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Presentación literaria

Todas las máscaras de la vida caen verso a verso en un circo sin pistas

El poeta Alejandro Garmón presenta este miércoles en el salón de la Fundación Círculo su última obra, ‘La determinación del hombre bala’, a partir de las 20 horas

Alejandro Garmón Izquierdo, con su último poemario.SANTI OTERO

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Burgos

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Desde joven, las paredes del piso gijonés de Alejandro Garmón Izquierdo (Bilbao, 1981) estaban tapadas por estanterías de libros que le apelaban cada vez que los miraba. «Tenía varias enciclopedias y en mi habitación guardaba la colección completa de RTV que publicaba Salvat. Tenía cien libros, todos títulos clásicos, y ahí comencé a ser lector», explica el poeta.

Este miércoles, a partir de las 20 horas en el salón de actos de la Fundación Círculo de plaza de España, el escritor presentará su segundo poemario, 'La determinación del hombre bala' (Bajamar Editores), acompañado por el vate burgalés José Gutiérrez Román. La entrada es libre hasta completar el aforo.

Garmón nació en la capital vizcaína, pero cuando apenas tenía un año su familia marchó a Gijón -él se siente gijonés- y desde hace quince años reside en Burgos. La lectura, y en especial la poesía, siempre han tenido un peso importante en su formación intelectual y personal. En el instituto se enamoró de la obra de Garcilaso, Quevedo y Jorge Manrique. Poco a poco, comenzó a bosquejar sus primeros versos, echando gasolina a sus inquietudes adolescentes y mucho vigor al crecimiento del amor propio. «Gané un premio de relatos en COU y fue un momento importante para mí. Más tarde, ocuparon mucho tiempo mis estudios y lo dejé un poco de lado. Pero luego volví a escribir y comencé a subir composiciones a un blog, que lo leían mi familia y pocos más», ríe.

El aldabonazo en el alma de poeta de Garmón llegó en 2018 cuando obtuvo el V Premio Internacional de Poesía Jovellanos, ‘el Mejor Poema del Mundo’. «El jurado era espectacular. A mí no me conocía nadie, pero les gustó mi 'Alejandría'. Luego, me llamó el poeta Nacho [Juan Ignacio] González y me propuso publicar un libro, el que fue finalmente 'Licencia de apertura', que salió en 2019 en Bajamar», apunta Garmón.

El poeta se enreda en explicaciones, salpicadas de risas y complicidad, para explicar cuándo escribió cada poema, los saltos que dieron algunas composiciones de una obra a otra, el disfraz que puso a textos para vestir de otra manera que congeniara mejor con sus compañeros de páginas... Esto daría para otro artículo sazonado con la tímida sonrisa de Alejandro Garmón poniendo el punto final a cada frase.

Las composiciones de 'La determinación del hombre bala' tienen una extensión variable, desde los dos versos de 'Panorámica' a los 24 de 'Todos los santos'. «Eso sí, todos los poemas tiene métrica, pero no rima. Sigo un poco cierta escuela española de los 80 que se sigue practicando, aunque hay muchas maneras de escribir poesía y esa riqueza abre muchas puertas a la hora de crear tus textos», confiesa. «Y más que el verso libre, lo que me cuesta es el ‘verso libérrimo’, me gusta que el poema tenga cierta música. Aunque reconozco que hay grandes poemas de ‘versolibrismo’ que quizá yo no soy capaz de descifrar del todo», asevera.

Otro aspecto que cabe destacar de la obra de Alejandro Garmón es la precisión y el juego de sus títulos. Sin ir más lejos, el del propio poemario, «el libro iba a tener un componente circense en todas sus páginas, pero al final sólo han sido algunas», señala con simpatía. Los poemas tienen casi todos títulos cortos «y son un verso más del poema, forman parte de él», mientras que cada parte del libro está firmada con epígrafes de gran belleza como 'La luz al otro lado' o 'Breve atlas de islas infinitas'. La pandemia, la vida digital o un viaje a Portugal también tienen su protagonismo en 'La determinación del hombre bala'.

Como se ha reseñado al principio de esta información, el poeta José Gutiérrez Román, Premio Adonáis 2010, acompañará este miércoles a Garmón en la presentación. Y así lo define: «La poesía de Alejandro está cuajada de hallazgos, como cuando encuentras en un cajón una reliquia de tu pasado, algo que va más allá del objeto y del símbolo que esconde. Los poemas de este hermoso libro consiguen que el lector pueda oler el humo de lo que ya fue. Para ello no remueve las cenizas, sino que enciende un fuego nuevo. La palabra reflexiva y serena de Alejandro Garmón es la culpable, una palabra clara y elegante, que define la inmensidad de ese minúsculo espacio-tiempo que llamamos vida».

Baile de máscaras

En la conversación se cruzan muchas corrientes literarias, tiempos y dinámicas distintas, autores y generaciones para todos los gustos. Claudio Rodríguez, José Hierro, Roberto Bolaño... autores que han ido y venido en la vida lectora de Alejandro Garmón.

En el poemario hay algunas composiciones dedicadas a grandes personajes de la cultura del siglo XX, hasta cierto punto ‘outsiders’ de la música o el cine que cogieron caminos pedregosos en la música o el cine para crear obras únicas. El cineasta Orson Welles, el cantante y líder de The Doors Jim Morrison o el guitarrista Jimi Hendrix son algunas de las figuras que desfilan por esta galería de héroes involuntarios. «Pero en el fondo, todos son máscaras. Porque el que hablo soy yo, con mis sentimientos, inquietudes... En mi juventud quise escribir un libro de poemas sobre personajes famosos... ¡Quería escribir un poema sobre Marilyn Monroe! Quizá, con la inclusión de estos que he citado y alguno más, puedo tachar esa idea de mi lista de libros escritos», ríe.