Travis Birds: «Mi mayor deseo es el show que tengo en la cabeza»

Hará un frío que pela, pero el público de Burgos demuestra con creces que es «súper pasional». Da igual la sala y la época del año. A estas alturas, la cantautora madrileña Travis Birds sabe que la acogida será, como siempre, «muy cálida». Aún con todo, afronta su próximo concierto, el jueves 14 de diciembre en el Robinson Pub (antiguo Sohho), con más nerviosismo de lo habitual. Lo arrastra desde que inició la gira, a mediados de octubre, con su último disco (Perro Deseo) recién salido del horno. 

Plasmar en directo este álbum, el tercero hasta la fecha, se asemeja a una carrera de fondo en la que Travis ha tenido que partir «de cero». Pasar de la confortable soledad del acústico al show con banda obliga a «ir entrenando» prácticamente sobre la marcha. «Es más exigente a nivel físico», de ahí que se fije una «perspectiva más a largo plazo». En cualquier caso, los primeros bolos han salido a pedir de boca y ya van unos cuantos con el cartel de entradas agotadas. 

La vida es sueño. También frenesí, ilusión sombra y ficción; ya lo decía Calderón de la Barca. Sin embargo, para que los sueños se cumplan hay que creérselo y ella supo hacer de su timidez un don gracias a su voz angelical. Con X (2016) se abrió camino, con La costa de los mosquitos (2021) dio un gran salto y ahora busca reafirmarse con un trabajo «menos introvertido y más expuesto» en el que, definitivamente, brilla con luz propia. Sus letras, las melodías y el éxito que está cosechando Perro Deseo tienen, a su juicio, «mucho que ver con mi momento vital». 

Quien desea sueña y viceversa. Mucho o poco, con mayor o menor altitud de miras. ¿Cuál es el mayor deseo de Travis Birds a día de hoy? «El show que tengo en la cabeza», responde la (todavía) joven artista que conquistó a oyentes de distinto pelaje en el disco tributo a Joaquín Sabina. Era, por aquel entonces, la más desconocida en una larga lista de invitados que incluía, entre otros, a Joan Manuel Serrat, Rozalén, Alejandro Sanz, Zahara, Fito y Fitipaldis, Dani Martín, Robe Iniesta, Los Rodríguez, Lichis, Estopa o M-Clan. 

Deslumbró con 19 días y 500 noches, cuya letra fue modificada por Benjamín Prado para la ocasión, demostrando que su presencia en aquel compacto estaba plenamente justificada. Podría haberse acomodado y buscar atajos, pero hubiese perdido su identidad personal y creativa. En cuanto a su máximo deseo, ese que tanto le ronda, toca situarse en el 'hoy y ahora' porque su prioridad  no es otra que ofrecer un espectáculo «muy potente» que «no te deje indiferente». 

Sin pájaros en la cabeza y con las ideas muy claras, Travis buscó en Perro Deseo la heterogeneidad sonora en torno a un mismo concepto con infinitas ramificaciones. Cuatro productores, «distintos perfiles», porque «empaparse de cada uno te ayuda a visualizar mejor». Campi Campón, Tato Latorre, Paco Salazar y Leiva, que colabora en Grillos, lucen un «traje diferente» que enriquece el «espíritu» de cada canción aunque, en el fondo, la autora percibe una «atmósfera global» que lo envuelve todo.

También presta su voz, en Urgente, Jairo Zabala alias Depedro. Otro sueño cumplido, extensible a lo de Leiva, y un «aprendizaje increíble» que siempre portará en su mochila. Con este bagaje, tan reciente que aún le pone la piel de gallina, Travis Birds encara 2024 con una abultada lista de fechas que irá creciendo. De entrada muchas salas, donde «la energía que se genera es mágica», y después festivales como Sonorama y algún otro pendiente de confirmar. «Soy muy ambiciosa», resume sin ego, con su humildad de serie, dispuesta a «seguir peleando» para que su energía fluya en pequeños y grandes escenarios.