«El heavy metal se ha normalizado, ya no nos miran de reojo y estamos integrados en la ciudad»
Laura Sagredo, cabeza visible del Zurbarán Rock, Blusas del Metal y Valdorrock, considera que 2023 marca un antes y un después en el que «hemos cumplido todos nuestros sueños»
Nadie hubiese imaginado hace siete años que un humilde festival con bandas locales en una pequeña barriada de Gamonal acabaría congregando, sin despeinarse, a 10.000 personas. Ni que se convertiría en un referente capaz de enamorar a bandas de todo el mundo y a medios especializados poniendo a Burgos como epicentro del heavy metal en España. Nadie lo hubiese imaginado salvo, quizás, quienes se embarcaron en aquella «locura» bautizada como Zurbarán Rock. Aún así, el éxito alcanzado es «muchísimo mejor de lo que jamás hubiéramos soñado».
A punto de culminar un 2023 que ha marcado un antes y un después, la portavoz de Metal Castellae, Laura Sagredo, destaca la «tremenda» evolución de una cita que, en su última edición, reunió a 16 bandas nacionales e internacionales en el parque de San Agustín. Por si fuera poco, todas y cada una de las 700 personas que realizaron la encuesta de satisfacción una vez concluido el festival dejaron claro que «volverían al Zurbarán». Con el listón tan sumamente alto, resulta evidente que «de aquí en adelante, todo lo que venga ya es a mayores».
Más allá de las cifras que arroja el festival, Sagredo celebra con orgullo y conocimiento de causa que «el heavy metal se ha normalizado». De un tiempo a esta parte, «en Burgos a todo el mundo le resuena, ya no nos miran de reojo y estamos completamente integrados en la ciudad». Visto lo visto, no cabe duda de que lo conseguido hasta ahora -y en tan poco tiempo- es una «auténtica pasada».
Pero no solo del Zurbarán se nutre Metal Castellae. Ahí está la peña Blusas del Metal, que acoge en su seno a toda la comunidad heavy burgalesa. Por segundo año consecutivo, y con premio a la mejor performance, su carroza dio la campanada durante la cabalgata de las fiestas de San Pedro mientras la banda euskalduna Basati se dejaba la piel con un amplio repertorio de versiones de clásicos del rock.
El germen del Zurbarán
Otro de los grandes hitos de este año fue la resurrección del Valdorrock, «el germen del Zurbarán». Sagredo recuerda como si fuese ayer los inicios de aquel pequeño festival, a finales del siglo XX, del que ella formó parte junto a sus amigos de Valdorros. Como quien no quiere la cosa, la cita se hizo un nombre e Israel Hernando, miembro activo de Metal Castellae, siempre decía que era «su festival de referencia». Hasta el punto de plantear al resto de sus compañeros que «si un pueblo tan chiquitín podía tener este proyecto, ¿por qué no en Burgos?». Dicho y hecho, el resto ya es historia de sobra conocida.
Trece años después de la última entrega, el Valdorrock emergió de nuevo el pasado mes de octubre con Sexma, Volvoreta y Vhäldemar en cartel. «Otro sueño cumplido que ha superado todas nuestras expectativas», asegura Sagredo tras remarcar que acudieron cerca de un millar de asistentes. Tampoco se olvida de la implicación del pueblo, con 70 voluntarios y «chavales de 10 años preguntándote en qué podían ayudar». Visto lo visto, se puede afirmar que el rock, aparte de transversal, es capaz de sacar lo mejor de las personas independientemente de su edad.