Malmö 040: «De tocar en el Sonorama, hubiéramos compartido una importante noticia»
La banda barcelonesa, que se ofreció a actuar a principios de agosto vía Twitter, ansía sentir «la calidad de la gente de Aranda de Duero»
Venían de tocar en el Arenal Sound y, de repente, «surgió el tema del Sonorama Ribera». Semanas antes, varios de sus seguidores habían dejado caer la posibilidad de que Malmö 040 fuese este año una de las bandas sorpresa en la plaza del Trigo de Aranda de Duero. Comentando la jugada, entre risas de camino a Zaragoza, se toparon con un tuit de la cuenta oficial del festival haciéndose eco de una noticia sobre Violeta Magriñán en el 20 Minutos y la siguiente pregunta: «¿A alguien le viene bien hacer algún anuncio importante la semana que viene?». Fue entonces cuando Carlos, Víctor, Nacho, Gonzalo y Joan consensuaron un «nos ofrecemos» como respuesta.
Lanzaron el guante «más como una broma o guiño a nuestros seguidores que con la expectativa real de actuar allí este año». No hubo respuesta por parte de la organización, salvo que se estén marcando una troleada épica a este periódico recién superado el ecuador del festival. En cualquier caso, todos los integrantes de este joven grupo catalán de pop-rock coinciden en que «el Sonorama es un festival en el que toda banda en España sueña con estar». No sólo por tratarse de una «referencia en el panorama indie», sino también porque se ha convertido en «un lugar donde muchos de los músicos que admiramos han dejado huella».
Volviendo al tema del tuit, Malmö 040 manifiesta lo siguiente: «De haber tenido la oportunidad de tocar en el Sonorama, hubiéramos tenido una importante noticia que compartir con el público». Así que nada. Por ahora prefieren «mantenerla en reserva y esperar el momento adecuado para hacerla pública».
A expensas de que llegue el momento, Malmö 040 se encuentra a bordo de una «montaña rusa» tras actuar en festivales de primer orden como el Arenal, Amante, Costa Feira, White Summer... Un verano de ensueño pero con la espinita del Sonorama porque «todo el mundo habla maravillas». Entre ellos Víctor, que acudió el año pasado acompañando a Maren para disfrutar de su concierto en la «icónica plaza del Trigo en pleno mediodía».
«Fue impresionante ver cómo el lugar estaba lleno hasta el último rincón. La energía y la pasión del público eran palpables y realmente contagiosas. Es una experiencia que se me ha quedado grabada», recuerda Víctor, tremendamente deseoso, al igual que sus compañeros, de formar parte de esa «magia» que se atribuye, y con razón, a la «calidez de la gente de Aranda».