las últimas décadas han dado lustre al panorama literario español. Por los caminos de nuestra conversación circulan desde ‘vacas sagradas’ como Luis Mateo Díez o Julio Llamazares a autores más jóvenes que han despuntado en la última década como Noemí Sabugal o Emilio Gancedo. Sin olvidarnos de unos de los maestros del cuento español, Antonio Pereira, fallecido en 2009. «Le debo mucho, fue uno de los escritores con los que primero tomé contacto y me dio muy buenos consejos», indica Escapa. «Mi fascinación por las palabras es la principal voluntad que yo ejerzo sobre el texto que he escrito. Pero sin caer en el preciosismo, sin que la forma ahogue al fondo... Y el cuento, con su tono poético, tiene mucho de fascinación verbal».

Pablo Andrés Escapa asomará este viernes en el salón de actos del Museo de la Evolución con su última obra y, aunque parezca extemporáneo, leer historias navideñas en mayo es muy recomendable. «Se pueden leer durante todo el año. Yo confío que este libro se lea en julio y no pase nada. Además, igual refrescan», concluye con simpatía.