El Correo de Burgos

El teatro de Quevedo, en primicia y «de plena actualidad»

La compañía Morfeo preestrena este sábado en el Teatro Principal 'Polvo serán, mas polvo enamorado', compendio de tres obras que llevan sin representarse desde el siglo XVII. Mayte Bona (gerente y actriz): «Burgos ha hecho grandes esfuerzos por la cultura y el arte»

Morfeo Teatro, en un ensayo de 'Polvo serán, mas polvo enamorado' (Francisco de Quevedo).

Morfeo Teatro, en un ensayo de 'Polvo serán, mas polvo enamorado' (Francisco de Quevedo).TOMÁS ALONSO

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«Quevedo sana y hiere. Quevedo es carnal, vehemente y funesto». Cuando Mayte Bona habla de don Francisco, maestro honorífico del Siglo de Oro, la emoción embriaga sus palabras. El respeto que le profesa no es impostado. Conoce su obra a fondo y lleva tiempo poniendo parte de ella en práctica, junto a su compañero Francisco Negro, a través de la compañía Morfeo. Sin embargo, el reto que ahora asumen sobre el escenario conlleva una tremenda «carga de responsabilidad». Los entremeses de Quevedo, huérfanos de representación desde el siglo XVII, abandonan el cajón del olvido este sábado 1 de junio en el Teatro Principal a las 20:30 horas. Pase excepcional, a modo de preestreno, para que el público burgalés disfrute antes que nadie de Polvo serán, mas polvo enamorado

Tres breves pero intensas piezas del noble literato vertebran un proyecto nada fácil de encajar en los tiempos que corren. El lenguaje de Quevedo, «ininteligible» en los tiempos que corren, requería un arduo proceso de adaptación para que se comprenda y disfrute. Del castellano antiguo al actual, casi nada. Y con una obra, El Miserable, más «en primicia» si cabe que las otras dos porque aún se discute su autoría aunque «los que conocen a Quevedo lo dan por hecho». 

El equipo actoral de Morfeo Teatro

El equipo actoral de Morfeo TeatroTOMÁS ALONSO

También se suman a este «acto gregario» El Caballero de la Tenaza y El Marión, que «va a sorprender mucho» porque está «de plena actualidad». El mérito, eso sí, reside en que Negro ha conseguido ponerlo «del revés». Y hasta aquí puede leer Bona, que se resiste a hacer spoiler para no perder la magia. Lo que sí avanza es que la «gangarilla de cómicos» de Polvo serán (Francesc Albiol, Santiago Nogués, Felipe Santiago, el propio Negro -a su vez director- y ella misma) juega sobre seguro gracias a una impecable puesta en escena con «mucho estudio de la época». Todo sea por el necesario afán de «hacer teatro de verdad». 

La comedia está presente, faltaría más. Quevedo siempre fue sinónimo de sorna, sobre todo a la hora de exponer, con mayor o menor sutileza, los «vicios de la sociedad». Al mismo tiempo, la gerente de Morfeo teatro ensalza su capacidad de abordar otras cuestiones como la «fragilidad» de la existencia humana. Pocos como él supieron reflejar el hecho de que «pasamos por la vida como un suspiro y no somos conscientes». 

Todo a punto para rendir homenaje al teatro de Quevedo.

Todo a punto para rendir homenaje al teatro de Quevedo.TOMÁS ALONSO

Otro aspecto sobre el que Bona hace hincapié es el teatro de aquellos tiempos interpretado únicamente por varones. Había, porque no quedaba más remedio, mucho «travestismo». Los papeles femeninos eran encarnados por hombres hasta que la italiana comedia del arte dijo basta. Y fue la Iglesia la que «presionó» para que las mujeres pisasen tablas, algo prohibido hasta entonces por «Decreto Real». ¿El motivo? Había mucho dinero en juego. Dinero que, en forma de diezmo, servía para financiar el mantenimiento de hospicios o leproserías. 

«Somos la única compañía del país que reincide una y otra vez en Quevedo» proclama Bona, orgullosa, al evocar aventuras pasadas como las de El Buscón en 2005 y La escuela de los vicios hace una década. Además, le congratula contar con un «equipazo» entre bambalinas que permite engrandecer cada propuesta hasta límites insospechados. 

«Cualquier artista que diga que el público no le importa es un irresponsable»Mayte Bona, gerente y actriz de Morfeo Teatro

Con el preestreno a punto de caramelo y la presentación oficial en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres el 9 de junio, la actriz no oculta su nerviosismo pese a que «la veteranía es un grado». Ahora bien, «cualquier artista que diga que el público no le importa es un irresponsable». Más que nada, porque «el artista no existe si no hay ojos que le miran y oídos que le escuchan». 

A punto de cumplir 20 años de asentamiento en tierras burgalesas, Bona y Negro (madrileños de nacimiento) agradecen la cálida respuesta de un público y de unas instituciones que les «han abierto los brazos» desde el primer momento. Partidarios de la «pluralidad entre tanto centralismo», se enamoraron de una casa en Cuevas de San Clemente que es «un lujo para crear». Si algo tienen claro desde entonces, y Bona lo reafirma, es que «Burgos ha hecho grandes esfuerzos por la cultura y el arte»

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