«Bendita locura. Nunca pensé que este festival iba a ser tan grande»
Párkinson Burgos culmina el gran evento de su 25 aniversario agradeciendo el apoyo de voluntarios y público a la hora de hacer posible un «reto impresionante»
«Lo mejor de estos 25 años es la gente maravillosa que me he encontrado en el camino». María Jesús Delgado, presidenta de la Asociación Párkinson Burgos, recuerda como si fuese ayer aquel anuncio publicado en prensa al que respondieron 11 personas. No imaginaba ni en sueños que, cuarto de siglo después, la entidad sería capaz de organizar un festival único y multitudinario capaz de unir sobre el escenario a bandas locales de diferentes estilos con la Joven Orquesta Sinfónica de Burgos (JOSBu). Por suerte, algunos sueños se hacen realidad y 25 Veces Gracias Burgos lo demostró con creces.
«Esto se nos ha ido de las manos», pensaba Delgado cuando veía que los grupos, la JOSBu y la asociación al completo hacían piña para que la iniciativa saliese adelante. La idea, recuerda, partió de David Hernández, terapeuta ocupacional y organizador de un evento que, pese a la tromba de agua del viernes, salió adelante congregando a cientos de espectadores en el recinto de la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad de Burgos (UBU). «Le decía a todo que sí», tanto a Hernández como a Jesús Gadea, también fundamental para el desarrollo de esta aventura porque «me transmitió mucha confianza y seguridad».
La fecha se acercaba y la presidenta de Párkinson Burgos, entusiasmada y nerviosa a partes iguales, se enorgullecía de formar parte de esta «bendita locura». «No pensé que este festival iba a ser tan grande», reconoce a sabiendas de que reunir a tantas bandas y artistas en un espacio tan amplio mientras se organizaban un sinfín de actividades paralelas suponía un «reto impresionante».
«Me siento tan agradecida que el festival no podía tener otro título»
«Me siento tan agradecida que el festival no podía tener otro título». 25 Veces Gracias Burgos... y las que haga falta. Para Delgado, que ha visitado «cientos de empresas aunque no han respondido ni el 50%», cada apoyo suma y no se olvida de que «las administraciones públicas siempre han estado ahí». Al mismo tiempo, extiende su gratitud a «las personas con párkinson que me han enseñado a estar con los pies en la tierra. Me han dado mucho más de lo que he dado yo».
«Somos una familia»
Cuando el evento empezó a tomar forma, los usuarios de Párkinson Burgos se ofrecieron a colaborar de inmediato. «Para lo que haga falta», dijo Luis Santiago, paciente de 78 años, dispuesto a aportar su granito de arena porque «somos una familia». Al recordarlo, no puede evitar emocionarse porque le hace «muchísima ilusión» que la ciudad se haya volcado tanto con el festival.
También se ofreció a «ayudar en todo lo que podamos» Pilar Barrio, integrante de la Junta Directiva con 16 años de experiencia en la entidad desde la entrada de su marido. Siempre al pie del cañón «para lo que me necesiten», no se lo pensó dos veces porque sabía que una cita de tal magnitud servirá para «darnos a conocer en Burgos y buena parte de España». Sea como fuere, y al igual que Luis, le reconforta saber que «somos una piña».
Un concierto «impresionante»
La espectacular tormenta del viernes amenazó con suspender el festival, pero concedió una tregua y los conciertos pudieron celebrarse. Este contratiempo afectó a la charanga Los Chones, que actuó más tarde de lo previsto. «Mira que ha llovido, pero al final bombo y caja siempre animan el alma», comentaba Salas, uno de sus miembros, convencido de que todo el show, como diría Freddy Mercury, debía continuar.
Los nubarrones de la primera jornada se disiparon el sábado y todo salió según lo previsto. Buen tiempo a la hora del vermú y un sinfín de conciertos por delante. Junto a la JOSBu desfilaron los Cheddar, «a fuego» según sus propias palabras y encantados de la respuesta de un «público maravilloso». Cierto es que les hubiese gustado ensayar algo más de tiempo con la orquesta, pero sabían que jugaban sobre seguro porque daba la impresión de que «hacen esto todos los días». El resultado, por lo tanto, sólo puede calificarse de «impresionante».