Juan Luis Arsuaga / Codirector de Atapuerca
«Nuestro cuerpo es el gran desconocido y por eso genera muchos miedos»
Acaba de publicar la obra ‘Nuestro cuerpo. Siete millones de años de evolución’. Un nuevo éxito editorial, publicado por la editorial Destino, que el martes presenta en el Museo de la Evolución Humana a las 20.15 h.
La guerra del fuego, es una de las primeras novelas ambientada en la prehistoria. Un clásico que sembró en el Juan Luis Arsuaga niño interés por el estudio del pasado . En sus páginas narra el viaje de Naoh en busca de la llama que su tribu perdió. En su vertiente literaria y divulgadora, Juan Luis Arsuaga plantea viajes que son una búsqueda de la llama del conocimiento sobre nosotros mismos, nuestro pasado y nuestra evolución. Así fue La especie elegida en el 98 para conocer mejor cómo se forjó nuestra estirpe; El collar del neandertal (1999) sobre la especie más enigmática; el primer viaje que todos emprendemos en Vida, la gran historia; el viaje en compañía de Juan José Millás para contar la vida y la muerte de un sapiens a un neandertal.
El codirector de Atapuerca propone ahora un viaje para descubrir Nuestro cuerpo (Destino) una «máquina de mecánica perfecta tras siete millones de años de evolución» que es líder de ventas en su categoría. Uno de los autores estrella de la última edición de la Feria del Libro de Madrid juega en casa, en el Museo de la Evolución, donde presenta su último libro y nos explica la mejor forma de leerlo.
Pregunta- Sus libros son como un viaje. Una ruta por la especie, por la vida, por la muerte. ¿Por qué propone un viaje por nuestro cuerpo?
Respuesta.- El cuerpo es el gran desconocido. Nadie sabe nada del cuerpo. Contamos la historia del descubrimiento del cuerpo, la gente no lo conoce. Desde los griegos que lo concebían desde el punto de vista artístico, Galeno como visión anatómica, en la Edad Media se oculta, el cuerpo es sucio, bajo, pecaminoso... Todo lo peor. Viene el Renacimiento y se recupera el cuerpo desde las bellas artes y lo estético. Aquí empieza la disección, el estudio anatómico. Y el cuerpo se convierte en un conocimiento especializado de los médicos y ya está.
P.- Pero sí se estudia en el colegio, la lista de los huesos, los músculos, ¿lo olvidamos demasiado pronto?
R.- Sí, en el colegio te enseñan algunas cosas pero no de tu cuerpo. Por eso el cuerpo es el gran desconocido, lo que genera muchos miedos, incomprensiones y muchos problemas. Vivimos nuestro cuerpo como un conflicto.
P-. No es una contracción, el cuerpo es noticia en revistas, periódicos etc.
R.- Sí, es una contradicción porque hay revistas especializadas con secciones sobre el cuerpo, los periódicos de salud, de deportes con las lesiones de los deportistas... Hay mucha información sobre el cuerpo. El contraste es unas revistas que están bien hechas, que transmiten el contenido científico serio muy bien y un público que no tiene ni idea. Pero eso está cambiando.
«Vivimos nuestro cuerpo como un conflicto»
P.- ¿Hacia dónde?
R-. Se recupera un poco el espíritu griego en el sentido de que creemos que es el objeto más perfecto del planeta. Que no hay nada más bello y armonioso. Y este libro está hecho con ese espíritu griego. Es un libro de autoconocimiento que no de autoayuda. Tenía miedo que pasara como pasa con mis alumnos que se saben muy bien la anatomía del cadáver pero no la suya. Lo que yo quiero es que identifiques tu cuerpo.
P.- En el libro hablas de palpar, de los huesos trasparentes. ¿Qué maletas necesitamos para ese viaje?
R.- Ninguna, este libro hay que leerlo con cuanta menos ropa, mejor. Por eso recomiendo la playa. Yo doy una clase en dos sesiones de dos horas y me comprometo a explicar el cuerpo humano, la parte de anatomía de este libro, lo fundamental. Y el propósito del libro que la gente recorra y reconozca su cuerpo. Y mejor que solo, entre dos, así se estudia mejor el cuerpo y se lee mejor el libro. Y en la playa. Yo digo que es el libro del verano porque vas a la playa te puedes mirar todos los músculos y si estás con otro dices tú has utilizado el tendón de la Fascia Lata. Entre dos es más fácil. Y para localizar estas cosas lo puedes localizar en la playa tranquilamente y yo te voy contando cosas de la evolución
«Este libro hay que leerlo con cuanta menor ropa mejor, recomiendo la playa, y también, aunque no es obligatorio, mejor en pareja que solo »
P.- ¿Apto para niños?
R.- Sí, claro. Una cosa que me gustaría que se hiciera, es que esta filosofía se incorporara a los planes nacionales de enseñanza. Que se estudie el cuerpo humano como autoexploración, no en una diapositiva sino el propio cuerpo de cada uno. Yo hablaría ya en la Escuela Infantil. Los niños como aprenden es jugando y es lo mejor.
P.- El viaje de Nuestro Cuerpo es una disección de su evolución, pero también un viaje a través su reflejo en el arte. Desde los griegos a los cómics. ¿Quiénes marcan más músculo?
R.- Los cómics marcan muy bien el cuerpo. Todos estos superhéroes son muy musculitos. Todos tienen mucho músculo. Cristiano Ronaldo se quita la camisa en cuanto puede. Hay mucho exhibicionismo que no me parece mal, porque ya que se los han trabajando... A mí me gustaban más los futbolistas de antes, como mi padre, que no se quitaban la camiseta de ninguna de las maneras. Le daban a la pelota, jugaban, metían gol y se volvían a casa. Ahora vivimos en la época del espectáculo.
P.- Las lesiones forman parte de ese espectáculo del deporte, ¿no?
R.- La información está por todas partes. Te enteras de que a Nadal le han operado del Psoas y no puede jugar Roland Garros. Hablan de artroscopia del Psoas pero no dicen qué es. Se cuenta como si todo el mundo supiera. Se considera que pertenecen al acervo popular. Pero lo que yo quiero es que el lector vaya recorriendo el cuerpo y, mientras, voy contando la evolución. Para saber de los isquios, primero hay que evolucionarlos. Creo que conocer tu cuerpo, el de uno, porque el cuerpo ideal es el que tu tienes, es lo que hay, pues voy a conocerlo bien. Y hay información. Vas a pilates, al fisio, te dicen cosas. Y ya con el cuerpo doliente, en la vejez, es cuando más lo conoces, especialmente lo que te duele.
Te enteras de que a Nadal le han operado del Psoas y no puede jugar Roland Garros. Hablan de artroscopia del Psoas pero no dicen qué es. Se cuenta como si todo el mundo supiera.
P.- Y la gran pregunta, ¿estamos preparados para la vejez?
R.- La vejez no es para cobardes, decía Bette Davis. Pero hay grandeza en la vejez, como en todas las decadencias. Nunca fue más grande Roma que en su decadencia. Nunca ha sido Lisboa más bella que cuando perdió el Imperio… En la decadencia hay una estética, una grandeza. Y eso son los valores a cultivar. Y conviene que las criaturas hagan algo de ejercicio para llevarlo mejor. Es muy romántico eso de la decadencia, era la exhortación de la ruina.
«La vejez, ser abuelo, no son los minutos de la basura, no es una prórroga de propina, es una función más de la vida como la adolescencia o la madurez»
P.- ¿La vejez es algo que los humanos hemos ganado a la naturaleza?
R.- Ser abuelo es una parte de la vida. Nosotros vivimos muchos años después de dejar de ser padres, pero no por casualidad sino porque tenemos una función en la vida. Y esa función es la de ser abuelo. Parece que ser abuelo es cuando ya no te queda nada. No. Es tan humano como ser adolescente. Esta etapa de la vida no son los minutos de la basura, no es una prórroga de propina. Y si llegamos a vivir lo que vivimos, después del tiempo que podemos tener hijos, es porque la evolución nos ha permitido tener esta etapa porque seguimos teniendo una función útil para la sociedad. Es una etapa más de la vida con el mismo valor que las otras desde el punto de vista de biología social. No es un tiempo regalado, no es que sobren, no es que lleguen a abuelos por amabilidad de la naturaleza, que no lo es para nada, sino por una razón. Hay que recuperar esa dignidad de la vejez.