La mirada delató a Mateo Cerezo el Joven. Así es el Ecce Homo que expone la Catedral de Burgos

El gusto por el Barroco español de Friedrich Magalhães y Enrique Santos, que en un mes estrenarán galería en el barrio de Malasaña de Madrid dedicada al arte español antiguo, les llevaron hasta un Ecce Homo de bella factura. Pertenecía a una colección privada de Madrid, sin autor pero les llamó la atención. «A veces sabemos el artista, otras no, pero sí podemos ver la calidad de la obra y es evidente que esta es la obra de un gran artista aunque el barniz nos engañó y pensábamos que era Barroco Sevillano», explica Friedrich Magalhães.

Para resolver el enigma había que restaurar la pieza y contar con un especialista en el Barroco español para poder identificar su autor. El restaurador Rafael Moreno, de ascendencia burgalesa aunque con estudio en Madrid, arrancó con el trabajo en noviembre. Una restauración «muy sencilla» permitió borrar la pátina del tiempo y el barniz que escondía los colores. «La pieza estaba muy sucia y escondía los colores característicos de este autor, del que ya había trabajado alguna pieza, cuando esa costra del tiempo se limpió y aparecieron los colores no tenía ninguna duda», explica Moreno.

El dibujo, el color del blanco de los ojos, la mirada resignada hacia arriba, el rojo de la túnica... Todo apuntaba al Barroco español sí, pero a la Escuela de Madrid y al Maestro Cerezo el Joven, que en 2020 había protagonizado una retrospectiva en la Catedral de Burgos. El equipo de galeristas buscó un especialista en este pintor. El catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, Enrique Valdivielso González, no tuvo dudas. Era un Mateo Cerezo. 

«Esta afirmación se basa fundamentalmente en la total coincidencia de su técnica, especialmente en su dibujo, con otras obras de este mismo tema realizadas por el», señala el estudio que presenta la galería. Coincidencias en el dibujo y el color de otras de sus piezas, el cromatismo del rostro, cuello y torso del Cristo y el rojo del manto que lo recubre «es el tratamiento cromático propio de Cerezo». 

Y los ojos. «La descripción de los ojos del Cristo se levantan al alto, con expresión de pedir ayuda pero también para aceptar el suplicio que se acerca y, en especial, el blanco de los ojos tan característico y que puede verse también en la pieza junto a la que se expondrá en la Catedral», concluyó Friedrich Magalhães.

El burgalés del barroco de la Escuela Madrileña no falta en la joya del Gótico que es la Catedral de Burgos. Era una obligación y una devoción poner en común las piezas de Mateo Cerezo el Joven. «Este artista burgalés une la tradición flamenca e italiana del que tenemos ejemplos en la Catedral y pensamos que en la Capilla de los Condestables se podía establecer un diálogo entre ambos cuadros para ensalzar su figura», explicó el presidente del Cabildo de la Catedral de Burgos, Félix Castro.

Así, el Ecce Homo atribuido a Mateo Cerezo el Joven, un óleo sobre lienzo del segundo tercio del siglo XVII con medidas de 56,6 cm por 42,2, se situará entre el otro Cerezo de la Catedral, el Cristo de la Agonía. Una pieza pintada hacia 1665 en óleo sobre lienzo de gran tamaño. Se podrá comprobar in situ las características que han llevado a definir la autoría de esta pieza. Junto a ellos la enigmática María Magdalena que pintó el ilustre discípulo de Leonardo da Vinci, Gianpetrino. ¿O fue el propio Leonardo da Vinci?

Y precisamente esas dudas entre la autoría del maestro o del discípulo acompaña al Ecce Homo, expuesto bajo el nombre He aquí el hombre y a esta María Magdalena. No es algo raro en la pintura española del siglo XVII. «Hemos realizado un trabajo intenso y profundo porque en el arte del Barroco Español, que fue descubierto a principios del siglo XIX fuera del país, suele pasar mucho que se atribuyen piezas de pintura y esculturas a grandes pintores cuando podrían ser de sus discípulos pero coinciden estilos, ejecución...», señala Enrique Santos, de la Galería Magalhães & Santos.

La Capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos mantendrá este diálogo entre la obra de Mateo Cerezo hasta mediados del mes de mayo. Además, en el Museo de la Catedral también puede verse otro Mateo Cerezo, la pieza San Francisco de Asis y el ángel con la ampolla.