Cita con El Nido antes de Año Nuevo: «Sentimos cosas muy potentes»

Rodrigo Cachorro y Nacho Prada lo tienen «clarísimo» cuando se les pregunta por el momento más especial de la gira de El Nido. Fue hace casi un año (29 de diciembre), durante la presentación de Refugios a cielo abierto, en el Teatro Principal. La banda decidió interpretar El Castañero prácticamente a pelo, con voces y percusión, abandonando la cómoda seguridad del escenario. «Ver a la gente cantando, aplaudiéndote, y estar con tu grupo que aparte son tus mejores amigos... Me pone la piel de gallina todavía», confiesa Cachorro. Su compañero, cien por cien de acuerdo, se queda con ese instante y con lo vivido en el festival Womad de Cáceres. En ambos casos, el equipo al completo (faltan Álvaro Herreros y Eneko Lekumberri) recibió un «check vital muy bonito».

¿Es casualidad que El Nido vuelva este 29 de diciembre al Principal? Seguramente ni de lejos. A punto de dar las 12 campanadas, y tras un año «increíble» con casi 80 conciertos a sus espaldas, era menester organizar algo «especial» para celebrarlo. Una fiesta por todo lo alto a la que se suma la Joven Orquesta Sinfónica de Burgos (JOSBu). Una «locura», como bien la define Cachorro, con varios meses de trabajo previos entre arreglos, ensayos y mil quebraderos de cabeza.

«La gente tiene ganas de escuchar estas nuevas combinaciones»Pedro Bartolomé, director de la JOSBu

«Me parece fenomenal», dijo de inmediato el director de la JOSBu, Pedro Bartolomé, cuando le propusieron esta «idea loca». Loca en el más maravilloso sentido de la palabra. Y factible, aunque no exenta de esfuerzo, visto el resultado del festival organizado por Parkinson Burgos, con motivo de su 25 aniversario, que demostró el encaje de la orquesta con bandas de todo pelaje sonoro.

El caso es que Bartolomé aceptó encantado porque «la gente tiene ganas de escuchar estas nuevas combinaciones». Pero del sí quiero a la materialización del concierto había un largo trecho, de ahí que los chicos de El Nido se pusiesen las pilas para empezar con los arreglos. A todo esto, Cachorro agradece la predisposición del director de la JOSBu porque «anda metido en mil fregados y esto es un jaleo».

«Las canciones que son emotivas cobran una solemnidad muy grande»Nacho Prada, integrante de El Nido

«En los ensayos sentimos cosas muy potentes, muy bestias. Las canciones que son emotivas cobran una solemnidad muy grande y las que son más enérgicas suenan desbordantes». El brillo en la mirada de Prada le delata. Si empezase a morderse las uñas por los nervios se quedaría sin manos. Lo mismo le ocurre a Cachorro, entusiasmado tras comprobar que la JOSBu ofrece una «dimensión absolutamente inimaginable» a todas y cada una de las canciones.

¿Habrá sorpresas en el concierto? «Nacho sale vestido de Pikachu», bromea su compañero. Ahora en serio, ¿las habrá? Pues sí, aunque el único spoiler que hacen es el de las colaboraciones. Pero no dan nombres ni la más mínima pista. De lo contrario, el factor sorpresa perdería parte de su sentido. No obstante, avanzan su intención de inmortalizar la actuación. «Vamos a grabarlo seguro, al menos para el recuerdo», asevera Prada convencido de que probablemente se saque algo a posteriori.

«Cada generación tiene su incentivo para venir a vernos»Rodrigo Cachorro, integrante de El Nido

De cara a 2024, El Nido iniciará la cuesta de enero compartiendo unas cuantas colaboraciones, todavía en el tintero, que han ido surgiendo a lo largo de este año. Mientras tanto, la gira de Refugios a cielo abierto seguirá su curso en salas mientras las nuevas composiciones van tomando forma. Es posible, apunta Prada, que en primavera vea la luz un EP. En cualquier caso, adelanta que el grupo está siguiendo «la misma línea» pero con «otros aromas». Habrá cambios, sí, pero sin renunciar a la propia identidad.

A expensas de lo que esté por venir, la banda tiene mucho por lo que brindar estas fiestas. «La gente se lo ha pasado muy bien con nosotros y hemos disfrutado mogollón», apostilla Cachorro sorprendido, entre otras cosas, de que «cada generación tiene su incentivo para venir a vernos». Parece haber quedado claro, y si no que se lo digan a La M.O.D.A., que esto del folk no es cosa de viejos.