De la realidad tangible a la abstracción cósmica
Javier Fuente (Jaté) alarga la estancia de su muestra ‘Ilusión’ en el Taller Índalo durante todo el mes de junio. También estará presente en Feriarte 2024 con Entredessiguales y en el INFestival de Parkinson Burgos
La complejidad de la obra contrasta con la sencillez del autor. Javier Fuente, Jaté, es un tipo afable, discreto, libre de artificios. Expone sus motivaciones con convicción pero sin rodeos. Aporta detalles que muy pocos ven a primera vista. Da gusto escucharle porque va al grano. No se anda con florituras, aunque podría permitírselo, y consigue contagiar la pasión que le embarga en cada una de sus creaciones.
La última muestra de Jaté se llama Ilusión por dos motivos de peso. El primero, el más importante, por la «ilusión» que le hacía exponer en el Taller Índalo (calle de la Tesorera, 3) de su querida amiga Encarna Aguilardz. De hecho, el pasado mes de enero se dejó caer por allí junto al colectivo Entredessiguales. Después de aquel desfile conjunto, aceptó encantado regresar en solitario a mediados de mayo.
El segundo motivo se circunscribe al «concepto de ilusión óptica» que envuelve sus obras. Arte cinético con diferentes trasfondos. O como él mismo lo define: «una abstracción geométrica que parte, en muchos casos, de lo figurativo». Entre líneas, formas geométricas y una imaginación desbordante, Jaté se adentra en realidades tangibles y las enrevesa. Al mismo tiempo, se da el capricho de viajar a lo más recóndito del cosmos.
Ilusión, en teoría, debía despedirse ya de Índalo. Por suerte, la exposición alargará su estancia durante todo el mes de junio. Cosas de Encarna, encantada con las obras, y también del propio Jaté. Entretanto, empalmará esta muestra con Feriarte 2024, promovida por Entredessiguales, en el monasterio de San Juan desde el jueves hasta el domingo. Por si fuera poco, también aportará su granito de arena este fin de semana en el INFestival, organizado por Parkinson Burgos, pintando cubos en directo que posteriormente se rifarán.
«Todos los cuadros tienen un por qué», enfatiza el artista burgalés remitiéndose a su página web. Es ahí, en su propio estudio digital, donde la poesía justifica la razón de ser de cada pieza. En Eres Luz, por ejemplo, recrea «el juego eterno entre las sombras que te envuelven y la luminosidad que desprendes». La obra en cuestión, que no se puso en el escaparate de Índalo por casualidad, constituye un «ejercicio de abstracción para pintar tu corazón». ¿El de quién? El de su pareja y musa, por supuesto. Que conste, eso sí, que es la pieza «más figurativa de toda la exposición».
Yendo a un plano mucho más abstracto, abierto por lo tanto a infinitas interpretaciones, Jaté se detiene en los homenajes. Entre cuerdas de piano, con dos cuadros previamente expuestos en la biblioteca Miguel de Cervantes y en la Peña Antonio José, rinden eterno tributo a dos maestros burgaleses inigualables. Los pentagramas dan la pista al espectador. Uno, de «cálido» color magenta, ensalza el legado de Rafael Calleja. Otro, con rojo sangre, lamenta el vil asesinato de Antonio José en octubre de 1936. La idea, confiesa el autor, es seguir poniendo en valor el talento musical de la tierra. De momento, no se ha decidido por nadie en concreto porque «hay muchos» donde elegir.
También dedica Jaté un par de piezas al psiquiatra y pintor Juan Mons, fallecido en junio de 2023. Tomando como referencia su atracción por los océanos, pintó El mar y río «jugando con la ley de tercios». Tres líneas verticales, totalmente rectas, y las olas coqueteando con un sol que se intuye sin entrar en escena. Satisfecho con el resultado, concibió MiMar situando al astro rey en conversación con la luna. Aparte de la contraposición de colores, deliciosamente armónica, conviene aclarar que «hay mucha matemática detrás».
Cosmogonías, Metrópolis, Defecto Mariposa... Caos aparente en perfecto equilibrio sobre tableros de aluminio, pintura acrílica, resinas y, en ocasiones, seductores relieves. Así es el universo de Jaté, que tiene por delante un calendario bastante apretado en los próximos meses. Sin ir más lejos, preparando una muestra itinerante sobre Cervantes y el Quijote con la asociación madrileña Por Amor al Arte o embelleciendo una barrica el 14 de septiembre, en Villafruela, con motivo del Día de Arlanza.