Letras
«El papel otorga una seriedad a tus textos que nunca te dará lo digital»
La tertulia literaria Caleidoscopio presenta este viernes, a partir de las 19 horas en el salón de actos de la Biblioteca Pública de San Juan, el número 16 de su revista
«La tertulia Caleidoscopio nació en 2005 por el generoso empeño de un grupo de amigos a quienes unía una misma pasión por la lectura y la creación literaria. Casi veinte años después continuamos haciendo lo que más nos gusta (leer, escribir y, sobre todo, conversar) en nuestras reuniones, abiertas para todos aquellos que queráis acercaros a participar».
Con estas palabras se presenta este grupo de burgaleses que se reúnen, desde hace dos décadas, en torno a la palabra escrita, el disfrute de la literatura y la amistad. «Los primeros miembros de la tertulia nos conocimos en un taller de escritura que dirigía Enrique Cuesta», recuerda Juan Luis Sobrón, uno de los fundadores de este inquieto cenáculo de letraheridos. «La tertulia comenzó a reunirse en el bar La Clave, que estaba en la calle Vitoria, cerca de Hacienda. Luego tuvimos otros espacios, como una sala en el Teatro Principal... Ahora nos juntamos en el Masala, en la plaza Francisco Sarmiento», apunta Luis Carlos Blanco Izquierdo, coordinador de la tertulia.
Blanco se encarga de la organización de la tertulia «desde hace mucho tiempo», confiesa entre risas. «Pero es que lo hace muy bien, y no es fácil encontrar a personas valiosas y con tanto compromiso como Luis Carlos», alaba Juan Luis Sobrón sonriendo a su compañero.
Blanco no es de los fundadores de Caleidoscopio, se sumó un año después tras unos primeros encuentros dubitativos. «Yo escribía desde hace tiempo, incluso había ganado algunos premios... Tras ir a unas mesas redondas de literatura, me enteré de que había una tertulia. Pero no me atrevía a ir», ríe. «Una amiga, que también frecuentaba estas reuniones, me animó a ir. Conocí a Ana Mayoral, primera coordinadora de la tertulia, y me decidí por fin. Me encontré un grupo serio, amable y acogedor. Así que ya no lo dejé».
La tertulia literaria Caleidoscopio se reúne dos jueves al mes, ahora en Masala, establecimiento al que están muy agradecidos por su acogida. Allí leen sus textos, recitan poemas, comentan libros... «Son reuniones abiertas, puede acudir el que quiera y participar. Todo el mundo es bienvenido. Dependiendo de días, nos reunimos seis, ocho, diez...», indica Blanco. Además, tienen un club de lectura con la Biblioteca de San Juan. «Otro trabajo, además de la tertulia, que me han colocado», ríe Luis Carlos mientras señala la novela que están leyendo estos días, 'Una lectura nada común', de Alan Bennett.
Sobrón y Blanco, que han publicado libros, artículos y relatos, cuentan con simpatía algunos de sus trucos, manías y rarezas a la hora de escribir. «En verdad, siempre que estoy solo, ya comienzo a escribir. Por ejemplo, cuando voy de paseo siempre aparecen ideas y menos mal que llevo siempre una libretilla para apuntar lo que se me ocurre», señala Luis Carlos. «Yo más de una noche me he levantado de la cama a tomar un par de notas de algo que he pensado», añade Juan Luis con una sonrisa.
Los miembros de Caleidoscopio rememoran el paso de algunas plumas burgalesas por su tertulia, como Carlos de la Sierra, Fernando Ortega Barriuso o el recordado Jorge Villalmanzo. También recuerdan el generoso apoyo de la Fundación Oxígeno en algunos proyectos.
La revista número 16
Algunos miembros de Caleidoscopio también han participado en otras revistas de la ciudad como Plaza San Juan o Culdbura, publicaciones impulsadas por Fernando Ortega Barriuso, José María Izarra, entre otros.
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Para sufragar los gastos de impresión de la revista tuvieron durante unos años una ayuda del Instituto Municipal de Cultura y después de la Obra Social de Caja de Burgos. Pero aquella situación duró poco y, desde hace tiempo, los socios financian el coste de la publicación en su totalidad. «Editamos 500 unidades, que se distribuyen gratuitamente, como siempre. Cuando teníamos ayudas llegamos a las mil copias e hicimos hasta tres números infantiles», señala Blanco. «A mí me da un poco de pena que Burgos, que es una ciudad muy cultural y con gente muy interesada y con talento para hacer cosas, no haya un apoyo institucional fuerte para ayudar a que salgan más proyectos adelante y no se queden en ideas», se lamenta Sobrón.
No se han planteado una edición digital de la revista o subir sus textos a internet «por torpeza con las nuevas tecnologías. Ya ves las edades que tenemos», indica Blanco y ríen ambos. «Además, una revista de papel otorga una seriedad a tus textos que nunca te dará lo digital», subraya Sobrón. «Entre algunos compañeros y amigos mantengo a veces este debate y a mí no me apean de que prefiero la edición de papel», añade mientras comenzamos una subtertulia, que se queda fuera de esta información, sobre hijos, nietos, las pantallas y la brecha digital que convierte a algunas personas en «gentes de otro tiempo».
En el número 16 de la revista Caleidoscopio, que este viernes se presenta en el salón de actos de la Biblioteca de San Juan a las 19 horas, hay relatos y poemas de Rufino Hernández, Juan Manuel Ruiz Solsona, Diego Alonso, Carlos Bolinaga, Luis Desel, Pilar Martínez, María Mazo, Eva Pérez Fernández, Miguel Ángel Barbero, Elena Larra de Torre, Román López Curiel y los dos protagonistas de este artículo: Juan Luis Sobrón y Luis Carlos Blanco. Todos quedan invitados.