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Presentación literaria

Ricardo Ruiz: «El mayor premio para un poeta es que el lector se emocione con sus composiciones»

El escritor burgalés ha volcado toda su obra en ‘Memoria del frío. Poesía reunida (1981-2023)’, editada por Vitruvio / Este jueves lo presenta en el Salón Rojo del Teatro Principal a las 20 horas

Ricardo Ruiz ha reunido su poesía en 'Memoria del frío'.SANTI OTERO

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Burgos

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El ritmo de vida del Espolón burgalés lo distingue como un buen lugar para la conversación pausada, la amistad natural y la complicidad literaria. Y más en un día de sol, todavía fresco, como en el que se realizó esta entrevista, pero sin el relente ni la grisura de las pasadas semanas.

Ricardo Ruiz Nebreda (Burgos, 1963) camina con sosiego por el enlosado del céntrico paseo, con las manos ocupadas de libros y un reloj corriendo sin tiempo. Este jueves presenta en el Salón Rojo del Teatro Principal, a partir de las 20 horas, un volumen donde reúne «el 98% de mi poesía». Es un libro grande, negro, austero, pero lleno de luz y humanidad. Para hablar de 'Memoria del frío', Ruiz estará acompañado por Pablo Méndez, editor de Vitruvio, y los reconocidos poetas burgaleses Pascual Izquierdo y Eliseo González.

«La iniciativa de ese libro nació en Pablo Méndez. Él estaba enamorado de 'Animal de invierno' [la anterior obra de Ruiz], que finalmente publicó Ars Poética, y me dijo que quería publicar algo mío. Me habló de la reedición de alguno de mis poemarios anteriores, pero yo no lo veía claro. Le propuse una antología y él me invitó a ir más allá: hacer una poesía reunida», señala. «Descartamos hacer una antología, son muy parciales y no sabes qué criterio seguir: ¿el del poeta, el del editor, el de mis lectores?».

El autor de 'Estación lactante' explica que está «casi toda mi obra. Algunos poemas no los he incluido y otros los he revisado, en especial los primeros que escribí. Yo me reconozco en todos mis poemas, pero estos son los que más lejanos que cogen en el tiempo y he hecho pequeñas correcciones estrictamente literarias, respetando su espíritu», aclara.

Un ejemplar de 'Memoria del frío' en manos de su autor.SANTI OTERO

Ricardo Ruiz despliega en este volumen toda su vida literaria, desde sus composiciones de juventud, reunidas bajo el epígrafe 'Primeros poemas (1981-1988)', sus ocho poemarios publicados y seis poemas inéditos al final como regalo a sus lectores. «Creo que mi obra es coherente y unitaria, y espero que eso lo vean las personas que lean y disfruten de 'Memoria del frío'... Creo que hay tres hitos importantes en mi trayectoria: 'Estación lactante' (2006), donde mi trabajo ya demuestra cierta solidez; 'La condición humana' (2019), con el que obtuve el Premio Paul Beckett; y el último poemario, 'Animal de invierno' (2023), que me sigue dando alegrías y del que estoy especialmente satisfecho», indica.

Ricardo Ruiz detiene el tren de nuestra conversación y se baja en el andén de 'La condición humana'. «Hay gente que me dice que es una obra tan abarcadora, tan compleja... es un libro de libros. Tiene partes muy distintas hablando del ser humano, con una primera parte más apocalíptica, una segunda con aforismos, una tercera que habla del viaje, la familia, la belleza... Esos conceptos que envuelven al hombre. Literariamente, y creo que por eso le dieron el Paul Beckett, es un libro denso y compacto. Quizá por eso a muchas personas les ha gustado más 'Animal de invierno', que es más cercano y accesible... El mayor premio que puede recibir un poeta es que tus poemas emocionen a alguien, se identifiquen en ellos e incluso te digan que los has escrito para él».

«La poesía no es sólo un desahogo sentimental», continúa. «Hay gente que cree que sí, que es todo pura inspiración, y no sabe que detrás hay técnica, oficio, mucho trabajo de depuración y correcciones. Escribir poesía es fácil, pero escribir poesía de calidad es muy difícil», asevera.

El mar, el desierto

Leyendo cronológicamente 'Memoria del frío', uno advierte la evolución literaria de Ricardo Ruiz y también se topa con frecuencia con algunos temas y recursos que el poeta burgalés coge, como condimentos que dan sabor a su poesía, de su alacena de aparejos literarios. Uno de ellos es el mar, la costa, las rocas, las olas que mueren en la playa...

«Yo soy piscis, y eso seguramente influya», ríe. «Es algo muy catártico... Siempre he considerado el mar un elemento simbólico muy importante. Y puede ser curioso, siendo yo alguien tan castellano, donde te condiciona tanto el aspecto invernal. Al menos, una vez a al año, yo necesito ir a ver el mar. Es muy terapéutico y poético, siempre ha sido una gran fuente de inspiración».

Otro universo que enciende las pasiones de Ricardo Ruiz es el western, sus antihéroes, las historias de John Ford, esos espacios abiertos y desérticos donde apenas habita el viento. «Esos hombres errantes, siempre en la frontera, tienen mucha simbología. Soy un apasionado del western porque resume muy bien las pasiones humanas: la violencia, la valentía, el honor, el desarraigo, el amor, el viaje...», explica Ruiz sobre este género puramente cinematográfico y estadounidense, aunque luego se haya exportado a otras latitudes del mundo y a otras disciplinas artísticas.

«A mí siempre me ha interesado las conocidas ‘películas del oeste’ , el cine negro, las ‘road-movies’... Creo que viven en parte de mi poesía», y cita películas como 'Centauros del desierto' o 'El hombre que mató a Liberty Valance'.

Tampoco hay que dejar de advertir que en algunas páginas de 'Memoria del frío' el lector se encontrará con poemas de un intenso erotismo, algo quizá un tanto subversivo en estos tiempos pacatos y de moral tristemente neoconservadora. «Siempre digo que son eróticos, que no pornográficos», ríe. «En mi obra siempre ha estado el paso del tiempo, la infancia, la recuperación de la memoria... Pero el latido amoroso es muy importante y la carnalidad también está ahí, con su fogonazo».

Poetas de letra y música

Ricardo Ruiz es una persona muy generosa, también en la literatura. Confiesa con sinceridad y sin impostura las fuentes poéticas de las que ha bebido, degustando cada verso como un pequeño trago, a lo largo de su trayectoria lírica. Tomen nota: desde clásicos como Rainer Maria Rilke, Raymond Carver, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Francisco Brines o José Hierro hasta españoles contemporáneos como Antonio Gamoneda, Karmelo C. Iribarren, Eloy García Rosillo, Carlos Marzal, Luis Alberto de Cuenca, Felipe Benítez Reyes, Basilio Sánchez, Raquel Lanseros, Rosa Berbel o Adam Zagajewski, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2017.

También conviven en su pozo de recuerdos algunos músicos y excelentes letristas que le acompañan desde que los conoció durante los años 80 en Madrid, donde estudió la carrera de Periodismo. «Yo soy de la generación que conoció en los escenarios a Nacha Pop, Los Secretos, los 091, Alarma!!!... Siempre han dado mucha luz a mi poesía», confiesa. «Qué sería de la música española sin referentes como Enrique Urquijo, Antonio Vega, José Ignacio Lapido o Manolo Tena».

Otro coloso de la música, esta vez italiana, se cruza en nuestro diálogo: Franco Battiato. Ruiz le dedicó una hermosa composición en 'Animal de invierno', titulado 'La leyenda del Jabalí Blanco'. «Hay poemas que tardo varios años en escribirlos. Este me salió bastante redondo, con apenas correcciones... Es que en mis primeros poemas ya cito a Battiato. Es un artista muy importante para mí, alguien ecléctico, muy comprometido...», indica Ricardo Ruiz y recuerda que tiene una foto con él, tomada tras un concierto que dio en 2008 en la Casa del Cordón.

Se acaba la conversación. Ruiz se emboza con la bufanda y se protege su cabeza con una gorra. Recoge su ejemplar de 'Memoria del frío', un libro que es la caja de sus secretos compartidos con los lectores, y nos despedimos hasta hoy. En el Espolón sigue brillando el sol y los plátanos desnudos de hojas dibujan telas de araña imperfectas en el pavimento para que los niños las pisen en un juego de risas y saltos.

Ricardo Ruiz Nebreda arrolla al lector con una poesía melancólica, evocadora y llena de hallazgos, versos que interpelan a la vida desde una voz honesta y muy reconocible. Como anotó el escritor Pedro Casariego Córdoba -PeCasCor- en una de sus brillantes composiciones, Ruiz podría pertenecer a esa estirpe de hombres delgados que no flaquearán jamás. La fuerza de su literatura es una robusta viga maestra donde apoyar nuestros sueños, esperanzas y debilidades. El Salón Rojo del Teatro Principal, el espacio más bello y evocador de la ciudad para los escritores burgaleses, será testigo esta tarde del alumbramiento de 'Memoria del frío' al calor de los lectores y la obra de este poeta burgalés.