El Correo de Burgos
Juan Vallejo, ayer durante la inauguración de su última exposición.  TOMÁS ALONSO

Juan Vallejo, durante la inauguración de su última exposición en la ciudad, en junio del año pasado. TOMÁS ALONSO

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El artista burgalés Juan Vallejo ha fallecido hoy a los 74 años. El pintor nacido en Burgos en 1949 lograba numerosos reconocimientos a lo largo de su dilatada trayectoria, hecho que el propio Ayuntamiento ha destacado en el mensaje con el que manifestaba su pesar por la pérdida. Así mismo subrayaba el carácter internacional de la fama de Vallejo, que exponía por última vez en la ciudad en junio de 2022, en una muestra con la que quiso rendir un homenaje a la Catedral de Burgos coincidiendo con su 800 aniversario. 

Y es que Juan Vallejo quiso ser también custodio de la Seo. No en vano lideró la batalla social contra las nuevas puertas encargadas a Antonio López. Entregó de hecho al Arzobispado -responsable del proyecto- 60.000 firmas recogidas a través de la plataforma change.org por considerar que la propuesta era "una barbaridad". Mostraba así una vez más su carácter reivindicativo, el mismo que siempre vinculaba a su expresión artística.

Según cuenta la red de redes, desde su juventud "Vallejo se había comprometido con la defensa y reivindicación de la democracia y las libertades públicas". Su primera exposición, con 18 años, se ubicó en el mismo lugar que la última, en el Arco de Santa María. Y de ella dicen que "marcó su sendero por el que discurrirían las pautas de la pintura joven burgalesa".

En 1969, ya con veinte, "realiza una exposición de más de doscientas obras en los claustros del antiguo monasterio de San Juan; este escenario sería testigo de su primera retrospectiva en 1973 y del adiós de 1976, fecha en que una de las obras allí expuestas fue censurada, la cual provocó el exilio de su ciudad durante 20 años", relata la publicación web Burgospedia.

En ese tiempo vivió en París y Roma. Es entonces cuando recibe el encargo de los monjes de la abadía cistercienses de San Pedro de Cardeña: los murales de la bóveda de la escalera imperial. A ella se consagró para alumbrar la que sería una de las grandes obras de su carrera junto a la que ya en 1990 plasmó a petición de los monjes de Silos: un cuadro para la Sala Capitular del monasterio benedictino. "Pinta durante ocho meses Sileuros, un lienzo de 6,15 x 6,00 metros que recoge la vida de San Benito inspirada en sus leyendas y milagros", detalla en citado portal. 

Entre tanto la vida monacal siguió alumbrando sus creaciones, que rodaron por distintas ciudades españolas, marcadas siempre por su compromiso social y su reivindicación de las víctimas (de la Guerra Civil, de la dictadura franquista...) y de la libertad. En 2018 buena parte de ellas -230 para ser exactos- daban forma a la retrospectiva que bajo el título 'Memoria' ocupó el Fórum Evolución, cuyo catálogo reza, rubricado por Javier del Campo, director de Arte de la Fundación Caja de Burgos:  «Con frecuencia debatimos sobre si es compatible la belleza con el compromiso (...). No hay ninguna duda. El arte es mucho más que una carta de colores, que un muestrario de combinaciones temáticas o que una habilidad mimética. Tampoco basta con un catálogo de espantos o de lamentos. En la capacidad del arte para hacernos sentir cuanto de verdad importa, está y estará Vallejo».

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