Literatura
José Marrón: «El pasado no existe, el pasado se recuerda»
El autor burgalés presenta este jueves en la Sala Polisón del Teatro Principal su primera novela, ‘Calumnia’ (Suabia Ediciones), a partir de las 20 horas
«Por fin he escrito algo que he disfrutado a fondo», señala José María González Marrón (Burgos, 1948) mientras sujeta un ejemplar de su primera novela, 'Calumnia', y atiende a las indicaciones de Óscar Corcuera para tomarle unas fotografías.
Es su primera novela, pero el autor que lleva en su documentación el mismo nombre que su abuelo y su padre -conocido divulgador del folclore burgalés y que tiene una calle en la zona de San Pedro y San Felices- lleva escribiendo y pensando en la literatura toda la vida. Con 'Calumnia', que ha publicado en Suabia Ediciones con la colaboración de la Fundación Caja de Burgos, cumple un sueño largamente trabajado a lo largo de la última década. Dada su vasta cultura, podría haber escrito una ficción sobre muchos temas y contextualizarla en cualquier lugar del mundo. Pero había algo que, como las volutas de humo de un cigarrillo mal apagado, siempre había estado rondando su cabeza: su infancia y adolescencia en Burgos.
Este jueves, a partir de las 20 horas en la Sala Polisón del Teatro Principal, el autor presentará su primera obra acompañado del editor de Suabia, Jesús Toledano Escribano, en un acto realizado en colaboración con la Asociación de Libreros y el Ayuntamiento de Burgos.
Marrón vive en Francia desde 1967. Cuando acabó el bachillerato, su padre le ofreció seguir estudiando en Madrid o en París. José no dudó por un momento y pensó que su forma de sentir la vida iba a tener un mejor acomodo junto a la Torre Eiffel que al lado de la Puerta del Sol. Llegó al país vecino en un momento histórico que los años han trastornado en legendario. «Viví el Mayo del 68 en la Sorbona. Conocí a gentes de muchos países, también españoles... Recuerdo ver por allí a Tierno Galván y a otros intelectuales de aquel tiempo». También a exiliados, a menudo con la cabeza gacha y la mirada perdida en un horizonte que estaba al otro lado de los Pirineos.
En París estudió tres licenciaturas y fue durante décadas profesor de español en escuelas superiores de turismo. Escribió muchos manuales y libros divulgativos y tradujo al francés gran cantidad de textos, entre ellos alguna novela corta de Arturo Pérez-Reverte. Acabó su carrera profesional en la Universidad París Este, llevándose para casa un buen puñado de historias y la memoria de sus alumnos. Durante su vida académica escribió mucha poesía y una gran cantidad de cuentos, que no sabe si algún día verán la luz. «Tras leer la novela acabada, algunos amigos me empujaron para publicarla. No sé si ocurrirá lo mismo con mis demás escritos».
Disfraces y vidas
'Calumnia' se desarrolla en Burgos, pero el autor ha cambiado y alterado algunos nombres de calles y espacios, aunque llegan a ser muy reconocibles. «Fue una especie de juego... Sin llegar al nivel de Clarín con su Vetusta en 'La Regenta'», ríe. El permanente frío burgalés, climatológico y social, el miedo incesante a sentirse espiado, un erotismo reprimido hasta el dolor o la invisible letra escarlata del ‘que dirán’ salpican los capítulos de esta novela que narra la historia de Pablo, un joven andaluz de 16 años natural de Baena que se apea un día en la estación de ferrocarril de Burgos para ser testigo y protagonista de un cambalache de personajes «en una época de muchos duelos y quebrantos y de pocas ollas contundentes».
Una máxima que sembró Marrón desde el principio de la escritura y que dejó caer sobre Pablo Mora fue que «cuando la vida te propone algo, tienes que decir que sí. Creo que es un mensaje claro que quiero dejar en la novela y que he aplicado siempre en mi vida. Algo que contrasta con esta ciudad tan conservadora».
El autor se ha valido de un personaje forastero para conducir su novela para «tener una visión externa de la ciudad y de aquella época... El pasado no existe, el pasado se recuerda según lo hayamos vivido cada uno, más allá de hechos objetivos e inamovibles. Aunque ahora se pone en duda cualquier cosa», ríe. «Por eso, aquel Burgos fue cómo cada uno lo vivió, lo amó o lo sufrió».
«Un fósil de esa época»
Las más de cinco décadas de vida de José Marrón fuera de España han provocado que parte de su conocimiento de Burgos siga habitando en aquella geografía provinciana de rezos, paseo y tamboril. El autor esparce por los párrafos de 'Calumnia' muchos modismos y argot de la vieja Castilla que ahora prácticamente están en desuso. «Aparece un gitano republicano que a veces habla en caló, otro que habla en la lengua serfadí... Yo soy como un fósil de aquella época. Mi español ha evolucionado con los periódicos, la radio, la televisión... pero no con el habla popular del día a día».
La huella autobiográfica en esta obra es profunda, muchos episodios protagonizados por José Marrón en aquellos años 50 y 60 están disfrazados en la existencia de otros personajes que pululan por aquel Burgos gris, católico y castrense. Situaciones cómicas, momentos surrealistas, coyunturas angustiosas, trances trágicos... «Recuerdo, por ejemplo, ir por el paseo del Espolón cantando La Internacional o el Himno de Riego con mis amigos sin ser muy conscientes de lo que podía ocasionarnos aquello», señala con una sonrisa. «Los años en que se desarrolla la novela fueron terribles, con pistoleros por las calles, una gran represión y mucho miedo en gran parte de la población», apunta José Marrón.
El autor es muy agudo en las descripciones de los personajes y dibuja con palabras afiladas la fisionomía de todo aquel que pulula por las casi 400 páginas de la novela. «Creo que el lector podrá imaginarse perfectamente cómo son Pablo, Carlos, Julio, la tía Elena... ¿Quién no ha conocido a una mujer como la tía Elena, de cuerpo rotundo y que se llevaba detrás todas las miradas?», subraya.
El recuerdo de Tino
Una de las personas más importantes en la juventud de José Marrón fue el poeta burgalés Tino Barriuso, fallecido en 2017. En la última conversación que mantuvieron, Barriuso le regaló una novela y Marrón le habló de lo que estaba escribiendo. «Sé que a Tino le hubiera gustado leer 'Calumnia'... Fuimos grandísimos amigos de chicos y aprendí mucho de él. Le he homenajeado en tres personajes y ahí estará para siempre», detalla.
José Marrón está disfrutando mucho de estos días en Burgos, que este jueves culminará con la presentación de la novela en la Sala Polisón. «Hablar del libro con gente y con la prensa me está removiendo muchas cosas y puede que me anime a escribir una continuación. Tengo muchas hojas escritas, sin orden ninguno, que podrían formar parte de esa segunda parte», concluye el escritor burgalés.