Nueva exposición
El manual de anatomía que fue un ‘bestseller’ en el siglo XVI llega al Museo de la Evolución
‘Historia de la composición del cuerpo humano’ es un manual que todo practicante poseía. Obra del médico Juan Valverde de Amusco e ilustrado por Gaspar Becerra es un ejemplo de que «el arte y la ciencia han ido de la mano
Hubo un tiempo en el que la medicina eran tratados en latín sobre el cuerpo sin conocer su interior. Era pecado abrir un cadáver y ver que había en el interior. Poco a poco se fue eliminando ese sentido de ultraje para comprender la necesidad de conocer su funcionamiento. Los dibujos eran la manera de entender para los médicos pero, sobre todo, para los practicantes que eran los que «aprendían con la práctica».
Uno de los 'bestseller' de ciencias anatómicas del Renacimiento era obra de un español. Un médico palentino que pensó que mejor que escribir en latín, lengua de los médicos y universitarios, el manual debía trasladarse al lenguaje romance, al castellano, que era el que entendían los practicantes. Fue Juan Valverde de Amusco.
El obispo Juan Álvarez de Toledo, favoreció que esa idea se materializara con las ilustraciones de un manierista, Gaspar Becerra, discípulo de Miguel Ángel Buonarroti. «Las ilustraciones en este texto es la segunda parte de su éxito porque en un texto de anatomía o medicina tan importante como el texto es la ilustración incluso hoy lo que más se consultan son imágenes», explica el director científico del Museo de la Evolución, Juan Luis Arsuaga.
La figura de los tres: el científico que elabora el tratado, Juan Valverde de Amusco, el artista jienense que elabora las ilustraciones, Gaspar Becerra, y el obispo burgalés, Juan Álvarez Quevedo, son protagonistas de la exposición ‘El medico, el obispo y el pintor’ que se puede ver en la Sala de Pieza única del Museo de la Evolución hasta final de año.
«Esta exposición es importantísima y recupera la figura de un médico de Amusco, un pueblo de Palencia, y que permite reivindicar la cultura española desde el lado científico que a veces se nos olvida pero en la medicina renacentista, en el comienzo de la modernidad de la medicina, los médicos españoles fueron esenciales», explicó el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja. Puntualizaron que esa unión entre arte y ciencia es el que predican desde el primero de sus días el Museo de la Evolución Humana. La casualidad ha querido, según explicaba Arsuaga la exposición ya estaba prevista hace tiempo, que Santoja fuera el responsable de la adaptación de este ejemplar a la literatura moderna en los años 80.
La exposición está compuesta por el libro de 'Historia de la composición del cuerpo humano', un ejemplar de sus primeras ediciones cedido por la Biblioteca Historica ‘Marqués de Valdecilla’ de la Universidad Complutense de Madrid. El libro, editado en 1556, cuenta con 42 láminas calcográficas de las que unas tienen un marcado sentido renacentista y otro grupo de calcos están inspiradas en la obra de Andrea Vesalio. Su libro ‘De la estructura del cuerpo humano en siete libros’ también se puede contemplar en la exposición.
Junto a él se conservan manuales médicos de la época realizados por Luis Lobera de Ávila, Andrés Laguna, Bernardino Montaña de Montserrate o Luis Mercado.
Para analizar la anatomía del cuerpo, pero exterior, la muestra se acompaña de dos reproducciones de la figura de El Suplicio de Marsias, la Venus saliendo del baño e Hipnos y Dios del sueño. En las paredes cuelgan fotografías de anatomías y una gran reproducción de una de las obras más importantes de Becerra que se conservan en España. Se trata del retablo mayor de la Catedral de Astorga y se ha trasladado hasta Burgos una escultura original del autor de las láminas del libro dedicada a Santo Toribio.
En la elaboración de la muestra han participado el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, la Facultad de Medicina de Valladolid ya que se llega a exponer un corazón humano del Museo de la Universidad de Valladolid (MUVA). También participan en la muestra la Catedral de Astorga, el Museo del Prado, el estudio de arquitectura A2G y la Parroquia de San Lorenzo de Burgos que cede un reclinatorio.